La Policía Metropolitana Bogotá capturó, en las últimas horas, a dos de los cinco presuntos responsables de la muerte del activista LGBTI, Guillermo Garzón. Según el comandante de la Policía de Bogotá, general Humberto Guatibonza, "lo que hacían era contactarlos y mediante engaños se hacían invitar a sus apartamentos para robarlos". De acuerdo a como habían señalado fuentes de la Fiscalía, las cámaras registraron a los cinco sospechosos cuando abandonaron el edificio con varias maletas. Ahora las autoridades buscan a tres individuos más que ya fueron plenamente identificados. Tras esta diligencia las autoridades pudieron establecer que los presuntos responsables del crimen identificados como Leonardo Arias Jiménez y Miguel Hernando Vasquez Buitrago, se hacían pasar por homosexuales para poder llevar a cabo sus acciones. Por ahora, serán trasladados a la unidad de Paloquemao donde se adelantarán las audiencias pertinentes. Según el fiscal Iván Lombana, a los capturados se les imputarán los delitos de homicidio agravado, hurto agravado y calificado y concierto para delinquir.” Hay que resaltar que una de las circunstancias de agravación punitiva que se tendrá en cuenta en el delito de homicidio, será haber cometido el hecho inspirado en móviles de orientación sexual. La Fiscalía sustentará ante los jueces que este fue un homicidio cometido por razones de odio, un crimen de odio podríamos señalar” afirmó Lombana Como se recuerda, el pasado 18 de noviembre la comunidad LGBTI sintió un duro golpe, tras conocerse el asesinato en extrañas circunstancias de uno de sus más reconocidos activistas, Guillermo Garzón. Él desapareció durante el fin de semana previo, pero las alarmas se encendieron cuando sus compañeros de trabajo, en el Fondo de Desarrollo de Proyectos de Cundinamarca, notaron su ausencia. Al cabo de unas horas, y luego de hallar el cuerpo de Garzón -habría muerto por asfixia- en la inspección a su vivienda, los investigadores comenzaron a trabajar en varias hipótesis. Una de ellas era que el crimen podría ser pasional. Sin embargo, una de las hipótesis que ahora toma más fuerza es que el asesinato se presentó por un intento de robo. Las investigaciones indican que la organización, de la que hacen parte mujeres y hombres de entre los 20 y 30 años de edad, frecuentaba bares ubicados en el sector de Chapinero, Santa fe, Usaquén y de la calle 93 de la ciudad de Bogotá. Los victimarios después de ganarse la confianza de las personas que abordaban, los acompañaban a sus lugares de residencia donde eran amarrados y asfixiados para hurtarles sus pertenencias. Ahora las autoridades buscan a los otros tres presuntos responsables por quienes se ofrecen una millonaria recompensa.