Una de las personas capturadas por el atentado terrorista que se registró el pasado 14 de diciembre en una de las pistas del aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta tenía brazalete electrónico y recientemente había sido beneficiado con casa por cárcel por un juez de ejecución de penas.

Así lo confirmó el ministro de Justicia, Wilson Ruiz al señalar que Sebastián Moreno Maya, conocido con el alias de Sebas, se demoró más en recibir el brazalete electrónico que en volver a sus andanzas y participar en la planeación del atentado terrorista.

“Tenía vigilancia electrónica desde el 6 de octubre por parte del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario”, explicó Ruiz. Ya se le había manifestado al juez “las novedades” que tenían con Sebas, sin embargo, “infortunadamente se presenta este hecho en el cual este individuo al parecer participó en el evento donde murieron dos funcionarios de la Policía Nacional”.

Frente a esta situación, el Ministro de Justicia hizo un llamado de atención a los funcionarios judiciales para que revisen los beneficios judiciales. “Es triste que una persona a la que le han dado la libertad domiciliaria bajo la modalidad del brazalete electrónico cometa este tipo de delitos, razón por la cual le digo a todos los jueces de la República que por fortuna la ‘ley de Seguridad Ciudadana’ ya está y pronto entrará en vigencia para que apliquen con toda la rigurosidad esta ley y no permitamos que esta clase de delincuentes queden libres, porque están reincidiendo con el delito y con mayor gravedad”.

Este jueves, la Fiscalía General le solicitó formalmente a un juez de control de garantías que emita medida de aseguramiento en contra de Sebastián Moreno Maya y otras cuatro personas capturadas en Medellín (Nayibe Alexandra Londoño Carrillo; Adrián Kaled Guzmán, Yuly Mileidy Mazo y Diego Felipe Maya González) señaladas de planear el atentado en el que murieron dos agentes antiexplosivos de la Policía Nacional.

En la audiencia de imputación de cargos un fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales aseguró que estas personas fueron contactadas por el frente 33 de las disidencias de las Farc para que definieran la logística de la zona, preparar y activar dos cargas explosivas.

Para esto, viajaron desde la ciudad de Medellín a Cúcuta con el fin de recolectar información, planear el ataque y pensar en la ubicación exacta de los artefactos explosivos.

Ya en la capital de Norte de Santander se dividieron: un grupo se hospedó en un hotel del centro de la ciudad y en dos casas ubicadas cerca del aeropuerto. Pruebas testimoniales indicaron que estas personas usaron una carreta para simular que vendían refrescos y poder acercarse a la terminal aérea para hacer un trabajo de vigilancia.

En la noche del 13 de diciembre y la madrugada del 14 recorrieron en varias oportunidades las inmediaciones de la pista del aeropuerto. Pasadas las 5:00 a. m., dos hombres cruzaron la reja e ingresaron. Para evitar llamar la atención de las autoridades e impedir que fueran identificadas, se vistieron de negro.

A Cristian Camilo Muñoz Manjarrez se le explotó un artefacto que llevaba en una maleta que cargaba en la espalda, y murió de inmediato. A su lado se encontró una pistola colt y un teléfono celular. Esta acción prendió las alarmas de las autoridades, quienes acudieron a cercar la zona y verificar la presencia de más explosivos.

Fue así como a la zona llegaron dos técnicos antiexplosivos de la Policía Nacional, quienes fueron alertados por un paquete en la pista. Mientras realizaban la inspección, la carga de 30 kilogramos de pentolita estalló, ocasionándoles la muerte.

El fiscal que lideró la investigación señaló que existen videos de cámaras de seguridad, interceptaciones telefónicas, elementos como prendas de vestir y rastros de explosivos encontrados en los lugares donde se alojaron estas personas que permiten su plena identificación y participación en los hechos.

Cuando finiquitaron el acto terrorista, emprendieron diferentes rumbos. Con el fin de evitar seguimientos, contrataron a un hombre para que recogiera las pertenencias que habían dejado en los hoteles y viviendas alquiladas y las botara. Distintos artículos se ubicaron en el sector de Los Patios.