El asesinato de Andrés fue quizá el hecho más emblemático del terror que inspiraron los Diablos del Cielo en el barrio de Santa Rosa durante casi tres años. Frente a toda la comunidad, M., el jefe del grupo delictivo le disparó un tiro en la cabeza al joven, cuyo cuerpo fue encontrado más tarde en la ciudadela. El hombre le dvirtió a los testigos del evento que el que hablara moriría también. A pesar de que el hecho ocurrió en una fiesta popular, los agresores lograron imponer su versión de que Andrés estaba corriendo cuando murió por un tropiezo en el que se golpeó la cabeza. Las pintas de las paredes alrededor con la advertencia de “muerte a los sapos” sirvieron de recordatorio para el que los quisiera denunciar. En un barrio donde la mayoría de los asentamientos son ilegales y los inmuebles se encuentran ocupados, fue difícil que la gente apelara a la Policía para protegerse. En varias ocasiones ha habido enfrentamientos entre las autoridades que vienen a desalojar predios y los vecinos de San Cristóbal, lo que en conjunto con el sistema de campaneros encargados de vigilar la zona y las conexiones entre los inmuebles en los que se resguardaban, complicó el arresto de Los Occidentales, como también son conocidos los acusados.Sin embargo, este miércoles, en horas de la madrugada, se dio un operativo de la Policía de Bogotá con el que capturaron a ocho de sus 11 integrantes. Gracias a las cámaras de calor de las que dispone el helicóptero de la policía se pudieron localizar a los presuntos criminales y aprehenderlos antes de que escaparan entre las casas del vecindario, de acuerdo con lo que indicó el jefe de las Unidades de Reacción Inmediata.Le puede interesar: Los feminicidios impunes del sur de la ciudadSegún una investigadora del caso, varios de los miembros del grupo delictivo se encontraban registrados en el programa de protección a víctimas del conflicto, mientras que otros eran desmovilizados provenientes del Chocó. Aunque en un primer tiempo se dedicaron a traficar estupefacientes, pronto comenzar a amedrentar a los habitantes del barrio para exigirles “vacuna” y llegaron a asesinar a por lo menos 10 personas que se les resistieron. Lo mismo que aniquilaron a los integrantes de la banda que quisieron salirse del sistema criminal, cumpliendo con las órdenes de M., el cabecilla de la organización, quién mantenía viajes frecuentes a Chile y se encontraba bajo un aviso de búsqueda internacional simbolizado por la circular azul de Interpol. No es la primera vez que suceden hechos similares en la localidad de San Cristóbal Sur: tan sólo en febrero pasado, cayó la banda de los Profetas, conocida por haber enterrado a sus víctimas en fosas comunes en un barrio cercano de Santa Rosa. Puede leer: Historia de la banda Los Profetas En esta localidad que mantiene una de las más altas tasas de Necesidades Básicas Insatisfechas de la ciudad (9.4% en 2015); la alta tasa de homicidios (40 en 2016) combinada la llegada incesante de víctimas del conflicto ha generado un marco de impunidad que afecta incluso a casos de feminicidios. Aunque con la captura de bandas como los Diablos del Cielo, quienes serán imputados por los delitos de concierto para delinquir, constreñimiento ilegal, y homicidio, el Estado busque demostrar lo contrario. Le recomendamos: Desalo de las familias de Montebella, en San Cristóbal Sur