En un importante operativo llevado a cabo en la madrugada de este viernes, las autoridades lograron la captura de Eris Ernel Bertel Vargas, alias ‘Pantera’, cabecilla de la estructura Juan de Dios Úsuga, una de las más grandes del Clan del Golfo.
Alias Pantera es considerado el hombre de confianza de Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, máximo líder del Clan del Golfo tras la caída de alias Otoniel, extraditado a Estados Unidos. Esta cabecilla tenía bajo su control siete subestructuras y era responsable de coordinar la producción de cocaína en las selvas de Chocó, el Bajo Cauca y el Urabá antioqueño.
Gracias a los grupos de inteligencia de la fuerza pública, se logró ubicar el campamento de alias Pantera en una zona rural de Turbo, Antioquia. Posteriormente, un grupo del Comando de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares realizó una operación de asalto exitosa, culminando en la captura de alias Pantera.
Bertel Vargas es señalado de estar detrás del llamado “plan pistola” en varios municipios de Antioquia con el objetivo de atacar a la fuerza pública en la región. De igual forma, se le señala de ordenar extorsiones contra la población en Turbo, Necoclí y San Pedro de Urabá.
Alias Pantera deberá responder ante las autoridades competentes por los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de homicidio y extorsión, no se descarta que la Fiscalía le impute otros delitos por más crímenes.
Este contundente operativo se da luego de que la fuerza pública retomara operaciones contra la organización criminal tras la suspensión del cese al fuego ordenado por el presidente Gustavo Petro, el pasado 20 de marzo, debido a la arremetida contra las comunidades del Bajo Cauca antioqueño.
Esto se dio porque varios gobernadores alertaron sobre el incremento de la extorsión y del negocio del narcotráfico desde que se implementó el cese al fuego bilateral el primero de enero pasado. Por ejemplo, el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, siempre señaló al Clan del Golfo por su participación en el paro minero.
“He ordenado a la fuerza pública reactivar todas las operaciones militares contra el Clan del Golfo. Se suspende el cese bilateral con este grupo al margen de la ley”, anunció en marzo pasado el presidente Petro.
A sangre y fuego: la guerra entre Chiquito Malo y Gonzalito
Los mafiosos acostumbran a resolver sus problemas a bala y de igual manera se disuelven las sociedades. Esa es la orden que dio Jobanis de Jesús Ávila, alias ‘Chiquito Malo’, heredero del imperio criminal de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, quien a sangre y fuego está eliminando a cualquier rival que pueda surgir por el control del Clan del Golfo.
La guerra que desató Chiquito Malo tiene en la mira a José Gonzalo Sánchez, alias ‘Gonzalito’, el otro poderoso cabecilla de la organización narcotraficante. Detrás de la orden de asesinarlo está el fracasado cese al fuego con el Gobierno y los diálogos en busca del desarme.
La orden es clara. Según información de inteligencia, a Gonzalito “hay que sacarlo del camino” y, para este fin, su exsocio ya dispuso de un grueso botín de miles de millones de pesos y hasta un escuadrón de la muerte para asesinarlo.
El detonante de esta pelea a muerte fue por el protagonismo de Gonzalito y sus hombres en el paro minero que se dio en Antioquia, que hoy nadie niega que tuvo infiltración del Clan del Golfo, y que llevó al fracaso del cese al fuego.
La ira de alias Chiquito Malo no es propiamente porque estuviera buscando la paz, por el contrario, pruebas en poder de SEMANA dan cuenta de que este narco estaba usando el cese para extender su poder criminal, aumentar en hombres sus escuadrones y armarse hasta los dientes. Tenía claro que iba a enfrentar dos guerras: la primera era por el poder del Clan del Golfo, y la segunda era el enfrentamiento contra las fuerzas militares y de Policía.
Para cumplir su plan cuenta con sus socios de los carteles de México, Brasil y Centroamérica. Emisarios de estas organizaciones estuvieron en Colombia y sostuvieron encuentros con la gente de alias Chiquito Malo. No hubo dinero de por medio; tranzaron coca por armas y municiones.
Prueba de ello son rastros y seguimientos del transporte de esas armas y de la droga por el Tapón del Darién, en frontera con Panamá. La otra ruta viene desde Venezuela. Por estos caminos les llegaron armas como ametralladoras .50, M-60 y fusiles AK-47, M-16 y R-15, todos con cientos de cajas de munición.
El Clan del Golfo, al comando de Chiquito Malo, se prepara para la guerra. Con cinco estructuras y 25 subestructuras, que cuentan con más de 1.500 hombres en armas y cerca de 2.500 colaboradores, la organización se está extendiendo.
Reposa en informes secretos de las autoridades.