“Uno no pierde un oro, uno gana una plata”, fue la frase de Mariana Pajón a su llegada a Colombia. El presupuesto de los metodólogos era igualar lo hecho en Londres 2012 o en Río de Janeiro 2016, olimpiadas en las que se lograron ocho preseas. Las cinco obtenidas en Japón, hasta el cierre de esta edición, tienen sabor a oro por las historias que esconden en cada uno de sus brillos.
Luis Javier Mosquera (Pesas 331 kilos. Medalla de plata)
La halterofilia colombiana pretendía llevar ocho deportistas a Tokio 2020, pero una sanción de la IWF (Federación Internacional de Halterofilia) lo impidió y dejó por fuera a los pesistas Yenny Sinisterra, Juan Solís y Ana Iris: “No soy quién para juzgar, pero sé que no hicieron nada malo. La pasamos muy mal. Cuando tuvimos la mala noticia de que Colombia de pronto iba a salir sancionada, pensé en retirarme de este deporte. Después que no íbamos sino tres, fue difícil porque me sentí atacado”, dijo Mosquera cuando pisó suelo colombiano, y quien es apodado en su tierra como Coldeportes por practicar tantas actividades físicas.
Mariana Pajón (Medalla de plata en BMX)
Romperse el ligamento cruzado anterior y sufrir una ruptura parcial del colateral medial de la rodilla izquierda nunca será más doloroso para la triple medallista olímpica como el hecho de tener que huir del país, al que tanta gloria le ha brindado, por amenazas de muerte que le impedían ir a la pista de Belén (Antioquia), donde se formó como leyenda desde los 4 años. Y todo por la clasificación de su esposo, Vincent Pelluard, al BMX masculino. Con dolencias físicas y emocionales cruzó segunda la meta en una espectacular definición con la británica Bethany Schriever, quien ganó el oro.
Carlos Ramírez (Bronce en BMX masculino)
“Por estas cosas me dicen como me dicen”, explica Carlos Ramírez, quien es conocido como ‘el Pequeño Mago’ en el gremio del BMX. Muchos no sabían que, antes de llegar al continente asiático, sufrió una fuerte caída que le causó un trauma cerrado de rodilla y que por poco lo deja fuera de las justas. “Mariana y Vincent me empujaron en una silla de ruedas por los aeropuertos, mientras yo usaba botas de compresión para que no avanzara la inflamación. Fue duro porque mientras ellos entrenaban yo hacía fisioterapia y me tenían que drenar”, dijo el deportista, quien registró un tiempo de 40.572 y llegó tercero.
Anthony Zambrano (Plata en los 400 metros planos de atletismo)
Un problema en los cuádriceps, que le causó un fuerte dolor al apoyar el pie, puso a tambalear al deportista, cuyos pasos firmes y veloces lo convirtieron en el segundo atleta del olimpismo en 400 metros planos: “Tuve una caída, una lesión. Mucha gente habló mal de mí, pensaron miles de cosas y me dieron la espalda, pero eso no importa”, dijo el guajiro, que fue segundo detrás el bahameño Steven Gardiner.
Sandra Lorena Arenas(Plata en marcha 20 kilómetros)
De su natal Pereira, donde fue acólita, se fue sola a Medellín. Sandra pasó de recoger café, hacer oficios varios y hasta atender partos de animales a romper cerca de diez récords nacionales en categorías sub-23 y de mayores. “Cada segundo valió la pena. Hubo muchas cosas por las que pasé para lograr esto, pero eso me hizo más berraca”, dijo después de recorrer durante 1:29:37 las calles de Sapporo.
A sus 37 años, Caterine Ibargüen estuvo en sus últimas justas olímpicas después de lograr medalla de plata en Londres 2012 y de oro en Río 2016. Además, la delegación consiguió varios diplomas olímpicos: dos para Rigoberto Urán en ciclismo; en boxeo, Yuberjén Martínez, Jenny Arias, Céiber Ávila e Íngrit Valencia. En golf, Sebastián Muñoz, y Mauricio Ortega en lanzamiento de disco. Mercedes Pérez y Santiago Rodallegasen pesas. En tenis, Juan Sebastián Cabal y Roberth Farah, y en taekwondo, Andrea Ramírez.