La Unidad Defensora del Espacio Público Santa Marta (Udep), incautó este fin de semana 25 armas blancas a personas que estaban vestidas con prendas alusivas al equipo de fútbol América de Cali, en El Rodadero.
Según las autoridades, seguidores del equipo de la ciudad de Cali estuvieron el pasado domingo en Santa Marta apoyando a los ‘escarlatas’ en su encuentro con el Unión Magdalena; sin embargo, rechazan la inseguridad que generaron en su visita, pues en total fueron incautados 11 machetes, 12 navajas, 21 cuchillos, 5 destornilladores, 62 cigarrillos de marihuana y 23 bolsas de perico.
“Se aplicaron 27 medidas correctivas, hubo 2 capturas y 17 jóvenes fueron llevados hacia la estación de Policía. Se registraron 5 riñas, las cuales dejaron 6 heridos, entre ellos 5 hinchas y un prestador de servicios turísticos gusanero”, indicó La Unidad Defensora del Espacio Público Santa Marta.
Cabe recordar que estos llamados hinchas tuvieron un comportamiento similar a comienzos del mes de octubre en Cali. En el despliegue operativo de seguridad con motivo del encuentro deportivo entre el América de Cali y Atlético Nacional, las autoridades incautaron una gran cantidad de armas cortopunzantes que iban a ser ingresadas al estadio Olímpico Pascual Guerrero.
Según la Policía Metropolitana de Cali, entre las armas había machetes, cuchillos y navajas. Casi todos estaban oxidados.
“Se realizó un ‘plan desarme’, logrando impactar con esta estrategia a los hinchas deportivos, quienes portaban varias armas blancas”, señaló la Policía por medio de un comunicado.
Masivas caravanas de motos por Halloween en Cali
Tal y como estaba previsto, Cali vivió una noche de caos este domingo 30 de octubre por cuenta de las gigantescas caravanas de motocicletas que recorrieron las calles con motivo de la celebración de Halloween.
Cientos de personas disfrazadas, muchas de las cuales no portaban cascos de seguridad y llevaban las placas de las motos tapadas para evitar ser identificados, se movilizaron principalmente la Autopista Suroriental. Esta situación causó malestar vehicular, un monumental trancón y desmanes.
Aunque el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, Daniel Gualdrón, anunció días atrás que 1.100 uniformados vigilarían los puntos más críticos, las convocatorias de caravanas anunciadas en redes sociales se llevaron a cabo con diversas afectaciones. Cabe recordar que, por su parte, el alcalde Jorge Iván Ospina había enviado un mensaje desalentador: “No podemos controlar a 300 o 400 mil motos en Cali, por eso no podemos prohibir las caravanas de Halloween, solo acompañarlas”.
Para algunos ciudadanos y concejales como Juan Martín Bravo, las declaraciones del alcalde resultaron desafortunadas y un pasaporte al alboroto. “Cali está viviendo un desorden ciudadano. La Alcaldía legalizó las supuestas ‘expresiones culturales’ y nos llevaron a una total anarquía. ¡Se necesita autoridad, orden y seguridad!”, aseguró el cabildante conservador. Fue tal el desorden que hay videos que muestran cuatrimotos transitando por andenes.
“Yo creo que la estrategia es que organicemos las caravanas, ya que no podemos con ellas”; es en sí misma fallida porque la naturaleza intrínseca del goce de ese espacio es que no es legal, formal ni organizado”, agregó un ciudadano en Twitter.
El comandante Gualdrón había advertido que, más allá del caos vial que provocarían las caravanas, se corría el riesgo de que delincuentes se infiltraran en los recorridos para causar estragos y hurtos. Y efectivamente así lo denunciaron algunos internautas.
“Me tocó presenciar cómo una de esas caravanas atracaba con armas al conductor y pasajeros de un carro en la zona conocida como Simón Bolívar. Cada vez veo más complicado que esta ciudad se levante y se termine la anarquía en la que está inmersa”, señalaron.
Gualdrón también había asegurado que las autoridades tendrían “reacciones motorizadas con capacidad” que estarían ubicadas “estratégicamente para que en menos de cinco minutos puedan llegar al sitio muy fortalecidas y contundentes”. No obstante, no son pocos quienes piensan que el descontrol en las caravanas en varios puntos de Cali da cuenta del fracaso de la estrategia: “Ya estábamos avisados de que no iban a evitarlas, pero nos habían dicho que las acompañarían. Pero parece que ni lo uno ni lo otro”.