Si hay un niño que represente al mismo tiempo el dolor y la esperanza de la guerra es Emmanuel. Su madre, la hoy congresista Clara Rojas, dio a luz en cautiverio y posteriormente fue obligada por ese grupo guerrillero a separarse del bebé. Su historia se convirtió en el símbolo de la crueldad del secuestro y su liberación representó una de las noticias más alegres que ha tenido el conflicto armado en Colombia.Como se sabe, Emanuel había sido entregado a un campesino cercano a las FARC que lo cuidó los primeros meses, pero Bienestar Familiar recuperó al niño y en esa institución Emanuel creció con el nombre de Juan David Gómez Tapiero. Cuando se anunció la liberación de su mamá, las FARC tuvieron que reconocer que no lo tenían en su poder y muy pronto se supo verdaderamente dónde estaba.La representante Clara Rojas aceptó la invitación de Semana.com a explicarle en una carta a su hijo el momento que está viviendo Colombia ad portas de firmar la paz con las FARC. En el texto le explica el valor que tuvo su mamá Clara González de Rojas, quien falleció hace unos días, para pedir por la libertad de los secuestrados.

“Mi querido hijo Emmanuel:Quiero compartir contigo mis sentimientos sobre los momentos que vive Colombia, que, sin duda, son muy importantes, para nuestro futuro. Igualmente seguir compartiendo nuestro momento familiar tan fuerte, tan profundo.Como tú sabes, tu abuelita murió la semana pasada y aunque estamos afrontando esta situación de la mano de Dios, no deja de impactarnos, de conmovernos, de entristecernos por la importancia de lo significativa que ha sido tu abuelita en nuestras vidas.Aún recuerdo sus mensajes en la radio, mientras aun estábamos en cautiverio, su tono, su voz, su ánimo, su entereza, su energía. Recuerdo como tantas veces, además de pedir nuestra libertad, pidió, clamó por la paz de Colombia.En su momento me asombraba: pedir por nuestra libertad era toda una hazaña, pero atreverse a clamar por La Paz en tiempos de conflicto, sí que era una osadía.Que paradojas que tiene la vida, en estos momentos en que estamos a escasos días de la firma final de los acuerdos que llevaran a Colombia a un nuevo estadio, a lograr alcanzar la tan anhelada Paz, en la cual no habrá más jóvenes soldados que tengan que ofrendar sus vidas, y quiera Dios que tampoco haya más víctimas que sufran; coincide con el momento en que para desfortuna nuestra, la abuelita muere, o mejor nace a la vida eterna.Como mujer, como madre, como amiga fue una persona magnifica, un ser excepcional, llena de luz. Infinita gratitud siento como hija privilegiada, por haber sido objeto de su inmenso amor, de su generosidad, de su invaluable ejemplo de vida, de tesón, de perseverancia, de arrojo, de amor por la vida.Si, una guerrera de luz y como en la parábola de las bodas de Canaán, magnífica hasta el último instante de su existencia. Su dulzura, su coraje, su ímpetu, su magnífico legado, nos permitirán recibir y afrontar este cambio en nuestras vidas, su memoria permanecerá en nuestros corazones de manera de lograr asumir La Paz de Colombia, con toda decisión, como una nueva oportunidad que se abre en nuestro horizonte. ¡Dios bendiga a nuestra amada Patria!Dios te bendiga mamita mía, mamita del alma,Dios te bendiga, hijito amado,¡Que el todopoderoso oriente y guie nuestros caminos!”Vea todas las cartas en el especial multimedia sobre el proceso de paz que se publicará el próximo domingo 25 de septiembre.