Clara Rojas e Íngrid Betancourt han compartido los buenos momentos de la vida y los más difíciles. Trabajaron juntas en el ministerio de Comercio con Juan Manuel Santos y luego en el Congreso de la República, cuando Ingrid era senadora y Clara miembro de su equipo. Juntas vivieron la peor cara del conflicto armado en Colombia. Clara acompañó a Ingrid a San Vicente del Caguán unos días después de que se acabó el proceso de paz. Ese recorrido les costó a las dos la libertad por cerca de siete años. El secuestro las distanció, y solo hasta el 2016 cuando Íngrid y Clara se reencontraron. La ex candidata presidencial regresó al país para manifestar su apoyo al proceso de paz y a la campaña del plebiscito. Allí las dos volvieron a verse.
Foto: Guillermo Torres / SEMANADos años después, y en medio las elecciones presidenciales, Clara e Íngrid tomaron dos caminos opuestos. Mientras que Íngrid viajó desde Europa para apoyar a Petro, Clara adhirió a la campaña de Iván Duque.Puede leer: El tono de ÍngridLa paz: la claveClara Rojas hace pocos días había anunciado que votaría en blanco. En la carta pública en la que contó sus razones criticó a César Gaviria, jefe del partido Liberal, por haber fraguado una alianza desde hace mucho tiempo con la campaña de Duque y solo “notificar” a la bancada de su decisión.“Hoy el país recibe la noticias que el director del Partido se reunió a puerta cerrada y que la mayoría de la bancada de congresistas recién electos, que fungen, desde mi punto de vista, no como bancada, con el respeto que se merecen, más bien como monaguillos o acólitos para irse en picada a adherir al candidato que representó la oposición feroz a todo lo que defendimos durante esta etapa”, escribió la congresista liberal. (Ver carta completa)Precisamente, en esta carta Rojas recordó que la candidatura de Duque representaba lo opuesto a los ideales que el partido había defendido como “la paz, la igualdad de género, los derechos humanos, los derechos de las víctimas, la apuesta al agro, la justicia”. Y precisamente por ello no lo elegía como su opción.Tampoco quería votar por Petro porque consideraba que no ofrecía “ninguna alternativa”, pues a su juicio, ni siquiera él mismo cree que sus propuestas se pueden cumplir. “Tampoco ha demostrado que tenga la capacidad de congregar y de construir un país, ya padecimos lo que fue su paso por la Alcaldía de Bogotá. Se le abona que como Senador jugó un protagónico papel para destapar lo de la parapolítica y el carrusel de la contratación”, aseguró Clara Rojas, para quien el voto en blanco era una forma de mantenerse en el centro.Sin embargo, a menos seis días de que los colombianos vuelvan a las urnas, Clara cambió de opinión, apoyará a Duque y a Marta Lucía Ramírez en segunda vuelta. “Es un gusto acompañarlos. Yo he venido reflexionando mucho y he encontrado más cosas positivas de todos, que yo creo que eso es lo que une a Colombia y me ha llegado el mensaje plenamente”, dijo durante el anuncio.En cuanto a los acuerdos de paz –que Duque quiere modificar-, Clara aseguró que el candidato prometió que no los haría trizas y que ella le cree. No se refirió a los demás temas que ella misma había puesto sobre la mesa: la igualdad de género, los derechos humanos, los derechos de las víctimas, la apuesta al agro y la justicia.
Íngrid Betancourt, por su parte, fue muy clara: apoyó a Petro porque no pondría en peligro los acuerdos de paz. "A mí me parece que Iván Duque es un gran candidato, pero aquí hay dos visiones de país que se están disputando, una visión de país que no cree en la paz, que lo que no se logró militarmente se quiere lograr a la fuerza y esa es la que podría tener Iván Duque", dijo el día en que anunció su apoyo al candidato de la Colombia Humana.Si bien cree de deben haber cambios estos deben enmarcarse en un “diálogo y un respeto frente a lo que ya se ha hecho. Yo también creo que se necesitan esos cambios. Pero creo que esos cambios no pueden ser para alimentar el odio y la venganza”, aseguró Betancourt.Su posición le valió duras críticas, precisamente porque fue víctima de las Farc. Uno de los ejemplos de este tipo de reacciones fue el de la representante María Fernanda Cabal, quien se fue lanza en ristre en su contra y la acusó de malagradecida. “Muchos secuestrados que estuvieron a su lado afirman que era una mala persona. Este acto lo reafirma. Es una malagradecida”, escribió en su cuenta de Twitter.Sin embargo, Íngrid reconoció el papel de Álvaro Uribe en la consecución de la paz. “Yo creo que él nos permitió que Colombia lograra un proceso de paz”, dijo en la rueda de prensa con Petro. Hay que recordar que su liberación se logró gracias a la Operación Jaque en la presidencia de Uribe, y con Juan Manuel Santos como ministro de Defensa.En contexto: Jaque mate: la operación perfectaLos días finales son decisivos, tanto Petro como Duque necesitan convencer al electorado de centro y a los indecisos. La adhesión de Clara Rojas a Duque llega para hacer contrapeso al apoyo de Íngrid Betancourt a Petro. Las dos representan visiones distintas de lo que se necesita para lograr la paz. Esas dos visiones se encontrarán en las urnas el próximo 17 de junio.