“De corazón, primeramente, pido perdón a Dios, a la familia del doctor Pecci, su señor padre y su señora madre, sus hermanos, a la señora Claudia Aguilera, su hijo Marcelito, que le quitamos el derecho de tener un papá”. De esta forma, Francisco Luis Correa Galeano, el señalado cerebro del crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci presentó excusas públicas a los familiares y amigos del funcionario asesinado vilmente cuando se encontraba pasando su luna de miel en la isla de Barú, el 10 de mayo de 2022.

Correa Galeano, quien ha manifestado su interés en colaborar con la justicia, manifestó que estaba muy “arrepentido ante Dios y ante la sociedad colombiana, ciudad de Cartagena; al país de Paraguay, al Ministerio Público de Paraguay, pido disculpas, pido perdón. No pensé que con esto íbamos a causar tanto daño. No medí las consecuencias y me arrepiento de corazón y ante Dios me comprometo a nunca más volver a delinquir”.

El fiscal Marcelo Pecci estaba de luna de miel en Cartagena desde el pasado 4 de mayo. Había llegado en un vuelo proveniente de Paraguay de la aerolínea Copa Airlines.

En medio de la audiencia, en la que se iba a presentar el material probatorio en su contra, se puso de presente la posibilidad de firmar un principio de oportunidad en el que, además de reconocer su responsabilidad en los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico o porte de armas de fuego, colaboraría con las autoridades en el desarrollo de esta investigación que todavía busca al que ordenó el asesinato del fiscal Pecci.

El principio de oportunidad conlleva la suspensión de la ejecución de la pena. Un juez de Cartagena anunció que evaluará la situación y si este beneficio por colaboración se puede aplicar en este caso, hecho por el cual anunció que el 17 de agosto tomará una decisión. Es decir, si aplica el principio o si emite una sentencia condenatoria ejemplar como solicitó el fiscal Mario Burgos.

Claudia Aguilera, viuda del fiscal paraguayo Marcelo Pecci. | Foto: Captura de pantalla

Para la Fiscalía General, Correa Galeano tuvo una misión de “articulador” del crimen contactando a los sicarios y todas las personas encargadas de obtener información privilegiada del fiscal y su esposa. Igualmente, manejó los dineros para trasladar a los sicarios a Cartagena y luego a Barú, pagando los hospedajes y comprando el arma que fue utilizada para el crimen.

Así se planeó y ejecutó el crimen

El 7 de mayo de 2012, los integrantes de la organización se reunieron en la Plaza Minorista de Medellín. Dicha reunión tuvo una duración de tres horas y en la misma participaron Wendre Still Scott Carrillo, Eiverson Adrián Zabaleta Arrieta, Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza y Cristian Camilo Monsalve Londoño.

Durante la reunión se asignaron roles específicos y se entregó información sobre el objetivo. Los integrantes de la organización viajaron hasta Cartagena para poner en marcha el plan de seguimiento al fiscal paraguayo.

Durante días, y hospedados en el mismo hotel, siguieron cada uno de sus movimientos y reseñaron sus actividades. Todo esto le fue reportado al coordinador de la “operación”.

El 9 de mayo, con una información recopilada importante, un grupo de la organización llegó a Barú para hospedarse en el Hotel Decameron, el mismo al que iba a llegar Pecci con su esposa.

“(...) Francisco Luis Correa Galeano desde su celular (...) llamó 32 veces a Gabriel Carlos Salinas Mendoza, conductor de la moto acuática color rojo usada para cometer el homicidio y también, este último, llamó en cuatro oportunidades a Francisco Luis”, menciona la acusación.

Esa misma noche, Francisco Luis Correa, desde otro de sus celulares, llamó 27 veces a Marisol Londoño Bedoya y esta, a su vez, desde su celular, (...) llamó 12 veces a Francisco Luis, con lo cual se logra establecer el aporte trascendente para cometer el homicidio del fiscal Pecci, entre Francisco Luis Correa Galeano y los demás partícipes del hecho”.

Ya el 10 de mayo de 2010, a las 5:35 a. m., cuatro integrantes de la organización alistaron los últimos detalles, salen hasta un lugar identificado como Paicos para consumir alimentos y bebidas. Luego, son recogidos por un taxi que los lleva hasta el establecimiento El Paisa, Tienda Las Mellas en Playa Blanca.

En todo momento, se presentó una comunicación constante entre los sicarios y las personas que se encontraban en el hotel realizando el seguimiento del fiscal. A las 9:29 a. m. se le informa a Marisol que la “moto va a salir en cinco minutos”.

“Desde Playa Blanca, Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza, conductor de la moto acuática color rojo, inicia desplazamiento con destino a la playa del hotel Decameón Barú, en un recorrido de aproximadamente cuatro minutos, llevando como pasajero al sicario Wendre Still Scott Carrillo”.

Fue este mismo hombre el que al descender de la moto acuática se acerca al fiscal Pecci, “saca una pistola calibre 9 mm, se dirige al lugar donde se encontraba la víctima sacudiéndose la arena frente a su esposa y le impacta con el arma de fuego, dos veces a la altura del rostro y uno más en el tórax, que le causan la muerte de manera instantánea”.

Inmediatamente, regresan a la moto para volver a Playa Blanca y entregar todos sus elementos. “En su huida estos sujetos se van despojando de sus prendas de vestir”, todo esto con el fin de evitar reconocimientos. En medio del caos, Cristian y Marisol se fueron a una playa para descansar durante una hora y media. Acto seguido se dirigen al hotel y salen de manera inesperada.

El 11 de mayo todos los integrantes de la banda se reúnen con Correa Galeano en el edificio Palmetto Eliptic para coordinar el regreso a Medellín. Por su papel, que fue fundamental en la consolidación del crimen, Correa Galeano fue llamado a juicio por los delitos de homicidio agravado como coautor, y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego.

Para la Fiscalía General, Correa tenía pleno conocimiento de las consecuencias de sus acciones, siendo el coordinador para la obtención de armas de fuego, transporte, división de funciones y obtención de información.

“(...) con una trascendencia en su aporte, decidió desplegar todas las acciones que se desencadenaron en el asesinato del fiscal paraguayo, lesionando con ello los bienes jurídicamente tutelados y a juicio de la Fiscalía, se tiene que preordenó su conducta para la comisión de estos delitos”.