A tempranas horas de este viernes, el cuerpo de Darío Gómez llegó a una sala de velación del centro de Medellín, luego de permanecer en cámara ardiente por más de 24 horas en la unidad deportiva del estadio Atanasio Girardot.
El ingreso está restringido por la Policía Nacional. Solo pueden entrar a la funeraria los nombres que fueron escritos por sus cinco hijos. Ellos pidieron blindar las entradas para respetar su intimidad.
Desde las seis de la mañana, el grupo de acompañantes no superaba las 15 personas. Contrario a lo que ocurrió en el coliseo Yesid Santos, donde acudieron más de cinco mil seguidores.
En lo corrido de este viernes, el número de invitados aumentó con el paso de las horas. Hasta las dos de la tarde se contabilizaron más de 35 amigos y familiares.
Uno de ellos es Juan Carlos Gaviria, él acompañó a Darío Gómez durante 50 años. Él siguió de cerca los primeros pasos que dio el “Rey del Despecho” en el mercado musical.
SEMANA: ¿Hace cuánto tiempo conoció a Darío Gómez?
Darío tiene una historia muy grande. La gente piensa que a Darío lo brotó la tierra y de una vez fue ídolo. A mí me tocó verlo nacer en la vida artística, de tener una caja en el hombro con sus discos de las primeras grabaciones y andar por todo Guayaquil, en el centro, y salir a los pueblos a regalar su disco cuando eso era de acetato en 33 revoluciones con los famosos legendarios. Ahí fue donde él se dio a conocer y después hizo su carrera como solista.
SEMANA: Entonces, ¿usted lo conoció cuando él llegó acá a Medellín?
Pues, él estaba recién llegado porque a mí me tocaron los inicios de Darío en la música.
SEMANA: Y usted lo acompañaba con la guitarra, en las grabaciones...
Nosotros hicimos 32 grabaciones con la voz de él y la voz de mi compañero Antonio Parra, que eran los Cuyitos. Darío cantó con nosotros en la misma fábrica de él porque Darío quería grabar la música de los trovadores de Cuyo, una música Argentina. Aquí (en Medellín) los trovadores de Cuyo tienen mucha fanaticada. Y Darío era uno de sus fans y dijo que se iba a dar el gusto de grabar la música de ellos con nosotros los Cuyitos.
SEMANA: ¿Cuál era la canción que más le gustó de él?
Toda esa música de los Trovadores de Cuyo. Hubo unas que me llamaron la atención, una que se llamaba el Centinela del Batallón. Ese hombre vibraba cantando eso cuando la grabamos.
SEMANA: Ustedes que eran amigo de Darío, ¿qué tienen planeado hacer en este homenaje?
Vamos a cantarle una de sus canciones: Nadie es eterno en el mundo. Él siempre nos dijo que esa era la canción que quería cuando se fuera del mundo.
SEMANA: Aparte de esa canción, ¿qué hablaba Darío sobre la muerte?
Él nunca nos habló de la muerte. Él pensaba vivir muchos años, pero que el día que él se fuera de acá nos dijo que le cantáramos Nadie es Eterno en el Mundo, y que él había hecho esa canción no para él solo sino para miles de personas que gustaban de su música.