El expresidente César Gaviria puso su mirada en las elecciones presidenciales de 2022 y, al igual que otros exmandatarios, no se quedará por fuera del tablero electoral. Por eso, conversa con distintos sectores políticos y tiene claro que no apoyará a la derecha. O por lo menos al candidato que coincida con el expresidente Álvaro Uribe.
Aunque Gaviria apoyó a Iván Duque en 2018 en la segunda vuelta, lo que causó divisiones en un sector de su partido, las distancias hoy con la Casa de Nariño están muy marcadas. Esta semana, Gaviria se fue lanza en ristre contra el Gobierno y le advirtió “que no manejarán al Partido Liberal a punta de mermelada”.
Se refería a la polémica reforma tributaria, rechazada por el expresidente. Su bancada, la tercera más grande en el Congreso, votará en contra. Y el congresista que vote positivo, según el exmandatario, no tendrá aval para las próximas elecciones. En últimas, fue una advertencia con la que demostró que en la tolda roja quien manda es él.
Hasta ahora, a menos que las cosas cambien, el Partido Liberal no tendrá candidato propio a la presidencia. Algunos de sus congresistas, como Luis Fernando Velasco, han manifestado su intención de competir por la Casa de Nariño, pero están más cerca de Gustavo Petro que de Gaviria.
Hoy el expresidente liberal comanda una fuerza apetecida. No se discute que en 2018 el poder del liberalismo creció en el país, y ahora cuenta con 15 senadores y 35 representantes a la Cámara, una cifra alta traducida en millones de votos que pueden desequilibrar la balanza. Gaviria ya recibió la visita de la exgobernadora del Valle y presidenta del Partido de la U, Dilian Francisca Toro, además del exalcalde de BarranquillaAlejandro Char. La senadora uribista Paola Holguín, encargada de tender puentes para la candidatura presidencial de la derecha, ya le pidió cita.
El expresidente, de acuerdo con una fuente cercana, no se comprometió con La U y Cambio Radical, y prefiere analizar otras alternativas, entre ellas, la posibilidad de dialogar también con la Coalición de la Esperanza, que congrega a líderes como Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán, Humberto de la Calle (con quien sostiene una buena relación) y Juan Fernando Cristo. Estos tres últimos pertenecieron en su momento al liberalismo.
Gaviria está a la espera de un encuentro con los copresidentes de la Alianza Verde, Antonio Navarro Wolff y Carlos Ramón González. Algunos líderes de ese partido tienen claro que el exmandatario liberal es un jugador importante en cualquier elección a la presidencia y su apoyo no se puede desaprovechar.
El camino no es sencillo. Aunque el liberalismo se ha unido en algunas luchas políticas con los verdes, y la senadora Angélica Lozano conserva buena relación con Gaviria, Camilo Romero, exgobernador de Nariño, ha criticado fuertemente a los partidos tradicionales. Iván Marulanda, por ejemplo, es uno de sus contradictores más fuertes.
Gaviria estaría pensando en la Coalición de la Esperanza, pues confía en que Alejandro Gaviria, exministro de Salud, renuncie en los próximos meses a la rectoría de la Universidad de los Andes y sea precandidato presidencial. Aun cuando el rector ha dicho que está concentrado en sus responsabilidades académicas, fuentes cercanas aseguran que la opción de su candidatura sigue viva. El expresidente y el exministro tienen una buena relación personal y política desde hace muchos años.
En la Coalición de la Esperanza algunos líderes han mantenido fuertes diferencias con Gaviria en el pasado, como Galán, Fajardo y Cristo.
Por ahora, solo hay intenciones y nada es evidente. Lo cierto es que el exmandatario, como ocurrió en 2018, jugará un papel determinante en las próximas elecciones, y en la centroizquierda hay más de un líder interesado en que su nombre se sume a dicho bloque.