Tras las recientes divisiones en el Partido Verde parece que ya no existe confianza entre las partes que pretenden escoger a un precandidato único de cara a 2022 y definir si la colectividad de centro termina en el Pacto Histórico o en la Coalición de la Esperanza.

Este miércoles, Camilo Romero, uno de los precandidatos que le agradaría conducir al Verde a las toldas del petrismo, propuso que su partido y la Coalición de la Esperanza escogieran cada uno un precandidato, compitieran entre ellos y el triunfante se midiera con el que resulte del Pacto Histórico, es decir, Gustavo Petro. De esta, forma, según él, podrían llegar unidos en la primera vuelta presidencial.

La propuesta, a juicio de Romero, es una buena estrategia para dirimir democráticamente todas las divisiones de su partido y le permitiría a la izquierda y a la centroizquierda unirse y competir en bloque contra la derecha y el uribismo.

Sin embargo, la iniciativa no cayó bien en el senador y precandidato Antonio Sanguino. “Me parece demagógica. La demagogia es cuando se usan estrategias engañosas que son populares, o que es lo que el público quiere oír en favor de sus intereses políticos particulares y personales”, dijo.

Esa, según el senador, es la estrategia de Camilo Romero. “Él sabe muy bien que no es posible un proceso de consulta o eliminación de candidatos entre la Coalición de la Esperanza y el Verde antes de una consulta en marzo”, aclaró.

Sanguino afirmó que Romero se cree el Germán Vargas Lleras del Partido Verde, es decir, el que cree que ganará anticipadamente la candidatura del Partido Verde y con el apoyo del Pacto Histórico saldría victorioso en la Coalición de la Esperanza, es decir, competiría en marzo de 2022 con Gustavo Petro. “Imagínese semejante invento bastante fantasioso de Camilo Romero”, añadió. “A lo mejor él está soñando en que puede ganarle también a Petro”, anotó.

El senador recordó que en marzo pasado la Alianza Verde votó para que su candidato único se hiciera medir en una consulta en la Coalición de la Esperanza y, si el elegido no llega a la segunda vuelta, apoyarían al aspirante alternativo, que podría ser Gustavo Petro.

¿Pero ante las divisiones internas no es mejor dejar en libertad a la militancia del Verde? Sanguino no está de acuerdo. “Es abrirle la puerta a que aparezcan verdes con Enrique Peñalosa, con Óscar Iván Zuluaga y hasta con María Fernanda Cabal”, respondió. “Dejar en libertad es salir con un chorro de babas”, precisó.

Sanguino es amigo de la democracia, pide que existan reglas claras y se tomen medidas contra quienes no se acojan a lo pactado colectivamente por el partido.

Y aunque Carlos Ramón González, copresidente del Partido Verde, firmó un documento junto con varios congresistas de su colectividad cercanos a Petro y mostró afinidad hacia el Pacto Histórico, los otros dos copresidentes (Antanas Mockus y Antonio Navarro) no han definido oficialmente su camino; tampoco la mayoría de los parlamentarios, entre otras figuras importantes de la colectividad. “Él (Carlos Ramón González) tomó una decisión saltándose o anticipándose a una decisión colectiva y violando un acuerdo que ya había decidido la Dirección Nacional”, dijo Sanguino.

El senador sigue insistiendo en que el camino más responsable, coherente y que va de la mano con el ADN del partido es elegir a un candidato que compita en la Coalición de la Esperanza y estructurar una lista en coalición a Senado y Cámara.

“Al doctor Camilo Romero le digo que le demagogia no es política alternativa, que debatamos con seriedad sobre la base de fórmulas viables y posibles; él sabe que lo que está proponiendo es producto de la fantasía y que además acoja las decisiones colectivas del partido: la Dirección Nacional tomó una decisión que él no ha querido acatar y así él no puede aspirar a representar el partido en una contienda presidencial. Si eso es de precandidato, ¡cómo sería de presidente o candidato oficial!”, concluyó el senador.