Dos asesinatos atemorizaron Corinto en febrero de 2017. Éder Cuentía, un indígena miembro del movimiento Marcha Patriótica, líder en asuntos de tierras y coordinador de seguridad en un resguardo, fue abaleado en un establecimiento comercial. Días antes, Jesús Montoya Yonda, funcionario de la Alcaldía de ese municipio al norte del Cauca también había sido asesinado por pistoleros. Veinte meses después de los crímenes, la Policía Antinarcóticos desmanteló una supuesta red de narcotraficantes que estarían vinculados a esos asesinatos, justo en Corinto, uno de los municipios con más cultivos de marihuana en todo el país. Los operativos que desembocaron en ocho capturas fueron realizados en el Valle del Cauca y en Cundinamarca, adonde al parecer llegaban los alcances de esta organización. El grupo es investigado además por asesinatos selectivos en medio de disputas entre narcos, según los investigadores, especialmente por el control de ollas de venta de drogas en localidades de Bogotá como Ciudad Bolívar, Bosa y Suba, y también en Soacha. En contexto: Líderes sociales asesinados Colombia: ¿quién los mata? El supuesto jefe de la banda es conocido como alias Vidal. Las autoridades lo señalan de usar vehículos aparentemente dedicados al transporte de lácteos y otros alimentos, para transportar la droga desde Cauca a la capital. Todo esto lo habría hecho a través de una empresa fachada, constituida legalmente. El hombre tiene antecedentes por narcotráfico desde 2011. Alias Cali también fue capturado durante los operativos y los investigadores creen que era el socio principal de Vidal. A este hombre lo señalan como autor intelectual de los asesinatos de Cuentía y Montoya, los líderes de Corinto abaleados en 2017. Otra de los detenidos fue alias Mechas, la supuesta compañera sentimental de Cali, quien sería responsable de encaletar los cargamentos y encargarse de la logística para hacer llegar la marihuana creepy a Bogotá. En concreto, se le investiga de enviar 859 kilos de esa droga a la capital.