Una escalada violenta como en las peores épocas de la guerra contra insurgente acaba de sufrir el Cauca entre la noche de este lunes 25 de marzo y la madrugada del 26. La única diferencia con lo que sucedía en otrora, es que en esta ocasión no hubo víctimas fatales, pero sí un herido. Los hechos violentos fueron perpetrados en cinco municipios (Caloto, Toribío, Santander De Quilichao, Miranda y Morales) localizados al norte de ese departamento, justamente la zona donde se concentra la mayor tensión por cuenta del paro indígena que se lleva a cabo desde el pasado 12 de marzo y que ya completa quince días de protestas y bloqueos sobre la vía Panamericana. El primer ataque ocurrió en el municipio de Caloto, a la media noche del lunes, cuando desconocidos lanzaron un artefacto explosivo contra el Esmad y Emcar que estaban ubicados en la hacienda La Emperatriz, el emblemático predio que desde hace años ha sido objeto de crudos enfrentamientos entre las autoridades y los indígenas, quienes exigen les sea devuelto, porque hace parte de sus territorios ancestrales que les pertenecen.

Según explicó la Policía de Cauca a través de un comunicado, en ese sector los uniformados fueron atacados desde un campero que estacionaron a la entrada de la hacienda, “(…) el cual había sido acondicionado con un sistema de rampa y se incendió al parecer por la manipulación de los artefactos”, detallaron tras asegurar que en ese hostigamiento no hubo lesionados.

Media hora después se produjo otro ataque, pero esta vez en el municipio de Santander de Quilichao, más exactamente en el sector de La Agustina, donde hicieron estallar un artefacto explosivo que ubicaron al interior de una alcantarilla que atraviesa la calzada de la vía Panamericana. Como era de esperarse la detonación destruyó parte de la capa asfáltica de la carretera que tendrá que ser reconstruida.

En la madrugada de este martes los criminales volvieron a actuar y en un parqueadero contiguo a la alcaldía de Miranda detonaron una motocicleta que cargaron con explosivos; por fortuna en ese hecho no hubo víctimas y los daños materiales fueron mínimos. Puede leer: ¿Quién mató al patrullero del Esmad en el Cauca? Posteriormente, siendo las 5 de la madrugada de este martes, la estación de policía de Toribío, fue hostigada, tal como sucedía en los tiempos de la guerra contra las Farc. La jornada violenta culminó con otro hostigamiento, pero en esta ocasión fue perpetrado contra la estación de policía de Morales. En esa acción sí resultó herido un policía por cuenta de las esquirlas; el ataque se produjo a las 9:55 de la mañana desde una montaña que está ubicada en la parte trasera de la estación policial. Al respecto, el secretario de Gobierno de Cauca, Ricardo Cifuentes, se mostró sorprendido por la escalada violenta, “que no vivíamos desde que se firmó el acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc”, dijo el funcionario. Le puede interesar: VIDEO: Un policía muerto y civiles en medio del fuego cruzado; así continúa la alarma en el Cauca Agregó, que por ahora la hipótesis más fuerte es que esos atentados y hostigamientos fueron ejecutados por disidentes de las Farc, “y lo habrían hecho, al parecer, para conmemorar un aniversario más de la muerte de Alfonso Cano”. Llama la atención ese dato, por cuanto el jefe guerrillero fue abatido por el ejército el 4 de noviembre de 2011; es decir, una fecha que no coincide ni con el día ni con el mes de esta nueva escalada violenta que sacude al Cauca. Por su parte, el ministro de Defensa Guillermo Botero, durante una rueda de prensa realizada este martes, insistió en señalar que detrás de esas explosiones en varios municipios del Cauca, estarían disidencias de las Farc y Los Pelusos, “todo está relacionado; aquí no hay nada que sea ajeno a la circunstancia de la minga. Es decir, que ahí hay infiltrados y, además, Los Pelusos y el frente sexto de la disidencia están dedicados a poner bombas", aseguró el funcionario. Como se recordará, tras el repliegue de las Farc en el Cauca, la región se convirtió en el trofeo que se pelean a muerte disidentes, el EPL y el ELN. La meta de esos grupos armados ilegales es hacerse al control territorial ya que la zona brinda excelentes condiciones donde florecen cultivos de coca y marihuana y además cuenta con rutas de acceso hacia el océano Pacífico y una espesa vegetación que permite mimetizar los laboratorios donde se procesa la pasta de coca.