SEMANA: ¿Cómo han visto desde DirecTv la transformación digital en medio de la pandemia?
Ángel Melguizo: La covid-19 fue un shock económico sin precedentes, con un impacto simultáneo sobre la oferta (con cierres completos de sectores) y sobre la demanda (externa, con caída de remesas, capitales y exportaciones, e interna por los confinamientos).
Sin infravalorar el drama humano, el impacto de la pandemia también mostró las potencialidades y los retos pendientes de la digitalización en Colombia y en Latinoamérica. Por el lado positivo, la robustez de las infraestructuras de telecomunicaciones permitió soportar aumentos sobresalientes del tráfico en internet. En Colombia, según datos de la CRC, el tráfico entre enero de 2020 y enero de 2021 se incrementó hasta un 61%. Similarmente, las plataformas digitales permitieron, a aquellos conectados, trabajar, estudiar, entretenerse, comunicarse y realizar actividades financieras, entre otras. Estos resultados se complementaron además con un trabajo articulado entre el sector privado y el gobierno.
SEMANA: ¿Qué retos se tienen para 2021 en esta materia?
Á.M.: El cierre de la brecha de conectividad y la transformación productiva siguen siendo las prioridades. Solo así lograremos reactivar la economía impulsada por la productividad, y reducir la desigualdad socio-económica.
Las brechas en conexión digital son una de las desigualdades que ya se manifestaban prepandemia, pero que han tomado mayor relevancia como consecuencia de la misma. En América Latina 3 de cada 10 personas no tiene acceso a internet según el último Latin American Economic Outlook de la OCDE. Para Colombia la situación es similar y, a pesar de los importantes avances que se han logrado en los últimos años, con una penetración de internet fijo y móvil de aproximadamente la mitad que en los países de la OCDE, y similares retos de velocidad. Los ´no conectados´ son mayoritariamente hogares de bajos ingresos, localizados en áreas remotas y rurales.
Unido a lo anterior, Colombia debe ser protagonista de la revolución digital. Ello supone cambiar la mentalidad y no verse solo como consumidores y usuarios de servicios digitales, sino también como generadores de nuevos contenidos, herramientas y emprendimientos digitales. Un área que desde AT&T Latinoamérica vemos con enorme potencial es la economía creativa digital, combinando la riqueza cultural y talento de los creadores, junto con desarrollos tecnológicos para la producción y la distribución de bienes y servicios innovadores. La agenda de economía naranja impulsada por la Presidencia de Duque es un acierto, y confiamos en ver su impacto pronto.
SEMANA: ¿Cómo incentivar a que más empresas sigan acelerando esta transformación digital?
Á.M.: Existe un consenso generalizado desde hace años sobre la agenda: más inversión y mejor regulación. Según el centro de estudios de ASIET, la región debe invertir USD 161 mil millones entre 2019 y 2025 para lograr los niveles de conectividad de economías de ingreso alto de la OCDE. Junto a ello, es imperativo invertir en las habilidades necesarias para los trabajos del futuro, analíticas, digitales y, más en contextos de virtualidad, habilidades de comunicación y pensamiento crítico. Necesitamos lanzar un plan público-privado ambicioso, con una participación esencial del FMI y de los bancos de desarrollo.
Una transformación digital exitosa también requiere repensar las regulaciones e instituciones existentes, promoviendo una competencia moderna. Ello exige revisar clasificaciones obsoletas de servicios y mercados, incorporar las nuevas barreras de entrada y de inversión, y asegurarnos que las plataformas digitales – fundamentales para nuestra vida social y productiva – sean más responsables y transparentes con el uso de los datos y el funcionamiento de sus algoritmos. Por último, llamaría a una regulación innovadora (experimentemos antes de copiar+pegar regulaciones analógicas) y, en lo posible, global.
Esta agenda de digitalización inclusiva de América Latina es urgente y ambiciosa, pero estamos convencidos de que la colaboración público-privada – como la que hemos visto en estos trimestres ´de emergencia’ la hará factible.
SEMANA: ¿Qué oportunidades abre la transformación digital a la economía del país?
Á.M.: Dentro de Latinoamérica, Colombia se sigue posicionando como uno de los centros con mayor potencial digital. En pocos países vemos esta combinación de juventud, dinamismo de las ciudades y pasión por la tecnología. Además, a ello añadiría la apuesta del gobierno en actualizar y modernizar las reglas de juego del sector, hacia una visión pro inversión y competencia. El Plan Nacional de Desarrollo con un capítulo digital, la aprobación e implementación de Ley TIC que llevábamos años esperando, la subasta de espectro, el diálogo público-privado en el Consejo Asesor Digital, y la consolidación de la Consejería de Transformación Digital Asesor Digital en Presidencia son ejemplos.
Todas estas líneas de acción, dan oportunidad para que Colombia dé un paso adelante para consolidarse como un generador de servicios digitales y servicios TIC, impulsado la productividad y el empleo formal.
SEMANA: ¿Cómo ve la llegada de las plataformas Over-the-top o conocidas como OTT?
Á.M.: Con optimismo. En un entorno con un nivel de incertidumbre sin precedentes, sin duda una mayor adopción de plataformas OTT es reflejo de la “nueva normalidad”, transformando cómo consumimos, trabajamos, nos movilizamos, educamos, nos informamos… Imaginemos lo que habría sido 2020 y su pandemia sin ninguna de estas innovaciones.
En esta línea, AT&T recientemente ha intensificado su inversión en OTT con DirectvGO, que ya está operativa en 8 países desde México hasta Argentina, y aspira a convertirse en la plataforma regional líder en contenidos deportivos y en vivo. Y Warner Media anunció el lanzamiento en toda Latinoamérica de HBOmax en junio de este año, la plataforma de contenidos on demand, siendo ésta la primera expansión internacional del servicio antes que Asia o Europa.
Por ello, imaginemos una Latinoamérica y una Colombia más conectada, con ciudadanos tienen las competencias y habilidades que se necesitan, y que la regulación permite una competencia dinámica entre empresas para dar los mejores servicios. En ellas, las OTT son un motor de crecimiento económico con inclusión.
SEMANA: ¿Cuál es el impacto de gravar a las plataformas digitales?
Á.M.: La tributación de las plataformas digitales, y más general, la tributación de la economía digitalizada, es uno de los elementos centrales de la regulación inteligente que se necesita. Esperamos que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quien está liderando el proceso a nivel internacional, realice su propuesta a mediados de este año. Y sobre ella, confiamos que los países trabajarán en una implementación ágil y coordinada.
Todos ganaremos con una tributación suficiente, adecuada y global de los servicios digitales. Personalmente, creo que hay que quitarle dramatismo al tema, y simplemente reconocer que cómo trabajamos, cómo compramos, cómo nos movemos y nos comunicamos, cambió en los últimos 10-15 años. Y, por ello, la fiscalidad internacional debe adaptarse, con modernidad, a la nueva realidad.