El conflicto entre taxistas y conductores de Uber se salió de control. Lo que pasó en la madrugada del viernes a Carmen Santos, hija menor del ex vicepresidente Francisco Santos, es el broche de cobre de una serie de enfrentamientos que se repiten noche a noche en diferentes vías de Bogotá. Todo ante la pasividad de las autoridades policiales y regulatorias. “Carmen está en shock. Estuvo secuestrada más de 40 minutos. Eso no puede pasar en Colombia”, le dijo enfáticamente Francisco Santos a Semana.com. El relato de lo ocurrido vuelve a poner sobre el tapete un sistema coordinado y aceitado que tienen varios taxistas para identificar, bloquear y, en casos extremos, agredir a conductores y pasajeros. Santos cuestionó vehementemente el hecho de que este tipo de inconvenientes se presenten en plena zona céntrica de Bogotá. Señaló, además, el problema de fondo, “esta vez fue mi hija, pero le puede pasar a cualquier ciudadano y eso no podemos permitirlo. Todo esto es muy grave”. El excandidato a la Alcaldía de Bogotá indicó que ya tienen identificado a uno de los taxistas que agredieron a su cuerpo de escoltas y dañaron el vehículo en el que iban a llevarse a su hija. “Me voy a meter de cabeza en este tema. Acudiré a la justicia colombiana para que estos hechos lamentables no se repitan”. El líder del partido Centro Democrático también se mostró consternado por el tiempo que tardó la Policía en hacer presencia en el lugar de los hechos. “De acuerdo con lo que me cuenta Carmen, las autoridades llegaron casi una hora después del aviso”. Semana.com pudo establecer que el abogado Francisco Bernate, apoderado de Francisco Santos, presentará una denuncia formal ante la Fiscalía para que las personas que estuvieron involucradas en el episodio sean judicializadas. Acciones coordinadas En octubre del 2015, Semana.com había denunciado el modelo que tienen los taxistas para “cazar” lo que ellos consideran “servicios piratas”. Primero identifican el carro que preste servicio a través de la plataforma Uber, luego utilizan sistemas de comunicación como Whatsapp para convocar más amarillos y proceder al bloqueo de los automotores. Este medio también había denunciado que la estrategia que tienen los taxistas en Bogotá es “transnacional”. La agrupación de Asociación Élite Taxi de España fue la que inventó el modelo para detener a los conductores de Uber y Uber X en zonas urbanas. En exclusiva, Semana.com habló con Tito Álvarez, el fundador de Asociación Élite Taxi, quien reconoció que mediante un grupo de Whatsapp se comunica con taxistas en Bogotá. En este grupo, además de compartir información sobre el gremio, también coordinan acciones para enfrentar lo que ellos consideran una amenaza para su trabajo y el sustento a sus familias. Por ahora, ni el Ministerio de Transporte, ni el Ministerio de las TIC se han pronunciado sobre el episodio que tuvo que vivir la hija de Francisco Santos en plena capital de Colombia. Lo cierto es que la guerra entre taxistas y conductores de Uber es una bomba de tiempo que está a punto de estallar.