Durante tres largos años, Arnoldo Jesús Valera Rodríguez le hizo el quite a la justicia de Venezuela. Aprovechando su doble nacionalidad, se escondió en Colombia para darle rienda suelta a todos sus gustos, utilizando para esto el dinero que captó de medio centenar de venezolanos que creyeron en sus ofertas de rentabilidad que prometían solventar la grave crisis económica en el país con la moneda más devaluada del mundo.
SEMANA revela detalles inéditos de la historia de este joven, quien fue catalogado por las autoridades de su país natal como el “estafador” más buscado y quien, con una fórmula calcada de la pirámide de DMG, logró engañar a cerca de 50 personas, entre los que se encontraban varios familiares, que confiaron ciegamente en él para multiplicar sus ahorros y vivir así una vida digna y con comodidades.
Todo empezó en el mes de abril de 2015 en la pequeña población costera de Puerto Ordaza, que no superaba los 75 mil habitantes, cuando reapareció el joven Arnoldo Jesús Valera Rodríguez con una oferta salvadora. Como si de una fórmula mágica se tratase, el recién graduado economista les aseguró que él podía duplicarles en poco tiempo el dinero que le entregasen.
¿Cómo era esto posible? Valera Rodríguez alegaba que respaldado por una holding que tenía sede en Colombia, estaba en toda la capacidad de maximizar la inversión en poco tiempo. Todo era cuestión de confianza, paciencia y tiempo. La vida en Venezuela cada día era más difícil, los salarios y ahorros no alcanzaban para casi nada, los alimentos eran más costosos y ya más de uno estaba migrando para buscar un mejor futuro.
Los que no fueron escépticos se sorprendieron cuando a los pocos meses el hombre les entregaba utilidades. ¿Era magia en un país que marcaba récords en inflación? Con estos rendimientos en medio de la crisis, la fama de este joven empezó cada día a ser más fuerte, lo que prometía era el salvavidas que tantísimo anhelaban para garantizar un futuro que cada día se veía más oscuro.
Doña Yasmín, una mujer pensionada, tomó la decisión de entregarle sus ahorros de toda la vida y la liquidación a Arnoldo Jesús. La confianza depositada no era en vano, su propio esposo ya había gozado de la rentabilidad del negocio, viendo como los cuatro mil dólares –que no era un monto menor– se habían duplicado en pocos meses. Marcado por la confianza, decidieron doblar su apuesta y entregarle todo, absolutamente todo, a este joven emprendedor que muy seguro de sí mismo ofrecía una rentabilidad del 10 %. Entre más dinero invirtieran, mejor.
Si el mercado de las divisas en las que iba a invertir el dinero fallaba, no había ningún problema, puesto que él se comprometía a devolverles el 75 % del dinero invertido. Todo estaba blindado, la empresa HCC Holding, con sede en Bogotá, era muy seria y él ya había dado muestras de que era una persona de palabra y resultados.
Pero como bien lo dice el viejo y reconocido refrán, no todo lo que brilla es oro. De Arnoldo Jesús no volvieron a saber nada más a inicios de 2020, se lo comió la tierra, nunca les volvió a responder ni un mensaje y su teléfono celular siempre sonaba apagado. De la empresa colombiana que lo respaldaba solamente encontraron registros en internet de extrañas direcciones en Bogotá, Singapur y Pekín, así como de teléfonos que nunca retumbaron.
Con la cabeza fría y los bolsillos vacíos, doña Yasmín y su esposo se dieron un baño de realidad: habían sido estafados por aquel joven que conocían desde pequeño. No eran los únicos, en poco tiempo conocieron que varios de sus vecinos y conocidos también le habían entregado altas sumas de dinero a Varela Rodríguez para obtener algo de rentabilidad en medio de la crisis.
Con el fin de recuperar algunos pocos de sus bolívares, decidieron contratar al abogado Ezequiel Monsalve, quien calculó rápidamente que la estafa inicial habría sido de 151 mil dólares. Sin embargo, la cifra fue aumentando considerablemente con el pasar de los días y la recolección de nueva evidencia.
Tras una lucha jurídica se logró lo que parecía imposible: una orden de captura por los delitos de estafa agravada continuada y apropiación indebida calificada. En la Interpol aparecía una foto de una silueta negra con su nombre completo y la advertencia que existía una circular roja.
No fue hasta el 22 de mayo de 2022 cuando fue capturado en el Aeropuerto El Dorado, de Bogotá, después que se disparara la alerta sobre su presencia en la terminal. Sin embargo, por un tecnicismo fue dejado en libertad, pese a la insistencia del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.
SEMANA pudo establecer que por medio de una resolución firmada el 16 de febrero de 2023 se decretó la privación de la libertad con fines de extradición; sin embargo, no ha podido ser materializada. Es decir, que sigue en libertad pese a la inminente orden para que sea extraditado a Venezuela a responder por lo que hizo.
Se estima que a Varela muchas de las víctimas ya no podrán reclamarle ni exigir que se haga justicia, puesto que fallecieron, ya que con el dinero que se llevó también los despojó de la única forma que tenían para acceder al precario sistema de salud venezolano.
La búsqueda y captura de Valera Rodríguez marcó el restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela, así como el cumplimiento del tratado de extradición que existe desde 1911.