San Andrés, que aún no se recupera del paso del huracán Iota y de la crisis económica por cuenta de disminución de turistas en la isla, ahora enfrenta un nuevo problema por cuenta de la migración ilegal.

El tráfico de migrantes que se ha tomado rutas como el peligroso Tapón del Darién, llegó al archipiélago en el 2022. Esta se ha denominado por los traficantes como la ‘ruta VIP’, pues en apariencia resulta ser menos riesgosa por no tener largas caminatas y ahorrarse el paso por dos países. Sin embargo, solo unos pocos cuentan con la suerte de llegar a Estados Unidos sanos y salvos debido a los riesgos que se enfrentan durante las horas de viaje en mar abierto.

Las autoridades advierten que ha habido seis naufragios en las rústicas lanchas: también hay riesgos por presencia de actores armados y otros migrantes han sido abandonados en alta mar luego de que los traficantes les roban todo. Los más afectados siguen siendo mujeres y niños.

No obstante, desde la Gobernación de San Andrés se advierte que cada día son más los ciudadanos de distintas nacionalidades que llegan en vuelos comerciales a la isla para iniciar la travesía. El secreto a voces en la isla es que “todos acá saben quienes son los que hacen el viaje. Cualquier lanchero los contacta”.

“Los extranjeros que más están utilizando este sitio estratégico siguen siendo los venezolanos, ecuatorianos, chilenos, están chinos están de Uzbekistán, este año son más de 469 personas que se han digamos detectado y eso es base oficial de las que se han salvado en el mar y otras que desafortunadamente no sabemos si están aquí en el territorio del archipiélago o si efectivamente llegaron sanos y salvos a Centroamérica para seguir su travesía y buscar el sueño americano. También preocupa mucho la cantidad de menores, este año más de 120 menores durante todo este periodo es un número bastante alto”, indicó el gobernador de San Andrés Everth Julio Hawkins.

El Gobernador de San Andrés también advierte que las redes de tráfico de migrantes están ofreciendo estos “paquetes turísticos” que incluyen el hospedaje en la isla a través de redes sociales.

Armada rescata a 22 migrantes que eran transportados en una embarcación ilegal desde San Andrés hacia Centroamérica | Foto: Armada Nacional

“Agencias turísticas le llaman paquetes VIP, los promocionan a través de redes sociales, y estas personas pues en efecto se integran con una red de acá que empiezan con quienes los reciben en posadas o apartamentos o en hoteles o posadas turísticas; los reciben, los transportan, les dan alimentación, les consiguen la lancha que lo va a transportar, inclusive el transbordo, entonces por eso esta actividad se volvió lucrativa porque una de estas personas no paga menos de 1500 o 2500 dólares, inclusive a los chinos les cobran 5.000 dólares”, cuenta el Gobernador Hawkins.

Sara Arboleda, asesora jurídica de la La Oficina de Control, Circulación y Residencia, Occre, advierte que han sido encontrados “ciudadanos venezolanos, ecuatorianos, chilenos, que han ingresado con documentos falsos. En la documentación, por ejemplo, los ciudadanos ecuatorianos están ingresando con cédulas colombianas al igual que los venezolanos. Los dejamos a disposición de la Policía, ellos se encargan de hacerlo pertinente y luego retornan a nosotros para emitir el acto administrativo”.

De acuerdo con cifras de la Procuraduría, entre el 2022 y el 2023 van 977 migrantes que han sido abandonados por los traficantes en mar abierto y rescatados por las autoridades marítimas. También hay 100 migrantes, entre ellos varios niños, desaparecidos tras los posibles naufragios de las embarcaciones en las que viajaban. Sin embargo, familiares de las víctimas denuncian que sus seres queridos podrían estar secuestrados por los mismos coyotes que les prometieron llevarlos a cumplir el sueño americano.

Mientras tanto, el dilema en la isla es que, por un lado, se espera que la temporada de de diciembre y enero aumente el turismo en el archipiélago, pues esta es la fuente de sustento de los isleños, pero por otro, las autoridades locales temen que con el aumento de turistas los traficantes aprovechen para traer a más ciudadanos a una travesía que les puede significar incluso la muerte.