A mediados de 2018, el máximo comandante del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’, atravesó la frontera y llegó a Caracas para tomar un avión que lo llevó a Cuba. Toda la logística de su traslado se hizo con la autorización expresa del gobierno de Juan Manuel Santos, en medio de los diálogos de paz con esa guerrilla en La Habana.
Dos años y medio después, SEMANA revela las presuntas irregularidades que rodearon el viaje de ‘Gabino’ a la isla y que pondrían en problemas legales al expresidente y sus colaboradores más cercanos.
La Fiscalía decidió desengavetar este caso y abrió una noticia criminal sobre estos hechos. Los investigadores indagan si los implicados incurrieron en los delitos de prevaricato por acción, fraude procesal, constreñimiento para delinquir y falsedad en documento público.
En las próximas semanas, incluso, el ente acusador decidirá si compulsa copias ante la Comisión de Acusación de la Cámara, en el caso del exmandatario Santos.
Desde hace casi tres años, ‘Gabino’ permanece como ilegal en Cuba. A él no lo cobijarían los protocolos y el gobierno cubano estaría en la obligación de extraditarlo inmediatamente. Algunos expertos consideran que ese país debió entregarlo a la Interpol desde el mismo día en que entró a la isla, pues lo habría hecho ilegalmente al no ser miembro de la comisión de paz.
Por esa razón, el gobierno de Iván Duque exige su extradición para que responda por sus graves delitos en Colombia, entre ellos el atentado terrorista contra la Escuela General Santander de la Policía, donde murieron 22 cadetes.
En julio de 2018, ‘Gabino’ fue autorizado para trasladarse a Cuba por razones humanitarias. El permiso le fue concedido por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en cabeza de Rodrigo Rivera. Lo extraño es que el jefe máximo del ELN pudo moverse sin líos por territorio colombiano, cruzó la frontera ilegalmente, llegó a Venezuela y aterrizó en Cuba con un salvoconducto expedido por la Casa de Nariño que carecía de respaldo legal, pues no se suspendieron las órdenes de captura en su contra, como lo ordena la Ley 418 de 1997 (artículo 8, parágrafo 1).
Esta maniobra extraña, que sale a la luz pública soportada en documentos, ameritará más de una explicación. Para ese momento, en contra de ‘Gabino’ también estaban vigentes dos circulares rojas de la Interpol.
Los salvoconductos son documentos por medio de los cuales el gobierno colombiano puede autorizar la salida de un delincuente del país, que en condiciones normales no podría hacerlo por tener deudas pendientes con la justicia. Estos se usan en las negociaciones de paz.
‘Gabino’, quien asumió el mando del ELN en 1998 tras la muerte del cura Pérez, ha sido condenado en Colombia por múltiples crímenes como la masacre de Machuca, en Antioquia, donde 84 personas murieron calcinadas luego de que el ELN volara un oleoducto. También, por el secuestro masivo de 186 personas en la iglesia La María, en Cali, en 1999.
Hoy tiene 29 procesos judiciales pendientes en el país, por homicidio, secuestro, extorsión, hurto, terrorismo, reclutamiento ilícito, concierto para delinquir, desaparición forzada, amenazas y lesiones personales.
Además del entonces presidente Santos y el comisionado Rivera, los otros protagonistas de esta historia fueron el embajador de Cuba en Colombia, José Luis Ponce Caraballo; el polémico exministro venezolano Ramón Rodríguez Chacín, una de las fichas clave del chavismo; el fallecido diplomático cubano Iván Mora; el representante del ELN en la mesa de conversaciones Pablo Beltrán, y el congresista del Polo Democrático Iván Cepeda.
Los documentos en poder de SEMANA prueban que ‘Gabino’, pese a su larga carrera criminal, siendo el jefe de una organización terrorista y sin estatus especial en la mesa de diálogos, tuvo más de una vez el privilegio de salir de Colombia de forma irregular, como lo cree el Gobierno Duque, con la anuencia de Juan Manuel Santos.
En uno de sus viajes ni siquiera tenía a la mano el “salvoconducto” que tuvo que ser expedido a la carrera, varios días después y cuando ya se encontraba en Cuba, por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
La denuncia de Ceballos
Toda esta historia comenzó después de la posesión del presidente Iván Duque. El 4 de septiembre de 2018, una sorpresiva carta llegó al despacho de Néstor Humberto Martínez, entonces fiscal general de la nación. El remitente era el recién nombrado alto comisionado para la paz, Miguel Ceballos, quien denunció posibles irregularidades del gobierno Santos en el traslado de ‘Gabino’ a Cuba.
