Bogotá se volvió un basurero a cielo abierto. Esa es una de las frases más recurrentes que se escuchan en la capital del país desde hace unas semanas, no solo en el Concejo de Bogotá –en donde se han lanzado fuertes críticas a la Alcaldía–, sino entre los ciudadanos que a diario se quejan en redes sociales por las basuras regadas en varios puntos.

Los puentes se convirtieron en el foco y, en muchas ocasiones, el reguero de todo tipo de desechos obedece a los carreteros, quienes recorren puntos de la ciudad y al momento de hacer la separación del material se hacen debajo de estas estructuras; luego venden el reciclaje, pero en el lugar la basura que dejan es evidente.

Antes de la pandemia, la Alcaldía tenía identificados a los recicladores, conocía sus rutas y había cierto orden. Ahora, hay más personas dedicadas al reciclaje porque no tienen ninguna otra opción.

Aunque la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) advierte que los operadores siempre acuden a primera hora del día para limpiar estas basuras, reconoce que la problemática con los carreteros es una realidad.

“Por la pandemia, muchas personas que se ocupaban en otros oficios y que no pudieron encontrar trabajo se dedicaron al reciclaje. Las bodegas que compran estos reciclajes se encuentran en sectores determinados, pero estas personas recogen el material en varias partes y tienen que transportarlo hasta donde lo van a vender, pero antes se ven obligados a separarlo en algún lugar, y por eso a veces ocupan el espacio público”, señaló Luz Amanda Camacho, directora de la Uaesp.

La funcionaria reconoció que desde el propio Distrito se les ha permitido a los carreteros usar varios puentes en la ciudad para hacer la separación del material.

“Resolvimos con algunos carreteros que pasan por debajo de los puentes de la calle 127, la 134 y la 153, que hagan la separación de 10:00 de la noche a 5:00 de la mañana. Después pasamos con el operador y recogemos la basura”, precisó Camacho.

No obstante, reconociendo que la solución a este fenómeno del alto número de carreteros debe ir más allá a la posibilidad de prestar puentes, desde la administración distrital se tiene el objetivo de abrir centros transitorios de cuidado del carretero en cabeza de la Uaesp.

“Son grandes espacios donde los carreteros podrán entrar en la noche, separar sus materiales, descansar un momento; no pernoctar y no consumir drogas, pero sí recibir la oferta institucional de las entidades que estamos. La separación de los materiales la hacen en contenedores internos y todos los días el operador de aseo del lugar donde se hace esta separación debe recoger el material para no generar basura”, le explicó Luz Amanda Camacho a SEMANA en su momento.

Pero la apertura de estos centros de reciclaje se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para la administración y la ciudadanía, la cual se opone a la existencia de estos lugares en sus barrios.

Un ejemplo es lo que está sucediendo en el sector de La Florida, en donde la Alcaldía ha intentado abrir y poner a disposición de los carreteros un centro transitorio de reciclaje, pero los vecinos del sector lo están tratando de impedir a toda costa.

“Las razones por la que nos oponemos son innumerables, principalmente por la inseguridad y la salubridad, porque al establecer este centro de reciclaje aquí en el barrio se propicia la venta de sustancias psicotrópicas y el mayor consumo de alcohol; además, se podrá generar un desaseo total en las calles porque ellos (no le ven ningún problema) a hacer sus necesidades fisiológicas en cualquier parte”, aseguró Édgar Fernando Muñoz, presidente de la Junta de Acción Comunal de Floridablanca segundo sector.

Además de la inseguridad y la salubridad, los habitantes del sector se oponen a este centro de reciclaje porque afectaría la movilidad.

“Habría inmovilidad, miremos no más lo que sucede en María Paz en la localidad de Kennedy, eso es el caos, es otro cartucho y nosotros no queremos que nuestro sector se convierta en eso”, dijo Muñoz.

El centro de reciclaje al que hace referencia Muñoz está ubicado exactamente en la calle 68 con carrera 87 y, aunque indicó que la comunidad como tal no se opone a la labor del reciclador, advirtió que no puede permitirse que estos centros estén ubicados en barrios netamente residenciales.

“Nosotros no nos estamos oponiendo al proyecto como tal, ni estamos en contra de los carreteros, a ellos se les debe dar un trato, pero debe ser un sitio donde no afecten a la comunidad”, afirmó.

La comunidad de esta zona de Bogotá le ha dado a conocer a la Uaesp su oposición al centro del reciclaje, pero la respuesta que según ellos han recibido del Distrito es que el centro de reciclaje será instalado de todas formas.

“La directora de la Uaesp vino con sus asesores, estuvo en el salón comunal de Floridablanca, pero fue una persona algo autoritaria, quería que la escucharan a ella solamente, pero no escuchaba a los demás, y dijo que nosotros estábamos equivocados. Al final se levantó de la mesa y dijo que solamente iba a dejar constancia de que las juntas de acción comunal no estaban de acuerdo, pero no dio una solución a la problemática”, complementó Édgar Fernando Muñoz.

Ante esta negativa del Distrito de una concertación con la comunidad, desde la Junta de Acción Comunal redactaron una acción popular para radicarla ante un juzgado con el fin de ver protegidos sus derechos; también buscaron a la concejal Lucía Bastidas para que mediara.

“Yo hablé con Luz Amanda y con el secretario de Seguridad, y la idea es que sumemos a Integración Social y podamos hacer una reunión el próximo miércoles a las 2:00 de la tarde”, comentó Lucía Bastida.

Aunque de entrada el objetivo de la cabildante es ayudar a buscar una salida, dejó claro que un centro de reciclaje en esta zona de la ciudad no sería oportuno.

“Al hacer un recorrido por el sector se observa que es netamente residencial. Por supuesto, hay que reubicar a los carreteros, necesitamos bodegas de reciclaje, pero hay que respetar los usos del suelo y esta zona es netamente residencial. Además, no son los carreteros ni los recicladores, son las externalidades las que hemos visto que se dan alrededor (las que llevan a la comunidad a oponerse), por ejemplo, el tema del microtráfico, el consumo de drogas y las basuras”, comentó Bastidas.

“Ojalá el gobierno distrital escuche la voz de 25 barrios que están pidiendo otra reubicación para este centro de reciclaje”, puntualizó Bastidas.

En la respuesta que la Uaesp le da a la propia concejal Bastidas, se deja entrever que la postura final del Distrito es seguir manteniendo la posibilidad de instalar este centro de reciclaje en La Florida.

“Se quejan porque tienen al carretero en la puerta de la casa y porque ellos hacen sus necesidades allí y precisamente lo que vamos a hacer nosotros es darles un espacio para que no se paren en las calles y puedan tener un baño”, fue parte de la respuesta de la Uaesp a Bastidas.

La entidad del Distrito le añadió a la concejal que, aunque el barrio es netamente residencial, los carreteros sí pueden hacer su actividad de separación de materiales en esta zona de la ciudad.

“Sí pueden hacer su actividad allí, porque no es un centro de acopio, no es una bodega, no se venden ni compran materiales, no deben pernoctar en el lugar. Lo que hacemos es darles un lugar en el que puedan hacer su labor sin afectar a los vecinos, de esto se trata”, le complementó la Uaesp a la concejal Bastidas.

Así las cosas, basta esperar lo que suceda el próximo miércoles en la reunión que la concejal Bastidas adelante con la comunidad y las entidades del Distrito, pero lo cierto es que de momento los centros de reciclaje se convirtieron en verdadero dolor de cabeza tanto para la ciudadanía como para la Alcaldía.