En las ‘narices’ del poder del país se desató ese infierno que muchos finalmente conocieron este fin de semana por cuenta de un operativo de las autoridades que fue ampliamente difundido por los medios: la deprimida zona del ‘Bronx’, en el centro de Bogotá.Ese lúgubre lugar, en donde el tráfico y el consumo de drogas eran la norma, estaba dejado de la mano de Dios y por fuera del accionar de las autoridades. La zona parecía estar vedada. Un imperio de la ilegalidad, donde los más vulnerables, niños, mujeres y adictos eran los súbditos de crueles mafias que imponían sus propias leyes de prostitución, violación, drogas, miseria, secuestro y muerte.Increíblemente, ese universo dantesco tuvo lugar a menos de 880 metros de distancia del centro del poder público del país. Cuando desde el Bronx se traza ese círculo, dentro quedan las sedes de los tres poderes públicos: el Palacio de Justicia, el Capitolio y la Casa de Nariño. Pero no es todo. A menor distancia quedan el Palacio Liévano, sede de la Alcaldía Mayor de Bogotá, y dos unidades militares: el Batallón de Reclutamiento (apenas a unos metros) y el Batallón Guardia Presidencial. Por si fuera poco, en ese perímetro también queda la estación policial más importante de la ciudad: la sede de la Policía Metropolitana de Bogotá, desde donde se coordina todo el accionar de la institución en el Distrito Capital. (Lea: Distrito iniciará demoliciones en el Bronx) Semejante situación tuvo lugar durante años y a pocos pasos de los sitios desde donde tienen asiento el presidente de la República, los congresistas, los magistrados de las altas cortes, el alcalde Mayor de Bogotá, el comandante de la Policía de la ciudad y dos guarniciones militares. (Le puede intresar: "Mamá perdóneme”, las cartas olvidadas en el Bronx) Nadie vio ni oyó nada, hasta cuando la Alcaldía, de la mano de la Fiscalía y su CTI, la Policía y el Ejército, tomó la decisión de intervenir el sitio denominado por el alcalde Enrique Peñalosa como una “república independiente del crimen”. (Lea: El holandés que estuvo secuestrado en el Bronx) De ahí que no son pocos los ciudadanos que se preguntan, entonces, si el horror del Bronx se encontraba tan cerca de la institucionalidad, ¿qué les puede esperar a miles de localidades alejadas del poder, donde imperan la pobreza, las necesidades y la guerra?Así es el mapa de la zona