La comunicación de dos páginas y seis anexos, cuyo contenido permanecía bajo estricta reserva, promete desatar una tormenta política y judicial.
En resumidas cuentas, el gobierno Duque encontró que ‘Gabino’ llegó a La Habana en julio de 2018, vía Venezuela, con un permiso que no cumplía los requisitos exigidos por la ley colombiana.
Según la denuncia de Ceballos, una llamada telefónica de uno de los involucrados alertó al gobierno sobre lo que estaba pasando con ‘Gabino’ en la isla. Así se lo relató el propio comisionado de paz al fiscal Martínez.
“El pasado 31 de agosto de 2018 recibí una llamada telefónica desde La Habana del señor José Luis Ponce Caraballo, embajador de Cuba en Colombia, en la cual me informó que el señor Nicolás Rodríguez Bautista, también conocido como Gabino, se encuentra en La Habana desde julio de 2018 y solicitó que el gobierno de Colombia aprobara renovar la autorización para su permanencia en ese país, la cual le había sido concedida por el gobierno de Juan Manuel Santos”, le dijo.
Ceballos reconstruyó en detalle todas las circunstancias que rodearon el viaje de ‘Gabino’ a Cuba. En la denuncia, se lee que el gobierno Santos le autorizó el traslado a la isla por intermedio del comisionado Rivera. El permiso fue otorgado con “fines humanitarios” para un tratamiento médico hasta el 31 de julio de 2018 y fue prorrogado hasta el 6 de agosto de ese año, por solicitud del ELN, es decir, un día antes de la posesión de Duque.
Luego de este reporte, la denuncia de Ceballos ante el fiscal Martínez se torna grave y, al hacerse pública, tensiona aún más las relaciones entre el actual gobierno y el expresidente Santos.
“Cabe mencionar que una vez consultadas las instancias competentes, se pudo establecer que para efectos de la autorización del viaje del señor Rodríguez Bautista, el gobierno de Juan Manuel Santos no realizó la solicitud de suspensión de las órdenes de captura que se encontraban vigentes contra él en las fechas de los permisos otorgados”, advierte la comunicación.
Por esa razón, Ceballos le pidió al fiscal Martínez que investigara de forma urgente estos hechos. Sin embargo, pese a las evidencias aportadas por el Gobierno, la Fiscalía no avanzó en las investigaciones.
SEMANA tuvo acceso a todas las cartas que son hoy una prueba para determinar si el gobierno Santos se extralimitó e incumplió la ley al autorizar el viaje de ‘Gabino’ a Cuba.
De hecho, existe el registro de una llamativa consulta que elevó la Fiscalía a la Presidencia el 13 de diciembre de 2017. El ente acusador preguntó en ese momento si existía “algún acto administrativo” emitido por el gobierno que modificara el estatus jurídico o suspendiera las órdenes de captura contra ‘Gabino’.
Días después, el 9 de enero de 2018, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz respondió: “A la fecha no se han proferido actos administrativos que modifiquen o extingan su situación jurídica ante las diferentes autoridades judiciales que pudieran requerirlo”. La carta fue firmada por Liliana Bohórquez Sánchez, asesora jurídica del comisionado Rivera.
SEMANA encontró evidencias de que justo en ese mes, sin el trámite que ordena la ley, y aunque la Casa de Nariño era consciente de la situación jurídica de ‘Gabino’, el comandante del ELN viajó a Cuba con el visto bueno del Gobierno.
Así consta en una carta dirigida por Pablo Beltrán al comisionado Rivera, escrita desde La Habana y bajo el membrete de la “Delegación de Diálogos Ejército de Liberación Nacional”, en la que solicita de nuevo la autorización para que su comandante pueda viajar a Cuba en julio de 2018.
Allí se hace referencia a un viaje que ya había realizado ‘Gabino’ en enero de 2018 y, según dice el documento, “con el conocimiento del señor presidente Santos”.
El segundo viaje
Para el viaje de ‘Gabino’ a Cuba en julio de 2018, Pablo Beltrán tocó de nuevo las puertas del gobierno para que su jefe pudiera hacerse unos chequeos médicos en la isla. Llama la atención que la carta trae un error en su fecha, pues aparece como si se hubiera escrito el 6 de julio de 2017. Sin embargo, en el texto queda claro que se habla de 2018.
