La indignación ciudadana por el mural que apareció en un puente intervenido por el Distrito para darle una nueva cara a la ciudad, se convirtió en un acto de protesta con pintura blanca. Algunos sectores advirtieron el mensaje de “odio” que dejaba ese mural y hasta responsabilizaron a la alcaldesa Claudia López por el mismo.
Así lo expresó Miguel Turbay en su cuenta de Twitter y aseguró que la alcaldesa promueve el odio y la violencia contra la fuerza pública. “Claudia López patrocina grafitis que criminalizan a la Policía. Inaceptable. Mientras persigue y maltrata a los policías, protege y empodera a los violentos”, dijo el candidato al Congreso.
Pero no fue el único, muchas personas se sumaron a los reclamos, advirtiendo que el mural, más allá de una expresión artística, se convierte en un sinónimo de violencia, de promoción del odio en contra de una institución como la Policía y de manera directa contra sus hombres.
La Alcaldía no se ha pronunciado al respecto; no se ha confirmado si la responsabilidad de este polémico mural es del Distrito, tampoco si hacen referencia directa a la Policía o el Ejército, pues el uniformado que aparece allí tiene un traje azul oscuro y no permite diferenciar con claridad a qué institución quieren enrostrar sus críticas.
Sin importar a qué institución se refieren en ese mural, lo único claro es que algunos ciudadanos que se indignaron se acercaron al mural y, usando pintura blanca como señal de protesta, lo borraron mientras expresaban la impotencia que causó el mensaje expuesto en ese mural. “Luchar contra el vandalismo, contra el odio”, señalaron antes de borrar con un rodillo el mural.
El acto de protesta, borrar el mural, que justamente tapa otro acto de protesta, fue aplaudido por cientos de usuarios en las redes sociales que compartieron el video en el que un ciudadano, quien no ha sido identificado, borra con pintura blanca el mensaje implícito en el mural.
Sin embargo, desde la otra orilla, muy distinta en ideología y concepto del arte, aseguraron que hay un acto de censura en la actividad que se promovió por redes sociales, esto es, pintar o tapar el mural. Advierten que las expresiones artísticas son, a su vez, actos de protesta que deben y merecen ser expuestos, por lo que deben ser protegidos.
Hay otros ciudadanos que se ubican en un punto medio, e insisten en que tapar los murales o expresiones artísticas no es la solución, porque a la vez se convierte en un acto de censura y atenta contra el derechos que tienen los ciudadanos a expresar sus opiniones. Sin embargo, también aseguran que las expresiones artísticas tampoco pueden atacar a toda una institución, desconociendo que allí también trabajan personas honestas que no han estado involucradas en el escándalos que tratan de criticar con murales como este.
El mural estaba en la base de un puente vehícular en el centro occidente de Bogotá, en el sector de la carrera 50 y donde se cruzan las avenidas Las Américas con la calle 13, diagonal a una sede militar. Ahora es solo un punto blanco bajo un puente verde.