Un hecho particular llamó la atención del personal de custodia en la cárcel La Picota de Bogotá y principalmente en el pabellón de alta seguridad, conocido como el pabellón de extraditables, el mismo sitio donde hace varios meses se denunció una parranda que duró días con artistas en vivo, licor y juegos de azar.
Los funcionarios del Inpec advirtieron como en repetidas oportunidades las personas privadas de la libertad, no solo se acaban basura de las celdas, sino bolsas con tierra, como una actividad común de barrer su espacio de reclusión y recoger los desperdicios para sacarlos del pabellón. Ese hecho inusual motivó un operativo que se adelantó en las últimas horas.
Con el grupo de operaciones especiales, la dirección del Inpec y La Picota, llegó hasta las celdas de este pabellón de extraditables y logró detectar que convertían el piso y las paredes en caletas para guardar elementos prohibidos como celulares, licores o armas.
“Así mismo, en la mañana de hoy los Grupos Especiales del INPEC ingresaron al Pabellón de Alta Seguridad, con fin de encontrar elementos prohibidos, teniendo en cuenta una información que determinaba extracción de tierra al interior del pabellón. Esta novedad permitió encontrar varias caletas que estaban adecuando para almacenar elementos prohibidos”, señaló el Inpec.
Se trata entonces del “cartel de los topos” un grupo de privados de la libertad que se encargan de abrir caletas en espacios reducidos para que sus compañeros de reclusión puedan almacenar o esconder los elementos que seguramente son objeto de incautación en los constantes operativos que adelanta el Inpec.
El hecho, aunque de menor proporción, recuerda la denuncia publicada por SEMANA donde el Inpec encontró una enorme Caleta en ese mismo pabellón y con más de 200 de botellas de licor que estaban listas para una excéntrica celebración o despedida en el caso de alias Falcón que, días después, fue extraditado a los Estados Unidos.
La bodega caleta, que fue descubierta por el grupo operaciones especiales del Inpec tenía guardado el licor, los cigarrillos y todos los elementos que fueron usados en la parranda que duró varios días en el interior de ese centro de reclusión y que fue denunciado, justamente en SEMANA tras advertir que a pesar del ruido y el desorden nadie vio o escuchó algo.
Trans los hallazgos, el director de La Picota fue removido de su cargo y el actual director adelanta un proceso de transformación del penal que incluye una red de cooperantes para identificar los hechos de corrupción y advertir situaciones extrañas como ocurrió con el llamado “cartel de los topos”.
“El plan de transformación del Instituto y del Complejo Penitenciario de Bogotá “La Picota” avanza de manera continua con el objetivo de prevenir riesgos y no dar tregua a las acciones irregulares que atentan contra la gobernabilidad en el penal”, explicó la dirección del Inpec.
El hallazgo de las caletas no constituye un delito por sí solo, pero de inmediato se abren las investigaciones internas y disciplinarias contra los privados de la libertad que prestaron su espacio de reclusión para convertirlo en pequeñas bodegas no permitidas en La Picota.