Los chigüiros en Casanare y Arauca tienen rivales naturales, los depredadores. Pero ahora su especie está en riesgo por cuenta del hombre. Son los mismos habitantes de estos departamentos los que convirtieron a los chigüiros en enemigos y hacen lo posible por extinguirlos, mientras aseguran que su caza y tráfico, es la única forma de subsistencia que tienen.
Durante meses, 15 personas se dedicaron a perseguir, cazar y sacrificar a estos enormes roedores al punto de amenazar a la especie. La Fiscalía investigó y logró identificar a estas personas que resultaron ser eslabones de una cadena criminal con tentáculos en varias zonas del país y con roles finamente definidos. Eran traficantes de carne de chigüiro.
“La Fiscalía General de la Nación logró uno de los resultados más importantes en defensa del chigüiro o capibara, una especie de vital importancia para la conservación de los cuerpos de agua y los corredores naturales en la Orinoquia colombiana”, explicó la Fiscalía al entregar detalles de un operativo contra esta red criminal.
Un grupo de investigadores de la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional, bajo coordinación de la Fiscalía, avanzaron en la investigación y fue posible establecer el modus operandi de la organización criminal, incluso la ruta que tenían para completar el tráfico de la carne.
“Abundante evidencia indica que esta organización coordinaba las faenas de cacería en las sabanas inundables de Casanare, el desposte de los animales, el acopio y transporte de la carne, y la comercialización del producto en plazas de mercado y restaurantes de Bogotá y otras ciudades del interior y oriente del país”, señaló el ente acusador.
La investigación permitió conocer cómo y de manera despiadada, los cobardes cazadores buscaban a los chigüiros aprovechando que estos animales son dóciles y se mueven en manada, lo que terminó por convertirlos en víctimas servidas a los cazadores, que también en manada los acorralaban sin ninguna posibilidad de escapar o defenderse.
“Fueron capturados 15 presuntos integrantes de una de las mayores redes dedicadas a la caza ilegal de chigüiro y la comercialización de la carne. Las diligencias se realizaron de manera simultánea en Paz de Ariporo y Yopal (Casanare), y en la ciudad de Arauca (Arauca)”, dijo el director contra las violaciones a los Derechos Humanos, Hugo Tovar Pérez de la Fiscalía.
Para imaginar el impacto y el daño causado por esta red de traficantes, basta con conocer las cifras de la carne incautada. Según la Fiscalía, este año fueron incautadas más de cuatro toneladas de carne de chigüiro –solo lo incautado–, sin calcular lo que lograron traficar.
“De otra parte, se estableció que la carne era trasladada por vía terrestre de manera insalubre, oculta en las bodegas de buses de servicio público, como encomiendas en camiones o escondida en vehículos particulares”, dijo el director de la unidad encargada de investigar este lamentable caso en la Fiscalía.
A pesar del enorme trabajo de investigación de la Fiscalía y la Policía, de la imputación de cargos y el material de prueba, que llevó a 13 de los detenidos a aceptar cargos, todos quedaron en libertad y en los mismos territorios donde mantienen bajo amenaza a los inofensivos chigüiros, y ahora nadie puede garantizar que no volverán a cazar y traficar.
“Un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos imputó a los presuntos integrantes de la red los delitos de concierto para delinquir y aprovechamiento ilícito de los recursos naturales”, señaló la Fiscalía.
La estructura criminal quedó plenamente identificada, incluso quienes financiaban todo el entramado asesino y depredador. La investigación continúa. La Fiscalía aseguró que todos los procesados seguirán vinculados al caso, mientras ante un juez de Conocimiento esperan obtener una condena en su contra.