Carlos Mattos, condenado por sobornar a jueces en el marco del escándalo de Hyundai, fue hospitalizado en casa debido a sus quebrantos en salud, tras una orden del Tribunal Superior de Barranquilla.
En la decisión del Tribunal se lee que, con el fin de “amparar los derechos fundamentales a la salud, vida, dignidad humana e integridad del señor Carlos José Mattos Barrero, se toma como medida especial transitoria de protección de sus derechos fundamentales ordenar al director de la cárcel El Bosque de Barranquilla” trasladar al condenado “para que reciba extensión de hospitalización en casa como viene ordenada por sus médicos tratantes por el tiempo que lo determinen”.
El pasado 5 de enero Mattos había tenido una recaída, por la que tuvo que ser trasladado a la Clínica del Caribe. Salió, pero luego el 14 de enero volvió a ser hospitalizado, esta vez en la Clínica Asunción de Barranquilla, donde permanecía hasta hoy (11 de febrero) que fue enviado a su casa. Debido a sus recientes complicaciones de carácter coronario, su abogado defensor solicitó la hospitalización en su domicilio privado.
El diagnóstico del corrupto empresario, procesado por la cadena de sobornos a funcionarios judiciales para que fallaran a su favor y pudiera continuar vendiendo carros de marca Hyundai, es “síndrome coronario agudo y síncope de probable origen cardiogénico”.
La tarde de este sábado, el Inpec confirmó que Mattos ya fue trasladado hasta su domicilio en la ciudad de Barranquilla, en cumplimiento a lo ordenado por el tribunal en fallo de tutela con fecha del 7 Febrero de 2023.
El proceso contra Carlos Mattos
La historia de Mattos está redactada en capítulos desordenados. En una década se convirtió en el todopoderoso de la distribución de vehículos Hyundai en Colombia, principalmente los taxis llamados “zapaticos” y en un par de años el imperio se desmoronó, más rápido de como se construyó.
El proceso en su contra avanzó con pasos de gigante. En menos de dos años, una docena de personas, entre funcionarios judiciales, abogados y tramitadores, resultaron capturados y hasta condenados. El caso, curiosamente, fue adelantado por el fiscal Daniel Hernández, quien luego fue cuestionado por la propia Fiscalía en otro proceso.
Fue condenado, dos veces, y en los dos casos los magistrados del Tribunal de Bogotá, tumbaron las condenas por considerar que los acuerdos alcanzados con el ente acusador no se compadecían con el daño causado a la justicia, además, las penas eran muy bajas.
Mattos se comprometió a pedir perdón, a reparar al Estado con 2 millones de dólares y a no repetir sus actuaciones, pero volvió a caer y su negociación terminó borrada de un tajo cuando usó los vehículos y funcionarios del Inpec para hacer vueltas personales. Este bochornoso capítulo descabezó al director del Instituto y también al director de La Picota.
Mattos tuvo un paradisíaco predio en Islas del Rosario
El empresario también disfrutó las mieles del Caribe colombiano de forma privada durante años enteros.
La tenencia del predio ‘La Isabella’, uno de los rincones más hermosos del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, gozó de cierto grado de discreción hasta 2010, cuando el administrador le impuso a Mattos una medida preventiva que, finalmente, desembocó en una sanción.
Luego de dos intentos por notificarlo, finalmente Mattos fue informado de que se le adelantaría una inspección judicial, que terminó por empapelarlo formalmente, pues en septiembre de 2011, tal como figura en los archivos de la dirección de Parques Nacionales, comenzó la pelea jurídica.
En 2012, su apoderada pidió decretar la nulidad del proceso por supuesta violación a las garantías constitucionales de Mattos, pero, finalmente, en octubre de 2013, la Dirección Territorial Caribe de Parques Naturales le formuló cargos.
Mattos debía responder por “construir nueve polígonos de diferentes tamaños, en un área total de 249,67 metros cuadrados, de plataforma de madera, soportados sobre 118 pilotes fundidos en concreto de diverso diámetro y profundidad, forrados en PVC corrugado, empotrados en el fondo marino”.