Las COP son a la lucha global por el medioambiente lo que el mundial de fútbol sería a ese deporte que mueve masas. Por eso, el hecho de que este año se celebre en Colombia es objeto de orgullo nacional. Se trata de la reunión anual más importante en una causa que ha unido a la humanidad por décadas: proteger la biodiversidad. Se realiza desde que, en 1992, los líderes del planeta se reunieron en Río de Janeiro y trazaron esa meta como común a todos los países. Desde ahí, las grandes capitales han acogido este encuentro: La Haya, Montreal, Bonn, Nairobi, Buenos Aires, Sharm el-Sheij, Nagoya. Este año, en su versión 16, el turno le toca a Cali.

Para el Gobierno del presidente Petro haber podido traer la COP al país ha sido un gran triunfo diplomático. “Como presidente del corazón del mundo, de una potencia de la biodiversidad, invito a toda la sociedad colombiana y a todos los países a participar en esta importante cumbre. Que Colombia reúna en Cali a los líderes mundiales para hablar de cómo se defiende la vida en el planeta es un reconocimiento”, dijo el primer mandatario.

La llegada de la COP a Colombia es producto de mucho trabajo, pero con una pizca de ayuda del destino. La reunión iba a ser en Turquía, pero después del terremoto que sufrió, el Gobierno de ese país decidió declinar la organización. Colombia se postuló y finalmente obtuvo la sede del encuentro. Pero, a diferencia de todos los países que tienen dos años para organizar semejante evento, este país apenas tuvo ocho meses.

La ministra de Ambiente, Susana Muhamad. | Foto: COLPRENSA ©

El alcalde de Cali, Alejandro Éder, le contó a la directora de SEMANA, Vicky Dávila, que apenas supo que el país iba a hacer esa gestión internacional envió a un delegado a Dubái para que le entregara a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, una carta en la que ponía a disposición todo el esfuerzo de la capital del Valle para ser la sede.

Al final, la llegada de la COP, el próximo 21 de octubre, terminó siendo también una bendición para Cali. “Para Colombia, este es el evento global más importante”, agregó Éder. Aseguró que 15.000 delegados de todo el mundo viajarán a la capital del Valle y se espera que le dejen a la ciudad 25 millones de dólares.

“Pero lo más importante es el vitrinazo de Cali, por decirlo de una manera. En este momento, todos los habitantes que leen medios en el mundo ya han oído de Colombia. Vienen 720 periodistas del mundo… Necesitamos recuperar la dignidad de Cali. No nos podemos olvidar de que esta es una de las ciudades más importantes de Colombia, pero también de América Latina. Queremos que el mundo nos mire con otros ojos”, aseguró al recordar que por años el narcotráfico ha impregnado la narrativa de la ciudad en el extranjero.

La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, siente el mismo orgullo. “La COP es el evento más importante de Colombia en su historia. Va a visibilizar a Cali y al Valle. Nos van a conocer por algo distinto”, asegura. El presidente Petro también dice que con la COP, Colombia logró poner a Cali como “el nodo central de la biodiversidad”.

Para entender la importancia de lo que se juega en la COP hay que remontarse a la historia. La lucha por conservar el planeta es relativamente reciente. Jimena Nieto, negociadora por el país en varias de las COP y quien copresidió la negociación del Protocolo de Nagoya-Kuala Lumpur, explica que solo hasta los años ochenta se identificó la pérdida de la biodiversidad como una lucha que debía dar colectivamente la humanidad. Producto de eso se firmó el convenio de diversidad biológica que dio origen a estos encuentros que se hacen cada dos años.

Canciller Luis Gilberto Murillo, vicepresidenta Francia Márquez y ministra de Ambiente Susana Muhamad. | Foto: Cortesía Ministerio de Ambiente

Hoy la humanidad ha identificado los cinco motores que producen la pérdida de la biodiversidad: la pérdida de los ecosistemas, la sobreexplotación, la contaminación, la introducción de especies invasoras y el cambio climático. La cita de los países en Colombia es para encontrar acuerdos comunes sobre cómo solucionar esos problemas.

