Caprecom venía en caída libre desde hace años y, por más salvavidas que le arrojaron, ahora su final es cuestión de meses, especialmente después de que salió de cuatro departamentos. En ese camino al precipicio, el Ministerio de Hacienda y el de Salud piensan cómo pagar los dos billones de pesos que la EPS pública le debe a hospitales de todo el país y, a la par, planean el aterrizaje de los 2,7 millones de pacientes que hoy tiene esta EPS. El tema no es nada fácil pues, como lo señala el veedor nacional de Salud, José Villamil, la crisis es de todo el sistema y no sólo de Caprecom. “El Gobierno actúa como si pasara chivos de un corral a otro, pero en el fondo todo seguirá igual. Dilatan el problema, mientras que las EPS privadas tendrán más dinero por los pacientes que recibirán de las que quebraron”, señala. Así como otros recibirán pacientes de Caprecom, en el 2013 esta entidad pública acogió a los afiliados de varios prestadores de salud que quebraron en su momento. “Lo que no hacían otras EPS se lo mandaron a Caprecom y hoy las consecuencias que se ven son la suma de muchos errores”, afirma Didier Burgos, el representante a la Cámara que ha sido uno de los citantes a los debates que se han dado en el Congreso sobre el tema. Respecto al segundo punto que toca Villamil, el Gobierno calcula que varios de esos pacientes tendrán que ser afiliados en EPS del régimen contributivo, como lo son Sura, Coomeva o Salud Total, tal como lo explicó hace un mes en el Congreso el ministro de Salud, Alejandro Gaviria. De hecho, el jefe de la cartera sostuvo que por lo menos un millón de pacientes de Caprecom pasarían a la Nueva EPS. Estas son las primeras luces de a dónde irán los pacientes de Caprecom, dentro de los que se cuentan 128.000 presos, más de 10.000 habitantes de calle, cerca de 15.000 niños del ICBF, 20.000 desmovilizados, medio millón de desplazados y por lo menos dos millones de personas con SISBÉN, según la Base de Datos Única del Fosyga. Sin embargo, todavía no se conoce con certeza el futuro de esos afiliados. El ministro ha sostenido que ya tienen un plan de distribución, pero aún no lo ha hecho público, a pesar de la preocupación que han mostrado organismos como la Defensoría del Pueblo y la Veeduría Nacional de Salud por la atención de estos pacientes. Semana.com intentó comunicarse con Gaviria pero la respuesta fue que no hablará del tema hasta que se conozca el decreto que liquide Caprecom. Su cálculo es que es una cuestión de meses, que en todo caso necesita “voluntad y método”, como lo expresó en el Congreso. Mientras el Gobierno piensa la mejor manera para terminar con Caprecom y saldar sus billonarias deudas, miles de pacientes en todo el país se están quedando sin atención, como lo explica Villamil. Él recibe diariamente por lo menos 15 quejas sobre Caprecom de casos diferentes en todo el país y es que muchos hospitales decidieron no atender más pacientes de esta EPS hasta que les paguen lo que les deben. “Por ejemplo, en Boyacá unas personas con cáncer se amarraron hasta que los atendieran porque la clínica suspendió los servicios debido al no pago de Caprecom. Y en el Valle casi sólo reciben a los pacientes si las EPS les dan cheques adelantados”, argumenta. La duda se agranda en departamentos como Guainía, Guaviare y San Andrés, donde Caprecom es la única EPS que opera. La retirada Otra manera de conocer las pistas de lo que puede ocurrir con los afiliados que hoy por hoy están en Caprecom es lo que ya vivieron las 450.000 personas que pertenecían a esta EPS en Antioquia, Chocó, Huila y Risaralda y que en el último semestre pasaron a otras entidades de salud. En Antioquia, el 67% de los 180.000 usuarios que tenía fueron reasignados a Savia Salud, pero para el veedor nacional esto no es muy alentador. “Esa EPS está mal y también tiene quejas. Lo único que hacen con este traslado es duplicarle sus problemas”, afirma Villamil. En Chocó pasaron a entidades como la Asociación Mutual Barrios Unidos de Quibdó o la Caja de Compensación Familiar de Chocó. En Risaralda a la mayoría los trasladaron a Cafesalud y en el Huila a Asmedsalud y a la Asociación Indígena del Cauca. El ministro asegura que el próximo turno es de Santander y Norte de Santander, donde hay 118.000 y 107.000 afiliados de Caprecom, respectivamente. Allí, como en los demás departamentos en los que todavía está la EPS, la pregunta es qué pasará con los pacientes mientras Caprecom exista y las clínicas nieguen los servicios, y en dónde terminarán cuando esta entidad de salud ya no exista.