Un camión repleto de marihuana fue incautado en el peaje de Chusacá, zona rural del municipio de Sibaté, Cundinamarca, en medio de controles de la Policía.
Fueron 1.322 kilogramos de marihuana los que encontró la Policía dentro del vehículo. El estupefaciente estaba camuflado entre costales de alimentos perecederos como ajos y granos.
Las autoridades señalaron que el camión había salido del departamento Cauca y tenía como destino final una central de abastos de Bogotá.
De haber logrado ingresar a la capital del país, la marihuana iba a ser distribuida en las localidades de Bosa, Kennedy, Engativá, San Cristóbal, Usme y Ciudad Bolívar.
“Se tiene conocimiento que este alucinógeno es producido por una misma organización multicrimen en el suroccidente del país, pero en Bogotá iba a ser vendido a tres grupos delincuenciales diferentes”, explicó la Policía.
Con la incautación, según la Policía, evitaron la comercialización de un millón de dos de marihuana avaluadas en 4.400 millones de pesos.
El conductor del camión cargado de marihuana fue capturado tras el hallazgo del estupefaciente.
Problemático consumo en Cundinamarca
El microtráfico se convirtió en un problema de grandes proporciones, en el principal causante del aumento de la criminalidad en el país y el mayor desafío de las autoridades, toda vez que este flagelo acecha a los niños y adolescentes.
Este fenómeno en Cundinamarca, por ejemplo, ha tomado mayor fuerza en 10 municipios donde los llamados jíbaros dedicados al narcomenudeo merodean escuelas y colegios, para atraer al consumo a los jóvenes que serán sus nuevos clientes.
Soacha, Zipaquirá, Fusagasugá, Facatativá, Girardot, Chía, Madrid, Tocancipá, Guaduas y Mosquera se convirtieron en los municipios donde se presenta mayor venta y consumo de sustancias alucinógenas como la marihuana, el bazuco, la cocaína y sus derivados, según las autoridades de la región.
Dichos datos, basados en los golpes que propinan las autoridades a las estructuras criminales, ponen sobre el mapa los principales puntos donde se concentran las bandas delincuenciales dedicadas al tráfico de estupefacientes. No obstante, acabar con este flagelo no es una tarea fácil.
“Las investigaciones nos permiten establecer los eslabones de las cadenas criminales dedicadas al abastecimiento de todo tipo de sustancias estupefacientes, especialmente de marihuana y clorhidrato de cocaína y drogas recetadas (pastillas), en puntos de expendio”, señaló la Policía.
La institución, además, indicó que en el último año 22 grupos delincuenciales dedicadas a esta actividad ilegal fueron desarticulados, en medio de los operativos 165 personas fueron capturadas. Así mismo, se aplicó extinción de dominio a cuatro inmuebles y seis laboratorios o cristalizaderos de cocaína fueron desmantelados.
Es tal la gravedad de la situación que el mayor consumo de sustancias psicoactivas se encuentra en jóvenes entre los 11 y los 18 años, a quienes los expendedores les vendes las dosis empleando la modalidad de domicilio, luego de concretar la venta por redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea.
Adicional a esto, se ha establecido que los parques, las zonas comerciales, las discotecas y cercanías a las carrileras son los lugares que suelen invadir los expendedores de drogas, precisamente el año pasado fueron capturadas 1.432 personas quienes fueron sorprendidas realizando esta actividad.
Pese a las actividades de prevención y los contantes operativos que efectúan las autoridades para contrarrestar esta problemática no es suficiente, toda vez que en los últimos años se ha presentado un crecimiento sostenido en el consumo de sustancias psicoactivas.