Los apellidos Galán y Lara representan para muchos colombianos a dos de los mártires de la política nacional, Luis Carlos Galán Sarmiento y Rodrigo Lara Bonilla. Los mismos que tuvieron el arrojo y la valentía para plantar cara y declarar la guerra a los más poderosos capos del narcotráfico, los del cartel de Medellín, incluido Pablo Escobar Gaviria, quien se escondía tras la investidura de representante a la Cámara.   Dos apellidos, Lara y Galán, que en los convulsionados años 1980 no sólo desenmascararon al que llamaban el "Patrón”, sino que para muchos colombianos representaban la idea de un país mejor. Ambos decidieron salirse del oficialismo del Partido Liberal y crearon un nuevo movimiento, el Nuevo Liberalismo, con el que se comprometieron con una nueva forma de hacer política.Lara tenía 37 años y se desempeñaba como ministro de Justicia del gobierno de Belisario Betancur cuando fue asesinado por un sicario menor de edad. Días atrás había denunciado públicamente al representante Escobar Gaviria de ser narcotraficante, y había sido el primero en destapar los dineros calientes que se movían en los equipos del fútbol colombiano.Escobar nunca lo perdonó. Antes quiso acabar con su carrera política, y en un debate en el Congreso, el parlamentario Jairo Ortega (su fórmula) le tendió una trampa al ministro de Justicia, al revelar un cheque girado por un narcotraficante exconvicto, Evaristo Porras, a la campaña política de Lara en el año 1982. De acusador a acusado.Luis Carlos Galán, jefe del Nuevo Liberalismo, también se sorprendió con tamaña denuncia y aunque en principio respaldó a su socio político, ordenó al Tribunal de Ética del partido que adelantara una investigación del asunto. La decepción de Rodrigo Lara fue mayúscula, sintió que su amigo y compañero de batallas políticas no creía en la celada que le había tendido el grupo político de Escobar. El atentado sobrevino. Lara y Galán no tuvieron la oportunidad de reconciliarse.Lea: Cambio Radical y sus cinco mandatarios destituidos Los apellidos Galán y Lara han vuelto a enfrentarse, con otros protagonistas. Carlos Fernando Galán y Rodrigo Lara Restrepo, los hijos de los asesinados dirigentes, hicieron una dupla ganadora hace dos años. El primero fue la cabeza de lista al Senado, el segundo de la Cámara de Representantes por Bogotá, del partido Cambio Radical, movimiento que tiene sus antecedentes, precisamente, en el Nuevo Liberalismo de Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla.Tanto Carlos Fernando como Rodrigo decidieron hacer política en este partido, a pesar del desprestigio que arrastraba la colectividad tras el tsunami que supuso la parapolítica (14 congresistas de este partido terminaron en la cárcel). Ambos empuñaron la bandera de las buenas maneras de hacer política, las mismas ideas que unieron a sus respectivos padres 30 años atrás.Le puede interesar: Los nuevos alfiles de Cambio Radical Por eso no deja de sorprender que sean Galán y Lara los que terminen enfrentados por culpa de los pecados de Cambio Radical. Lara, actual director del partido, señaló a su antecesor, Carlos Fernando Galán, por los avales a Oneida Pinto, exgobernadora de La Guajira, y al detenido alcalde de Riohacha, Fabio Velásquez. En total, dos gobernadores y tres alcaldes elegidos por el partido tuvieron que abandonar sus cargos por orden de la justicia.Recomendamos: ¿Quién le teme a Germán Vargas Lleras? Ese registro ha puesto a Cambio Radical y a sus dirigentes en la picota. Mientras tanto, ellos se lanzan de un lado para otro la pelota de la responsabilidad política. Rodrigo Lara, el director del partido en la época de las elecciones del 2015, dice que cuando asumió las riendas de la colectividad (en julio del 2015) los avales ya habían sido entregados, por lo que la responsabilidad es de su antecesor.Al referirse al caso de Oneida Pinto, Lara aseguró: “Yo no respondo por esos avales, el director anterior la apoyó en los primeros meses desde el 2014. No puedo permitir que laven las manos conmigo”, dijo en La FM de RCN este lunes, más de una semana después de que se le pidió pronunciarse al respecto.Puede leer: Cambio Radical en apuros por Oneida Pinto  Carlos Fernando Galán recordó que para las elecciones del 2015 Cambio Radical decidió descentralizar la concesión de avales. Y los senadores que conocían sus regiones eran los que postulaban los candidatos a respaldar. La decisión última se tomaba en Bogotá.Así pasó con Oneida Pinto. El senador Arturo Char era el encargado de los avales en la costa caribe, y la postuló para la gobernación de La Guajira. Por esa razón Carlos Fernando Galán renunció a la dirección de Cambio Radical. “Se equivoca Rodrigo Lara tratando de decir que yo soy el responsable. Está atacando al que se opuso a entregar ese aval”.Cambio Radical ya completa dos semanas de espectáculo, ninguno de sus dirigentes responde por los cinco mandatarios locales que han sido destituidos, y, por el contrario, siguen pesándose la pelota unos a otros. Detrás del enfrentamiento Galán y Lara, hay congresistas que ni siquiera han pedido perdón, como reclamó el propio Galán cuando fue condenado el exgobernador de La Guajira Kiko Gómez.Galán y Lara, dos apellidos que hace 30 años ilusionaron con el Nuevo Liberalismo y dos apellidos que ahora parecen salpicados por los pecados de un partido que no han podido depurar, Cambio Radical.