La captura de Jesús Santrich cayó como un baldado de agua fría para el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc. Que uno de los excombatientes siguiera involucrado en el negocio del narcotráfico sembró serias dudas sobre el compromiso de los hombres que decidieron cambiar las armas por la política.

El 9 de abril de 2018, agentes del CTI de la Fiscalía llegaron a una casa en el barrio Modelia, al occidente de Bogotá. Y se llevaron a Santrich, señalado por la DEA de negociar el envío de 10 toneladas de cocaína a Estados Unidos, en una alianza criminal con el cartel de Sinaloa.

Las contadas grabaciones que se conocieron en su momento, fruto de las interceptaciones de la Fiscalía y la DEA, mostraban a Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez, dialogando con un asistente de Santrich sobre unos mexicanos con quienes se iba a cuadrar un negocio. Adicionalmente, se conoció el famoso cuadro pintado por Santrich con una dedicatoria a Rafael Caro, uno de los narcos más poderosos de México.

En ese momento el caso Santrich desató un choque de trenes y un enredo macondiano entre la Fiscalía, la Corte Suprema de Justicia y la JEP sobre las pruebas y la competencia. Al final, el exguerrillero fue puesto en libertad y la historia es ampliamente conocida: se voló, posiblemente cruzó hacia Venezuela y se juntó con Márquez y el Paisa en la disidencia de la Segunda Marquetalia. Si bien es cierto que las pruebas evidencian que Santrich estaba metido en el negocio de la droga, tras la firma del acuerdo de paz han surgido varios interrogantes sobre el método empleado en la investigación que terminó con su captura.

Jesús Santrich y Néstor Humberto Martínez | Foto: SEMANA

Unos explosivos audios revelados por El Espectador dejan mal parado al exfiscal Néstor Humberto Martínez, quien en su momento solo le entregó 12 grabaciones a la JEP de las 24.000 que reposaban en el desarrollo del proceso. ¿Por qué no las remitió todas? ¿Acaso no quería que supiera el tribunal y la opinión pública sobre las pesquisas en torno al exjefe de las Farc y la tarea adelantada en ese sentido por la Fiscalía y la DEA? ¿Cuál es la verdad de la droga usada en el entrampamiento?

Que dichos audios salgan ahora a la luz pública han alimentado las prevenciones de los defensores del acuerdo de paz con el entonces fiscal. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los hechos ocurrieron durante el gobierno de Juan Manuel Santos y que Martínez le informó al entonces presidente, en el 2017, en qué andaban algunos excombatientes. Del caso Santrich, el fiscal ha dicho que mantuvo enterado a Santos. Como si todo esto no fuera extraño, las menciones al exvicepresidente Óscar Naranjo y la suplantación de la exsenadora Piedad Córdoba han terminado por enrarecer la investigación contra Santrich. El exfiscal Martínez, que podría asumir como embajador de Colombia en España, intentó dar unas explicaciones que para nada resuelven el enredo ni aclaran la gravedad de lo que se oye en los audios.

Pero una cosa es cierta: Santrich se burló de la justicia, tiene un largo historial delictivo y traicionó a los colombianos. Su voluntad de pasar la página de la guerra no era sincera. Hay personas que terminan extraditadas con menos pruebas en su contra. Eso no impide exigir explicaciones sobre cómo se dio la investigación contra este exjefe de las Farc.