Los recientes asesinatos de Sofía Delgado y Alexis Delgado, en el Valle del Cauca y Cundinamarca, respectivamente, tiene consternados a los colombianos.
En cuanto a la niña Sofía, su cuerpo fue hallado al interior de un cañaduzal el 17 de octubre en la vía Candelaria-Florida, luego de haber desaparecido el pasado 29 de septiembre en el barrio La Victoria del corregimiento de Villa Gorgona, municipio de Candelaria, Valle del Cauca.
Un individuo, vecino de la menor, identificado como Brayan Campo, confesó haber asesinado a Sofía al interior de un local en el que vendía accesorios para mascotas. Luego, trasladó su cuerpo hasta el cañaduzal.
En cuanto a Alexis Delgado, el niño de dos años, su cuerpo fue hallado el 20 de octubre, sepultado cerca de una finca de la que había desaparecido, ubicada en la vereda Campo Hermoso, aproximadamente a dos horas del casco urbano de San Cayetano, Cundinamarca.
El pequeño fue abusado, torturado y asesinado, presuntamente, por el esposo de la tía del niño. Se trata de Carlos Estiben Herrán Rodríguez, quien inicialmente dijo a las autoridades que el menor había muerto tras —supuestamente— caer de un caballo, y que por “miedo”, había procedido a sepultarlo en un lugar cercano a la finca; algo que fue desvirtuado por el resultado de la necropsia llevada a cabo por Medicina Legal.
Cuando han pasado varios días de estos crímenes, se han ido conociendo más detalles del actuar frío y desalmado de Brayan Campo y Carlos Estiben Herrán.
La esposa de Campo, Evelyn Rodas, habló la semana pasada con el periodista independiente Jay Alarcón y narró cómo actuó él tras asesinar a Sofía. La mujer ha insistido en que ella es inocente y que no sabía lo que había hecho su pareja.
“Ese día se comió todo lo que le serví”, contó Rodas.
Después de comer, devolvió a la mamá de Rodas a su casa y regresó a la vivienda. Más tarde, le manifestó a su esposa que tenía que ir donde el mecánico y tardó veinte minutos. Luego de la visita al taller, él se duchó y dedicó el resto del día a ver películas junto a su pareja, tal como ocurría los domingos.
“Él era normal, no me mostró nervios, incluso ese día se comió todo lo que le serví y estábamos acostumbrados a que todos los domingos veíamos una o dos películas en la noche y ese día todo trascurrió con normalidad, toda la semana estuvo normal. Él nunca mostró remordimiento, nerviosismo ni ansiedad”, dijo Rodas.
Y es que la frialdad de los asesinos no deja de sorprender. En cuanto a Carlos Estiben Herrán, su comportamiento fue muy similar al de Brayan Campo.
Teodolfo Ramírez, abuelo del pequeño Alexis Delgado, dijo a Noticias Caracol en vivo que una hermana de él se quedó en la casa de Herrán el mismo día que este habría cometido el crimen y ella lo notó siempre tranquilo, sereno.
“Mi hermana Luz Estrella se quedó allá con el delincuente esa tarde. Ese sábado por la noche se quedó allá con el delincuente, y lo veía tranquilo, lo veía sereno, como si nada hubiera hecho (...). Ella (Luz Estrella) no pudo dormir esa noche ni nada. Escuchaba ruidos raros. Al otro día, el delincuente se levantó, dizque a las 4 de la mañana, hizo tinto y antes le dio. Le dijo: ‘Eso todavía está muy presto para irme a ordeñar, voy a acostarme otro ratico’. Se acostó y a las 5 de la mañana sí salió y se fue a ordeñar”, narró Ramírez al noticiero citado anteriormente.
Este lunes 28 de octubre, un individuo identificado como Darwin Felipe Beltrán, de 31 años, mató a sus dos hijos: Santy Steban Beltrán Ramírez y Susan Beltrán Ramírez, de cuatro y siete años, respectivamente. El doble crimen se presentó en el barrio de Las Ferias, localidad de Engativá, en Bogotá.
Información preliminar da cuenta de que el crimen se habría presentado luego de que el sujeto discutiera con su esposa y madre de los pequeños. Beltrán fue capturado en flagrancia.