“Le pido que, conforme se ha hecho ya, ud. autorice dicho traslado por esta razón humanitaria, para que tanto las autoridades de la República de Cuba le puedan recibir y atender, como para que las autoridades de la República Bolivariana de Venezuela puedan recibirle y trasladarlo desde la frontera colombo-venezolana hasta esta ciudad, según lo acostumbrado y efectuado con ajuste a los protocolos convenidos de seguridad y traslados”, le dice Beltrán a Rivera.
Esta carta fue calificada por Beltrán como una “comunicación confidencial”, dejando constancia de que la envió a través del embajador colombiano en La Habana, Gustavo Bell.
Tan pronto recibió la petición de Beltrán, el comisionado Rivera le envió una carta el 10 julio de 2018 al almirante Ramón Rodríguez Chachín, exministro de Hugo Chávez y quien para esa época ya tenía en su contra una decisión de Estados Unidos frente a sus bienes por ser un aliado de las Farc.
Rivera le hizo saber a Rodríguez Chacín que el gobierno colombiano autorizaba la salida de ‘Gabino’ hasta el 31 de julio de ese año, en un viaje a través de Caracas y cuyo transporte corrió por cuenta de Venezuela.
En la comunicación, Rivera le dejó claro al exministro chavista que la estancia de ‘Gabino’ podría ser prorrogada. El comisionado le envió la misma carta al también garante Iván Mora, un diplomático cubano que falleció en mayo del año pasado.
Días después, el 26 de julio, el ELN tramitó la prórroga para que ‘Gabino’ pudiera permanecer más tiempo en Cuba y el comisionado le dio vía libre a esa solicitud hasta el 6 de agosto. Mientras estas cartas iban y venían, las órdenes de captura contra el jefe del ELN seguían vigentes, al igual que las dos circulares rojas y las seis azules de la Interpol.
Toda esta historia suscita varias preguntas. ¿Por qué el gobierno Santos pasó por alto los requisitos legales para que ‘Gabino’ viajara a Cuba?, ¿por qué no se levantaron las órdenes de captura en su contra?, ¿cómo pudo aterrizar en la isla con circulares de Interpol vigentes y por qué Cuba, en vez de capturarlo, lo dejó ingresar como Pedro por su casa? Si no era una urgencia médica de vida o muerte, sino un chequeo, como lo dicen los propios documentos, ¿por qué no se hizo el trámite correspondiente? ¿Qué significa un hecho como este para un nobel de Paz como Juan Manuel Santos? ¿Se trató de una burla al país y a las víctimas de ‘Gabino’ y del ELN? ¿Santos quería buscar la paz con esta guerrilla a cualquier precio?
Es preciso tener en cuenta que ‘Gabino’ no era un representante de la guerrilla en la mesa de conversaciones ni tampoco era un gestor de paz, pues el jefe del ELN en los diálogos era Pablo Beltrán. Es decir, a diferencia de sus compañeros, no tenía ningún estatus especial.
Aunque el presidente de la república estaba facultado para tomar decisiones humanitarias y adelantar diálogos con esa guerrilla, tenía que cumplir la ley.
La alerta de Cuba
Los documentos que conoció SEMANA revelan que fue el propio embajador Ponce Caraballo quien le advirtió al gobierno Santos de la gravedad de que ‘Gabino’ estuviera en Cuba sin ningún sustento legal. Su preocupación no era gratuita, pues el jefe del ELN es considerado un líder terrorista en Estados Unidos y Colombia.
El 22 de enero de 2018, el diplomático dejó dicha constancia por escrito y advirtió que ya lo había planteado telefónicamente y en un encuentro presencial con el comisionado Rivera, en el Ministerio del Interior.
“Como usted conoce, no es costumbre del gobierno de Cuba acceder a la presencia en mi país de personas relacionadas con este movimiento guerrillero sin contar previamente con un salvoconducto que exprese la anuencia del gobierno de Colombia”, le escribió el embajador cubano a Rivera.
Además, el diplomático reveló el nombre de quien aparentemente ejerció un rol de intermediario entre el gobierno Santos y ‘Gabino’. “Este ha sido un caso excepcional que entendemos fue comunicado al presidente Juan Manuel Santos por el senador Iván Cepeda, a solicitud de ‘Gabino’”, señaló Ponce Caraballo en su comunicación.
