Se acaba 2021 y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se raja en el examen de los ciudadanos. La mandataria perdió el año. Según el más reciente estudio del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA, tan solo el 5 por ciento de los encuestados considera que ella le ha dado un buen manejo a la seguridad en la capital del país.
Esta cifra resulta crítica en medio de la peor racha de violencia que azota a Bogotá. El atraco está disparado y la posibilidad de morir mientras una persona es víctima de un robo es cada vez mayor. Los asesinatos en medio de los atracos se incrementaron dramáticamente en 32,3 por ciento, según cifras oficiales a agosto.
Nadie parece estar a salvo en las calles ni en los establecimientos públicos. Movilizarse en una bicicleta se convirtió en una profesión peligro, al igual que hacer una diligencia en un banco o almorzar en un restaurante. Eso sin contar que Claudia López, como estrategia para combatir la inseguridad, se ha dedicado a pelear con la Policía, a descalificarla y a enviar mensajes xenófobos contra los venezolanos. Todo le ha salido mal. Definitivamente, Claudia López no da pie con bola, como dice el adagio popular, en materia de seguridad y genera desconfianza sobre el futuro.
Ante este panorama, los habitantes parecen haber tocado fondo y ahora son los más pesimistas del país. Según la encuesta, solo el 24 por ciento cree que la ciudad va por buen camino. El asunto es tan desolador que incluso hay más optimismo en Cali (27 por ciento), donde este año tuvieron que soportar prácticamente el secuestro de la ciudad durante varias semanas por cuenta del paro nacional.
La desaprobación del desempeño de la alcaldesa de Bogotá sigue creciendo y se ubica en el 55 por ciento. En todas las edades y estratos sale mal calificada. En tiempos de campaña política se le ha visto más interesada en intervenir inconvenientemente en los líos de la Coalición Centro Esperanza que en solucionar los problemas de la gente, una tarea para la cual fue elegida. En su propio partido, la Alianza Verde, ha habido voces muy críticas de su gestión, como las de los representantes Katherine Miranda e Inti Asprilla.
En el Concejo también le ha ido mal con su bancada y un grupo de cabildantes, encabezados por Lucía Bastidas, Diego Cancino, Martín Rivera y Luis Carlos Leal, la han acusado de estar detrás de una posible estrategia clientelista y una operación mordaza para hacer aprobar a pupitrazo limpio un discutible POT para Bogotá. Todo indica que lo quiere expedir por decreto, sin discusión alguna en el Concejo. Algunos aseguran que a Claudia López la desubicó en la Alcaldía su aspiración presidencial para 2026.
Hoy, el alcalde mejor calificado del país sigue siendo Jaime Pumarejo, de Barranquilla (78 por ciento). En la Arenosa, aunque el 77 por ciento cree que las cosas van por buen camino, la inseguridad, en todo caso, tiene alarmada a la gente. Solo el 25 por ciento piensa que el manejo que se le ha dado a este asunto por parte de Pumarejo es el adecuado.
El alcalde de Cartagena, William Dau, sigue gozando de una luna de miel con los ciudadanos, a pesar de todas las críticas y enfrentamientos en su administración. El 63 por ciento aprueba su desempeño como primer mandatario de la ciudad, aunque el optimismo de los cartageneros está unos puntos por debajo del 50 por ciento.
En materia de seguridad, solo el 22 por ciento cree que ha manejado bien este tema. El turismo sexual y los atracos a turistas se han encargado de dañarle la imagen a la Heroica.
Al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien vive de tormenta en tormenta, no le va nada mal, en medio de sus constantes peleas con el uribismo y el GEA. La aprobación a su gestión subió de octubre a diciembre y pasó del 56 al 58 por ciento. Los estratos más populares son, sin duda, su fortín.
Es al que mejor le va en materia de seguridad, pues el 31 por ciento considera que el manejo dado a este asunto va por buen camino. Contrario a lo que algunos se imaginarían, el haber hecho de EPM e Hidroituango una bandera le ha dado buen resultado en materia de imagen.
Aunque el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, repuntó cuatro puntos porcentuales en la aprobación de su gestión, solo llega al 30 por ciento. La valoración de su tarea por parte de los ciudadanos sigue siendo muy precaria. En cuanto al optimismo, el 27 por ciento de los encuestados cree que la capital del Valle va por buen camino. En materia de seguridad le va pésimo. Apenas 14 por ciento considera que el mandatario local le ha dado un buen manejo al problema de la inseguridad.
No es para menos, Cali todavía no termina de recuperarse del horror que vivió a manos de la delincuencia que la cercó y la bloqueó, paralizando absolutamente todo entre abril y junio, en el marco de las protestas. A excepción del alcalde de Medellín, Claudia López y Jorge Iván Ospina no han dado la talla como mandatarios alternativos y, sin duda, sus criticadas gestiones tendrán consecuencias en varios candidatos de ese espectro en las elecciones presidenciales de 2022. Aunque fueron elegidos como los grandes salvadores, hoy se han convertido en parte de los problemas en Bogotá y Cali, respectivamente.