En los últimos dos años, Claudia López pasó de ser una de las principales aliadas de Gustavo Petro a convertirse en una de las mandatarias más cuestionadas por el candidato presidencial. No hubo día en que Petro y sus seguidores no criticaran con dureza y toda clase de adjetivos la gestión de la alcaldesa.

Atrás había quedado el buen momento que vivieron ambos en el 2018, cuando la hoy alcaldesa, quien era la fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo, decidió respaldar públicamente a Petro en la segunda vuelta frente a Iván Duque.

Claudia no se fue a ver ballenas, como Fajardo. Por el contrario, se la jugó de forma decidida por el líder de la Colombia Humana, en compañía de Antanas Mockus, Angélica Lozano e Íngrid Betancourt.

Pero esa luna de miel duró poco. Al año siguiente, en el 2019, en medio de la campaña a la Alcaldía de Bogotá, se produjo una ruptura entre ambos por cuenta del metro elevado que dejó contratado el alcalde Enrique Peñalosa.

Como ese proyecto de infraestructura era su principal bandera política, Petro le exigió a Claudia que se comprometiera a reversar dicha obra y reviviera el metro subterráneo, en caso de ganar la Alcaldía, como una condición para respaldarla en medio de la campaña electoral. La candidata de la Alianza Verde se negó al considerar que un contrato adjudicado difícilmente se podía reversar. Ahí fue troya.

Entonces, Petro apostó por Hollman Morris y dio inicio a una arremetida contra la entonces candidata que, sin el apoyo del petrismo, conquistó la Alcaldía, en las elecciones de octubre de 2019.

“En Bogotá gana Claudia López. No nos representa. El movimiento Colombia Humana será independiente a su gobierno”, advirtió Petro pocos días después de la victoria de Claudia en las urnas.

Fue la advertencia de una dura oposición que materializó, junto con sus alfiles, desde el primer día del gobierno de la alcaldesa. La mandataria, fiel a su estilo y temperamento, no se quedó callada.

Por ese motivo, los dos libraron una ‘guerra’ política entre el 2020 y el 2021 que acaba de llegar a su fin, con una especie de rendición de la alcaldesa.

Ella, desde finales del año pasado, buscó a Petro para plantearle una tregua, agobiada por las críticas y en medio de su estrepitosa caída en las encuestas. En un debate el 15 de diciembre con los demás precandidatos presidenciales del Pacto Histórico, organizado por SEMANA, Petro dio una muestra de que todo iba a cambiar.

Cuando la directora de este medio, Vicky Dávila, le preguntó cuál era la primera palabra que se le venía a la mente al oír el nombre de Claudia López, Petro dijo: “Reconciliación”. Para el auditorio, dicha palabra fue sorpresiva. Así se ve en este video, en el minuto 4:05.

En el 2022 todo se concretó. Ambos se reunieron personalmente en los últimos días y acordaron iniciar una nueva etapa, tal como lo reveló SEMANA.

Una ‘guerra’ verbal

Pero pocos olvidan hoy hasta dónde llegó esa confrontación. ”Petro ha decidido hacer del odio, la mentira y la exageración su instrumento político”, dijo la alcaldesa a finales del 2020, cuando el petrismo arreciaba en su contra.

Por esa época, en una entrevista con SEMANA, la mandataria dio detalles sobre por qué inició el choque. “En campaña (Petro) me dijo: ‘En Bogotá no se puede ganar sin mí y mi exigencia es que usted revoque el metro elevado’. Yo le dije: hay un contrato, y me dijo: ‘Revoque el contrato’. Yo le dije: Gustavo, prefiero perder la Alcaldía que ganar así. Es que eso es una irresponsabilidad”.

“Colombia no solamente tiene que superar el coronavirus, Colombia tiene otra pandemia, tiene una pandemia política que se llama populismo. Tiene un populismo muy fuerte y muy autoritario de derecha en el uribismo, y tiene otro populismo muy fuerte y muy autoritario con Petro. Ambos acuden al mismo método: el odio, la división, casi que su mensaje es: destruyan al otro”, dijo la alcaldesa en ese momento.

Petro la llegó a calificar de tirana. En medio de la cuarentena por el covid-19, y a raíz de una protesta social en Ciudad Bolívar, donde intervino el Esmad, Petro dijo en Twitter: “Responder con gases lacrimógenos sobre las casas de la gente de Ciudad Bolívar a un cacerolazo de protesta es irresponsable, es de tiranos. Claudia abandone la tiranía”.

En agosto del 2021, el nivel de confrontación escaló. La alcaldesa acusó al petrismo de estar detrás del vandalismo en diferentes puntos de Bogotá. Su señalamiento fue hecho luego de un incendio de un bus del SITP en Suba, quemado por un grupo de delincuentes. “Rechazar a los politiqueros como Gustavo Bolívar y el petrismo que radicalizan jóvenes y los mandan como carne de cañón y después vienen a posar de paz…”, dijo la mandataria.

En los últimos días, delincuentes han secuestrado buses en Bogotá y han cometido todo tipo de actos de violencia y vandalismo. El sistema TransMilenio ha resultado gravemente afectado.

Petro defendió a Bolívar y le replicó a Claudia: “El ataque de Claudia contra Bolívar es electoral y trapero. Bolívar no le quita los ojos a los jóvenes. No destruye humedales y no le regala el dinero público a los operadores privados de TransMilenio. Hay que saber hoy por hoy, dónde están los vándalos”.

Las acusaciones de Claudia López contra el petrismo, de estar detrás de la violencia en diferentes protestas, llegaron a la justicia. La Colombia Humana le exigió una rectificación que nunca llegó. La alcaldesa se reafirmó una y otra vez, amparada en fallos de la justicia.

Petro calificó las afirmaciones de la alcaldesa como “irresponsables”. “Son violatorias de mis derechos fundamentales a la dignidad humana, buen nombre, honra, presunción de inocencia y a la no discriminación por razones políticas (...) “Claudia López quiere promover el estado de opinión, ese que tanto ha fomentado el uribismo y que, por supuesto, ha degradado la deliberación en la democracia”, dijo Petro.

Pero Claudia no se retractó. “Nuevamente la justicia desmiente a Gustavo Petro y Colombia Humana. Nunca he violado sus derechos. Son ellos los que han pretendido censurar el control a su irresponsable accionar de radicalización política que ha llegado a acciones violentas que debemos lamentar, no justificar”, dijo la mandataria, en octubre de 2021.

Meses antes, la mandataria le había pedido a Petro que recapacitara en medio de sus fuertes críticas. “Recapacite Gustavo. Su apuesta de radicalización, confrontación y caos tal vez le asegure likes, dudo que le garantice la Presidencia. La extrema derecha responde con reprensión. La ciudadanía busca garantías y soluciones, pero también tranquilidad. Su caos puede ser su búmeran”, le dijo en junio en 2021.

Luego del encuentro entre ambos, esa confrontación parece haber quedado atrás. Esta semana, además, Claudia López confirmó que envió a su jefe de gabinete, Luis Ernesto Gómez, a reunirse con el petrismo para bajar los ánimos.

Y parece que el acuerdo ha surtido efecto. Ni Gustavo Petro se ha referido a la alcaldesa, ni ella a él. ¿Qué pactaron? ¿Qué acordaron? ¿Qué implicaciones tiene eso para la ciudad? ¿Cuál será el costo? ¿Por qué ambos guardan silencio sobre los detalles de la reunión? ¿Será acaso porque la alcaldesa podría estar incurriendo en participación en política? Son preguntas aún sin respuestas.