Otro detalle que llama la atención es un motivo adicional del primer viaje de ‘Gabino’ a Cuba. El documento dice que, además de someterse a un chequeo, asistió “a las exequias de la comandante Paula, miembro de la dirección de ese movimiento guerrillero que estaba bajo tratamiento médico en Cuba con la debida autorización del gobierno de Colombia y que lamentablemente falleció de forma repentina”.
Al final, el embajador cubano le pidió al comisionado Rivera emitir el “acostumbrado salvoconducto de anuencia para la estancia del señor ‘Gabino’ en Cuba” con el fin de que pudiera completar sus exámenes médicos y que todo el procedimiento estuviera avalado por el gobierno colombiano.
En vista de la gravedad del asunto, la respuesta del gobierno Santos al embajador cubano llegó dos días después, el 24 de enero de 2018. En ella, el comisionado de paz trató de dar una explicación a la presunta irregularidad apelando a la resolución presidencial 047, del 6 de febrero de 2017, a través de la cual el gobierno autorizó los diálogos con el ELN en Quito.
En el párrafo final, Rivera simplemente le informó que “el gobierno nacional no ve ninguna objeción para la permanencia del jefe de dicha organización en territorio cubano mientras se superan sus dificultades de salud y considera este hecho como un gesto humanitario del gobierno cubano, además garante en las conversaciones, que contribuye a construir un clima de confianza entre las partes”.
Hoy, dos años y cinco meses después, ese permiso está en la mira de la Fiscalía, pues, como lo muestran los documentos, nunca se levantaron las órdenes de captura para que ‘Gabino’ pudiera viajar a Cuba. A raíz de esta situación, ya con el gobierno Duque posesionado, el ELN trató de legalizar la estancia de su comandante en la isla y quiso que se prorrogara el permiso otorgado por Santos, pero fue negado.
Luego, en noviembre de 2018, Pablo Beltrán le envió dos cartas al comisionado Ceballos. En la primera le informó que haría consultas internas y que algunos integrantes de la delegación de paz regresarían al país y otros permanecerían en La Habana. Curiosamente, en ninguno de los listados aparece ‘Gabino’.
Sin embargo, diez días después, Beltrán le notificó a Ceballos que fue ratificado como jefe negociador del ELN y reveló no solo que ‘Gabino’ estaba en La Habana, sino que fue nombrado miembro representante de la mesa. De esa forma, trató de legalizar la estancia del líder guerrillero en Cuba, pese a que los diálogos quedaron en el congelador tras la llegada de Duque al poder.
Mientras el gobierno Duque sigue empeñado en lograr la extradición de la cúpula del ELN que permanece en la isla, la Fiscalía tendrá el reto de desenredar la madeja de esta historia llena de maniobras y descubrir si en realidad hubo una violación de la ley al permitir que, por lo menos dos veces, ‘Gabino’ viajara a Cuba.
Lo cierto es que su caso parece ser distinto al de los otros miembros de ese grupo armado ilegal que están en la isla y que el gobierno de ese país alega están protegidos por los llamados protocolos, pese a que los diálogos están rotos.
‘Gabino’ nunca fue negociador y, cuando lo nombraron en esa labor, el gobierno Duque no lo protocolizó, así como sus órdenes de captura y las circulares de la Interpol siempre han estado vigentes.
Además, en esta historia hay que tener en cuenta la reciente decisión de Estados Unidos de incluir a Cuba en el listado de países que apoyan al terrorismo. Aunque la isla está en campaña para que el gobierno de Joe Biden los retire, con todas estas pruebas quizá resulte imposible.
El pasado 11 de febrero, el comisionado de paz, Miguel Ceballos, le envió una carta al fiscal general, Francisco Barbosa, preguntando por los avances de la investigación que solicitó en 2018, en la época de Néstor Humberto Martínez.
En la comunicación, Ceballos habla de nuevas evidencias y las adjunta. Tras ser consultado por SEMANA, Ceballos prefirió no referirse al tema y dijo que esperará los resultados de la investigación de la Fiscalía.
En este episodio, las explicaciones ante la justicia y la opinión pública las tendrán que dar ahora el expresidente Juan Manuel Santos, el excomisionado de paz Rodrigo Rivera, el senador Iván Cepeda, el gobierno cubano y su embajador José Luis Ponce Caraballo, el exministro Ramón Rodríguez Chachín y el gobierno de Venezuela, además de ‘Gabino’ y Pablo Beltrán del ELN.