Dos años después de ser capturado, la Fiscalía logró la condena de Alberto Samuel Galvis, conocido en la ciudad de Pamplona como el ‘monstruo de la montaña’, un violador en serie que sembró el terror en un sendero ecológico cercano a la Universidad de Pamplona, donde intimidaba a sus víctimas con un arma de fuego y las amarraba, las subía hacia la parte más boscosa de la montaña y las accedía carnalmente.

El ‘monstruo de la montaña’ no solo se valía de armas y de pasamontañas para evitar ser identificado, sino que les aseguraba a sus víctimas que era guerrillero para generar más temor e incluso evitar de ese modo que, ante la intimidación, no presentaran las denuncias ante la justicia.

Las primeras pesquisas de la Policía daban cuenta de que por lo menos 23 mujeres posiblemente habían sido violadas por Galvis, luego fueron ocho víctimas las que identificaron al ‘monstruo de la montaña’. Sin embargo, finalmente, la condena a prisión de 32 años y cinco meses se dio, probada de su totalidad, por la violación de cinco mujeres, entre ellas dos menores de edad, casos que pudo documentar en su totalidad la Fiscalía para lograr esta condena por los delitos de acceso carnal violento, acto sexual violento y hurto calificado.

Según se pudo documentar durante el proceso judicial, Galvis tenía el mismo modus operandi para cometer sus delitos. “Se identificaba como guerrillero o guardabosques, utilizaba un arma de fuego para intimidar a sus víctimas y llevarlas a sectores desolados de los barrios Cristo Rey, Juan XXIII y zona rural de Pamplona. Allí, luego de interrogarlas y hurtarles sus pertenencias, las sometía a todo tipo de vejámenes sexuales”, explicó el director de la Seccional Norte de Santander de la Fiscalía, Daniel Alexánder Tapias Ocampo.

El ‘monstruo de la montaña’ había sido capturado en 2019 luego de un intenso seguimiento de la Policía de Pamplona que ya tenía identificada la forma de operar del violador, quien además cometía estos actos siempre en la misma zona. Al lograr identificarlo, con coordinación de la Fiscalía, llegaron hasta el barrio Las Margaritas, donde vivía Galvis, y ahí fue detenido. El proceso no fue fácil, pues según señalan las autoridades, requirió por lo menos cuatro años de indagaciones. Según las investigaciones, estos hechos los pudo haber cometido desde 2009 hasta 2017.

“Con la captura de este delincuente regresa la tranquilidad y confianza a los habitantes pamploneses y llegaremos hasta el último rincón del departamento para continuar la lucha frontal contra los violadores y proxenetas”, dijo en su momento el comandante de la Policía de Santander, coronel Fabián Ospina Gutiérrez.