En el mundo del narcotráfico es normal que los cargamentos de cocaína sirvan para hacer diversos trueques, como ocurrió según las autoridades con alias Agrónomo, un presunto traficante de armas que tenía relaciones con el cartel Jalisco Nueva Generación.
La investigación de la Dirección de Investigación Criminal, Dijin, reveló que Jairo Alberto Álvarez Vasco, alias “El Agrónomo”, era presuntamente el cabecilla de una red de tráfico de armas en los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca y Cauca.
Según la Dijin, el detenido y su organización tendrían “nexos con reconocidos carteles de narcotráfico mexicanos, entre estos el Cartel de Jalisco Nueva Generación y Cartel de Sinaloa, lo cual les permitía intercambiar estupefacientes por armas”.
Para poder mover las armas dentro del país, según la Policía, la organización adecuaba vehículos con sofisticadas caletas para ser transportados al interior del país y posteriormente, comercializarlos con las organizaciones de alto impacto criminal como Estado Mayor Central de Iván Mordisco, que tiene con injerencia en los departamentos del Valle, Antioquia, Cauca, Nariño y Chocó.
“Investigadores y analistas expertos de la DIJIN, conocieron detalles de los movimientos financieros de esta organización, los cuales ascendían a más de $2.500 millones de pesos, dineros que les permitía dinamizar la cadena logística de recepción, acopio y distribución de armas de fuego y municiones; de igual forma, dentro de las actividades de policía judicial realizadas, se identificó que la organización tendría comunicación permanente por medio de videollamadas para evitar el rastreo de las autoridades y cuando se encontraban en Colombia en la ciudad de Medellín tendrían lugares comerciales para concretar las actividades criminales”, detalló la Policía.
Agregó la autoridad que dentro de los capturados además del Agrónomo, otras cinco personas fueron detenidas por hacer parte, presuntamente, de la red de tráfico de armas. “Los capturados fueron puestos a disposición de las autoridades competentes y tendrán que responder por los delitos de Tráfico, fabricación o porte de armas de uso personal, tráfico, fabricación o porte de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Armadas, concierto para delinquir agravado con fines de narcotráfico y lavado de activos”.
Caso alias fritanga
Este operativo de la Dijín se suma al reciente propinado contra dineros criminales provenientes del narcotráfico en el caso de Camilo Torres Martínez, alias Fritanga. Un expediente conocido por SEMANA revela cómo el núcleo familiar de Camilo Torres Martínez se convirtió, de la noche a la mañana, en el dueño de una fortuna que incluyó 98 inmuebles y más de 20 vehículos.
Sus tentáculos criminales llegaron a sus mujeres y en un nuevo capítulo acaban de ser capturadas. SEMANA conoció los detalles de un operativo simultáneo, en diferentes zonas del país, que permitió la captura de diez personas, entre ellas la mamá de alias Fritanga, su esposa, dos exnovias, un hermano y su tío.
La investigación advierte que los capturados formarían parte de la empresa criminal que diseñó alias Fritanga para ocultar bienes por más de 9.000 millones de pesos en lujosas propiedades como casas, apartamentos y vehículos, que creía ocultos, pero que hace rato estaban en el radar de las autoridades.
Una lujosa casa con piscina cerca al aeropuerto de Montería, Córdoba; un penthouse en El Poblado, de Medellín, y otro en Envigado; 800 millones de pesos en efectivo; camionetas de alta gama y un par de armas de fuego forman parte de los bienes que le encontraron las autoridades al círculo cercano del excapo del narcotráfico.
Los agentes de la Dijín lograron establecer que estas personas no tenían el soporte financiero para justificar la millonaria vida que ostentaban, que según las autoridades tiene un solo dueño: alias Fritanga.
Uno de los casos que llamó la atención de las autoridades incluye a la mamá de Torres Martínez, una mujer humilde, ama de casa, de provincia y que vivía prácticamente en un “palacio”, en un exclusivo sector cerca del aeropuerto de Montería, Córdoba. Aunque el sitio por fuera tenía apariencia de casa antigua, por dentro estaba dotado con todas las comodidades, según los investigadores.