Cero y van dos. La Fiscalía volvió a pedir el aplazamiento de las audiencias preparatorias al juicio que se adelanta en contra de Paul Naranjo y Julián Ortegón, los únicos capturados por el feminicidio de Ana María Castro.

Para este jueves estaba agendada, por segunda vez, la audiencia preparatoria al juicio por el presunto feminicidio de Ana María ocurrido en marzo de 2020. Sin embargo, la Fiscalía reiteró una solicitud que solo alarga el calvario para los procesados. El ente acusador pidió un nuevo aplazamiento y de paso confirmó la estadía en una cárcel de Naranjo y Ortegón.

La Fiscalía le pidió a la jueza de conocimiento que aplazara la diligencia por cuanto faltaba completar algunos trámites para concretar el encargo de ese despacho, ya que el fiscal principal tenía algunos problemas médicos y se encontraba incapacitado.

La situación concluyó de la manera más obvia y a la juez de conocimiento no le quedó de otra que aplazar la audiencia para el próximo 8 de agosto, donde nuevamente tendrán que encontrarse Paul Naranjo, Julián Ortegón, su defensa, la representación de víctimas y la Fiscalía.

De acuerdo con la defensa de los acusados, en este momento deberían ya estar en el juicio, debatiendo la responsabilidad o inocencia de las dos personas procesadas en el presunto feminicidio, pero aún se encuentran definiendo las pruebas que usarán.

Naranjo y Ortegón fueron acusados formalmente por el delito de feminicidio agravado, la Fiscalía presentó como prueba las declaraciones de un conductor de una plataforma de transporte que aseguró haber sido el primero en llegar a la escena del crimen y ver cómo Ana Maria fue lanzada como un muñeco de trapo al pavimento.

Sin embargo, la defensa también advirtió que la Fiscalía no tuvo en cuenta el testimonio de otra persona, un ingeniero biomédico que se movilizaba en una motocicleta y que aseguró llegó antes que ese conductor de la plataforma y advirtió que a la única persona que vio en la calle era Mateo Reyes, amigo de la víctima, que más tarde se convirtió en testigo del ente acusador.

Reyes era el hombre que se encontraba en el mismo asiento que Ana María Castro cuando se movilizaban en la camioneta de Paul Naranjo y fue quien le dijo en un primer momento a los investigadores que Ana María se bajó por sus propios medios de la camioneta, se ubicó frente a la ventana del copiloto y luego cayó el pavimento.

Ese testimonio de Mateo Reyes, que se encuentra fuera del país, coincide con las declaraciones de las otras dos personas acusadas: de Naranjo Ortegón, en las que afirma que la camioneta se detuvo y Ana Maria se bajó junto a Mateo Reyes, y luego arrancaron sin percatarse de que ella terminó en el suelo.

La audiencia que nuevamente se aplazó por solicitud de la Fiscalía, es el escenario donde la defensa espera presentar o por lo menos advertir cuáles eran los testigos y pruebas que llevará al juicio y de la misma forma la Fiscalía entregará en detalle cuáles serán sus evidencias para pedir una condena en contra de los acusados.

El nuevo aplazamiento, entre otras cosas, advierte lo que seguramente ocurrirá: que la defensa solicite ante un juez de control de garantías una libertad por vencimiento de términos. En este momento, y de acuerdo con las evidencias recabadas, el proceso y los acusados deberían estar en un juicio.

La juez hizo algunas advertencias sobre la importancia que requiere la asistencia de todas las partes del proceso, por cuanto aquí lo que se discute es un feminicidio y también la libertad de dos personas, que desde el inicio de la investigación aseguraron o se declararon inocentes.