El hecho de que Colombia sea la sede de la COP es muy significativo. Colombia es el país más biodiverso por kilómetro cuadrado de todo el mundo, con 311 tipos de ecosistemas continentales y marinos y el 53 por ciento del territorio cubierto por diferentes tipos de bosques. Además, alberga una porción muy significativa de su territorio del bioma amazónico, uno de los tesoros más grandes del planeta. Según la WWF, solo allí hay 674 especies de aves, 158 de anfibios, 195 de reptiles, 212 de mamíferos, 753 de peces y más de 6.300 plantas diferentes. Se calcula que en todo el Amazonas hay más de 390.000 millones de árboles.

El hecho de que la cita sea en Cali es bastante significativo. Pocos saben que en el Valle del Cauca confluyen dos de los ecosistemas más importantes del mundo. Como explica la gobernadora, en esa región coexisten parte del Chocó biogeográfico y de los Andes. El Valle tiene cómo sacar pecho: cuenta con 35 ecosistemas, que van desde la zona costera hasta los páramos; más de 800 especies de aves, 500 especies de peces, 163 especies de anfibios, 135 especies de reptiles, 210 especies de mamíferos y 5.000 especies de plantas.

Pero el valor de la COP en Colombia también estará en dar la discusión sobre la biodiversidad en un escenario que no está exento de grandes peligros y amenazas. “En este país hoy se está jugando gran parte de la mayor biodiversidad del planeta”, explica el ambientalista Rodrigo Botero, quien hace con su organización el monitoreo de la deforestación del Amazonas. “Estamos perdiendo el arca de Noé”, explica con dolor.

Se acerca la fecha para la COP16. | Foto: Semana

Este mismo sentimiento lo expresa la congresista Julia Miranda, quien fue por años la directora de Parques Nacionales. “El mundo nos está mirando y están pasando cosas muy graves”, sostiene. La parlamentaria asegura que la biodiversidad en Colombia se está perdiendo a ritmos alarmantes. Miranda destaca que la COP16 tendrá una participación de la sociedad civil sin antecedentes y asegura que para el país es una extraordinaria noticia, pero advierte que lo mejor que podría pasar con este encuentro es tomar acciones para frenar la devastación.

Uno de los lugares que la congresista señala que merece la atención del mundo es el Parque Nacional de Chiribiquete. En 2018 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata del área protegida continental más grande de Colombia, con 4.268.095 hectáreas. El gran explorador de National Geographic Wade Davis la llamó la Capilla Sixtina de la Amazonía. El lugar fascina por su selva densa, sus formaciones rocosas y sus murales escondidos en esa inmensidad que albergan 75.000 pinturas rupestres y que datan de más de 20.000 años.

La criminalidad ha ido destruyendo este tesoro que sufre usualmente incendios monumentales provocados para ganar tierras; también los cultivos de coca y las vías ilegales levantadas para poder sacar lo que de allí se roban. El Gobierno Petro, de cara a la COP, ha destinado esfuerzos para evitar esa tragedia. Hace unas semanas, el general William Salamanca le mostró al país cómo con la Operación Amazonas “lideramos una ofensiva que culminó con la destrucción de dos infraestructuras para el procesamiento de hoja de coca y la inhabilitación de cinco tramos de vías y cinco puentes ilegales”.

Hernando García Martínez, director general del Instituto Humboldt, la entidad guardiana de esos recursos naturales en el país, también tiene mucha esperanza en que la COP logre resguardar la biodiversidad de Colombia. “Detrás de la COP se van a abrir nuevas oportunidades para financiar iniciativas claves de conservación… Pero además va a ser un espacio para entender cómo la biodiversidad puede formar parte fundamental para una bioeconomía en el país. Colombia gana desde todos los puntos de vista con esta COP”.