A finales de noviembre, un fiscal de la Unidad de Análisis y Contexto ordenó la exhumación de los restos de Carlos Pizarro Leongómez, uno de los fundadores del M-19 y candidato presidencial. El objetivo era aclarar las dudas acerca de la verdadera causa de su muerte.

Una fotografía del momento en el que comenzó la exhumación.Casi 25 años después del asesinato del líder de izquierda, la Fiscalía manifestó que el informe balístico de trayectoria (que es el que establece la relación del origen de fuego -tirador- y el punto de llegada del proyectil) no concuerda con la historia del asesinato del líder del M-19.El estudio estuvo a cargo del grupo de criminalística del CTI de la Fiscalía y los resultados, que salieron en menos de dos meses, ya están en las manos del fiscal encargado.El informe de la segunda necropsia, de más de 30 páginas y conocido en primicia por Semana.com, hace un inventario de los restos óseos de Pizarro y narra una a una las fisuras y daños en sus huesos, producto del paso de los proyectiles. Todo teniendo en cuenta el deterioro natural de los restos.El resultado del estudio y con relación al cráneo, donde se alojaron algunos proyectiles, dice que está incompleto, fracturado, lesiones que se podrían relacionar con las producidas por el proyectil de arma de fuego y al trauma contundente a alta velocidad. En las imágenes del cráneo se ven claramente tres orificios de entrada del proyectil de, aproximadamente, un centímetro de diámetro.Sobre la reconstrucción hipotética de la trayectoria, el estudio advierte que, según las características y ubicación de las lesiones, “se sugiere una trayectoria de derecha a izquierda y de atrás hacia adelante”.Según unas imágenes de mayo del 2010, en las que el CTI  reconstruye la escena, se puede ver que el sicario habría disparado desde esa dirección. Esto, haría pensar que la hipótesis de su muerte no cambiaría. Este estudio es la base fundamental para que el fiscal establezca si Pizarro fue asesinado por Gerardo Gutiérrez, como se ha dicho siempre, o por un miembro de la escolta como ahora se cree.La historia asegura que Gutiérrez, quien iba a bordo de un vuelo de Avianca con destino a Barranquilla en el que también iba a Pizarro, se levantó de su silla con rumbo al baño. De allí salió con una subametralladora y disparó 15 tiros contra la humanidad del jefe del M-19. Los escoltas reaccionaron y dieron de baja al asesino.Pero el año pasado surgieron dudas sobre ese hecho cuando un procurador delegado en el caso, Sergio Reyes, aseguró que en 2010 su entidad conceptuó que el asesinato de Pizarro estaba enmarcado dentro del delito de lesa humanidad. Surgió una nueva hipótesis en el sentido si hubo determinación por parte de agentes del Estado. “Existe la posibilidad de una colaboración de fuerzas de seguridad del Estado para perpetrar el crimen”, dijo Reyes.Además, 25 años después quedan dudas de que el sicario fuera realmente el victimario. Es por eso que, con este informe derivado de la exhumación, la Fiscalía establecerá el ángulo del proyectil sobre la piel y ubicar las posiciones de la víctima y el victimario tomando como referencia exclusiva la trayectoria que el proyectil tuvo dentro del cuerpo. Esto con el fin de determinar si concuerda con la posición de quien le disparó.