Como Ángel Rolando Colina, alias Anyelo, y Jaiver Enrique Gómez, alias Porky, fueron identificados los dos ciudadanos venezolanos que presuntamente asesinaron a la periodista Natalia Castillo en Bogotá. La Fiscalía los capturó y presentó ante un juez para imputar cargos por homicidio, hurto agravado y porte ilegal de armas.
Durante el fin de semana fueron judicializados los dos presuntos asesinos de la comunicadora en hechos ocurridos en la madrugada del pasado 24 de diciembre, cuando la víctima salió de camino a su casa con algunos amigos y luego de compartir en un establecimiento del sector de Galerías.
De acuerdo con el relato de la Fiscalía, los dos ahora capturados los abordaron y amenazaron para que entregaran sus pertenencias y, ante la negativa de Natalia, forcejearon, ella cayó al piso y allí la atacaron con un arma traumática modificada con un esfera de acero que la convirtió en letal.
Natalia fue trasladada a un centro médico, pero falleció tras la gravedad de la herida en su pecho. La Fiscalía inició la investigación y el propio fiscal Francisco Barbosa advirtió que las labores de verificación iban por buen camino, al punto de que los resultados que se conocieron durante el fin de semana con la captura de los dos presuntos responsables.
La Fiscalía reveló videos de seguridad, declaraciones de testigos que señalaban justamente a estos dos capturados de integrar una conocida banda de delincuentes que tienen atemorizados a los vecinos de Galerías, particularmente a las personas que llegan a los sitios de rumba y salen por las cuadras del sector, bien de camino a sus casas, a buscar un taxi o en parqueaderos donde tienen sus vehículos.
“Arma de fuego traumática modificada abordaron les apuntaron o encañonaron y les pidieron que entregarán sus equipos de telefonía móvil… Como nos los entregaba procedió a dispararle en su corporalidad”, dijo el fiscal a cargo del caso.
En la audiencia, el fiscal hizo un relato detallado de las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que ocurrió este crimen, además de la forma en que los delincuentes se paseaban por la zona esperando identificar a sus víctimas. Para el fiscal, no se trata de un trabajo minucioso sino de un grupo de hampones que transitan por la calle esperando una oportunidad para atracar.
Habitantes del sector advirtieron de manera repetida que la zona se convirtió en un fortín para la delincuencia, esto a pesar de que existe un CAI de la Policía a solo unas cuadras, pero según denuncias resulta insuficiente a la hora de cubrir la dimensión del barrio y la cantidad de delincuentes que transitan por sus calles.
Los dos capturados no aceptaron su responsabilidad en los delitos imputados por la Fiscalía, en otras palabras, negaron ser quienes dispararon y asaltaron a Natalia. Un juez de control de garantías fijó para este lunes la diligencia en la que definirá si los envía a una cárcel como lo solicitó la Fiscalía ante la gravedad de los hechos investigados.