En el aeropuerto de Palonegro de Bucaramanga fue recapturado por segunda vez en los últimos meses el excoronel Hugo Aguilar. Uno de los hombres más poderosos del departamento y padre de una de las dinastías políticas que hoy marcan la parada en Santander lo acaban de volver alcanzar los viejos líos que tiene con la justicia. Mientras gozaba de su libertad condicional en el marco del proceso de parapolítica, Aguilar fue vinculado a un proceso penal por lavado de activos y enriquecimiento ilícito en bienes que ascendían a los 15.000 millones de pesos. El tema financiero resultó altamente sensible pues Aguilar consiguió el subrogado penal después de acreditar insolvencia ante la Unidad para la Reparación de Víctimas.Puede leer:
Al revisar la concesión del subrogado, fue la misma Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia la que consideró que Aguilar debe permanecer privado de la libertad y revocó la libertad condicional. La razón es que los magistrados consideran altamente reprochable que Aguilar hubiera "engañado" a la oficina jurídica de la Unidad de Víctimas, cuando a los dos meses de haber quedado libre compró un "vehículo suntuoso"; luego aparentó la venta del mismo, comportamientos considerados por la corte como una presunta vulneración a la ley penal.La existencia de un lujoso porsche conducido por Aguilar fue revelada por el periodista Daniel Coronell, quien en su columna en SEMANA cuestionó la decisión del juez de ejecución de penas. El periodista aseguró que mientras el excoronel acreditaba que no tenía cómo pagarles a las víctimas, aparecía en los registros de importación del lujoso carro el 17 de julio de 2015. Hugo Aguilar Naranjo, dice la columna, fue condenado a 9 años de cárcel “por sus nexos con los paramilitares pero salió mucho antes por cuenta de esa eficaz aritmética que opera en Colombia para calcular las condenas de los poderosos. La justicia también le impuso una multa de 6.300 millones de pesos para indemnizar a sus víctimas. Él alegó que no podía pagar la multa porque ni él, ni su familia, tenían recursos. Argumentó que su único ingreso era su jubilación de la Policía “De acuerdo con mis capacidades económicas (…) basado en mi pensión pago 500.000 pesos mensuales”. El periodista también revela que Aguilar traspasó el título de propiedad del carro en agosto del año pasado aunque sigue en su poder. El Porsche figuró después a nombre de Yeison Albeiro Sáenz Plazas, un ingeniero que había terminado su carrera hacía tres años. A nombre de él no figura ninguna propiedad y su dirección es un modesto apartamento arrendado en un barrio de estrato 4 en Cúcuta.La Corte también compulsa copias para que se investigue a Aguilar por presunto fraude procesal. El alto tribunal manifiesta que no entrará a censurar la vida privada del exgobernador dado que su sociedad conyugal se liquidó en el año 2011, pero sí pide que la Fiscalía investigue si se configura un delito dado que -como lo alegó la propia Procuraduría- a nombre de su exesposa hay millonarias propiedades. Los magistrados son claros en señalar que no existe una decisión condenatoria contra Aguilar dentro del proceso por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, no obstante, señalan que no se necesita fallo para advertir que se vulneró el compromiso de buena conducta que había adquirido Aguilar con la justicia. La corte afirma que defraudó la confianza no solo de la judicatura sino de la administración pública representada en la Unidad de las Víctimas, dado que podría estar incurriendo en un delito de fraude procesal. Y esta situación va en contra de la rectitud y honestidad que le son exigibles a una persona que está en proceso de resocialización.