SEMANA reveló en exclusiva el testimonio de Claudia Aguilera, esposa del fiscal paraguayo antimafia Marcelo Pecci, asesinado el 10 de mayo de 2022 en Cartagena (Colombia). En medio de la tristeza y el dolor por el brutal asesinato a sangre fría de su esposo, el fiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci, en una playa de Barú, en Cartagena, Claudia Andrea Aguilera entregó su única declaración a la Fiscalía y regresó a su país.
Desde que se conoció el hecho, la misma Fiscalía General de la Nación de Colombia cuestionó el hecho de que una persona de semejante perfil, con las precauciones que debía tener, diera cuenta en redes sociales, a través de su esposa, de los movimientos que hacían. De hecho, en Vicky en SEMANA, el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, dijo que le llamó la atención que un fiscal de estas características dejara huella en redes sociales de lo que hacía. “Llamo la atención de lo siguiente, la necesidad de que funcionarios de alto nivel sobre estos asuntos no deben exponerse a estos delincuentes a través de esas redes. Creo que eso es un mensaje que debemos mandar todos los ciudadanos y es la capacidad que pueden tener esas redes delincuenciales de saber cómo se está moviendo uno en diferentes lugares por cuenta de las ubicaciones que uno mismo pudiera estar dejando en su celular, en sus redes. Son temas que llaman la atención de la Fiscalía General”, aseguró.
Este testimonio de Aguilera se conoce días antes de que empiece el juicio contra Francisco Luis Correa, señalado como uno de los cerebros del crimen, el único de los cinco capturados que no aceptó cargos. Sus compinches confesaron y fueron condenados a más de 25 años de prisión. Allí, ella dio cuenta del uso de las redes sociales con autorización de su esposo. “Yo siempre que iba a publicar algo le consultaba, porque él no tenía redes sociales, entonces le decía que si lo podíamos hacer o si se sentía expuesto. Él me decía que no”. Precisamente, las redes sociales se convirtieron en sus verdugos. Al momento de la captura de los criminales, tanto la Fiscalía como la Policía confirmaron que los delincuentes no solo los siguieron a cada sitio que visitaban, sino por sus redes sociales, en las que iban dejando pistas con cada publicación. Las cámaras de seguridad de la ciudad dan cuenta de cómo los sicarios los seguían a cada paso.
La esposa del fiscal Pecci se refirió a un hombre que le pareció sospechoso y que había visto días antes del homicidio arreglando un cielo raso en el hotel donde se hospedaban. Fue uno de los sicarios. “De mi estadía en el hotel (...) me causó curiosidad que había unos sujetos arreglando el cielo raso, ellos estaban allí todo el día y veían a qué hora salíamos, uno de aproximadamente 45 y 55 años de edad, de contextura gruesa, de estatura baja. El otro era más joven, de contextura atlética, de aproximadamente 1,80 de estatura, y tenía una especie de rastas cortas en el cabello”, declaró Aguilera, apenas unas horas antes de abandonar el país.
Embarazada, con pánico por el asesinato de su esposo, totalmente sola, retornó a Paraguay, dejando una de las principales pistas sobre la mesa, pues a partir de ese detalle empezaron los exhaustivos seguimientos de las autoridades. Recogieron cientos de horas de videos en los que filmaron al supuesto obrero, que resultó ser un asesino, y a sus compinches, que luego fueron capturados.
La dura declaración en poder de SEMANA se convierte en la crónica de una historia de amor finalizada a tiros. Aguilera les contó a las autoridades cómo conoció a su esposo, cómo la conquistó, los detalles de sus últimos días en Cartagena y en Barú, y hasta por qué escogió esta ciudad como el destino en el que nunca esperó encontrarse de frente con la tragedia.