Su nombre es bastante común en Colombia: Carlos García. El apodo con el que era conocido también es bastante popular, Charlie. Esta fue una de las consideraciones que tuvo un ciudadano español para esconderse en el país y escapar de las autoridades europeas que desde hace meses lo buscaban en decenas de países por medio de circulares rojas de Interpol. Aunque su plan funcionó por varios meses, su suerte acabó este lunes. La Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL —Dijín—, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación y la Guardia Civil de España, lo ubicaron en el municipio de Buga, Valle del Cauca. Llevaba varios meses en ese lugar posando como un empresario, sin levantar mayores sospechas. Sin embargo, lo que no sabía era que los investigadores ya venían tras él y empezaron una paciente búsqueda desde que ingresó al país en abril del año pasado en un vuelo que tomó desde París con destino Bogotá. Le recomendamos: El exagente en Colombia considerado la "mancha negra" de la DEA De acuerdo con las investigaciones, Charlie, sería el jefe de una red internacional de lavado de activos constituida por ciudadanos españoles e italianos. Era buscado por el delito de lavado de activos y requerido en extradición por España. Mediante el intercambio de información entre las autoridades españolas y colombianas, se pudo establecer que cuando se enteró de que iba a ser capturado en territorio español, abandonó la península Ibérica e ingresó a territorio colombiano cambiando parte de sus rasgos físicos y de su fisionomía, con el fin de evadir la justicia. De acuerdo con las autoridades españolas, la organización criminal que presuntamente lideraba ofrecía a través de un grupo inmobiliario la adquisición de viviendas de lujo en la Isla Baleares —España— por un precio por debajo del mercado. Las víctimas realizaban importantes transferencias económicas que les permitían firmar el correspondiente contrato de reserva y adquisición de la supuesta vivienda la cual nunca les fue entregada. Con esta modalidad lograron estafar a más de 200 personas afectadas. La cantidad defraudada se estima cercana a los 5 millones de euros. Al tiempo que Charlie era detenido en Buga, siete de sus socios fueron arrestados en Espala por la Guardia Civil.