Seguramente son muchas las personas en Colombia que están esperanzadas en la propuesta del representante a la Cámara por el departamento de Santander, Fabián Díaz Plata, en la que se busca la reducción de las tarifas y la enorme cantidad de peajes que hay en el territorio nacional. Se registran recorridos con escasos 20 kilómetros en los que se debe pagar dos veces por pasar.
Las cifras que se manejan para estos lugares no son bajas; se pueden encontrar peajes que llegan casi a los 20.000 pesos o se encuentran fácilmente hasta cinco en recorridos inferiores a los 200 kilómetros, como es el caso del Túnel de Oriente entre Medellín y Rionegro, que está en $ 18.800, o el de Pipiral entre Villavicencio y Bogotá, que es de $ 18.500.
Las afectaciones son serias para el turismo y las personas que habitualmente deben hacer desplazamientos entre municipios por cuestiones de estudio, trabajo o para comercializar sus productos, ya que ven mermadas sus ganancias o el capital disponible para sus gastos por los peajes.
Pero es que hay casos en los que incluso la señalización es poco clara y por ello las personas terminan abocadas a pasar por las casetas de pago. Uno de ellos se da al salir de Santa Rosa de Cabal en Risaralda, hacia el departamento de Caldas, donde obligatoriamente se debe cancelar uno de los dos peajes de Tarapacá y a menos de 20 kilómetros se encuentra el otro, justo a la entrada de Manizales.
Es posible evitarlo si se toma una ruta antigua entre Chinchiná y la capital caldense, que se encuentra en muy buenas condiciones, pero al salir de esta población los viajeros se encuentran con una señal que les indica que a la derecha está la vía a La Siria, un sector rural de la ciudad que los visitantes es bastante probable que no conozcan. Lo que sí aparece muy claro es el letrero que sugiere atravesar una glorieta para llegar a Manizales, pero apenas unos pocos metros después aparece el otro peaje.
Aunque esta es una manera válida para obtener los recursos que permiten realizar el mantenimiento de las carreteras, la gran mayoría de los colombianos está cansada de encontrarlos tan cerca, hasta 168 veces en todo el territorio nacional al ser operados por el Instituto Nacional de Vías, (INVIAS), o las concesiones privadas.
Por eso, este congresista santandereano propone que entre uno y otro exista una distancia de al menos 150 kilómetros; en las reuniones de empalme entre el gobierno anterior y el de Gustavo Petro, se mencionó que era necesario instalar otros 19 para el financiamiento de las vías 4G.
El proyecto de ley contempla, además, que el pago realizado por quienes transiten en sus vehículos esté determinado por la calidad de las carreteras, que el incremento nunca sea superior al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del año anterior o que en el momento de ser entregadas las vías por las concesiones se lleve a cabo una disminución inmediata de las tarifas.
Entre los puntos que maneja la iniciativa se encuentra, además, la desaparición de los peajes internos, debido a que hay varias ciudades capitales en las que los habitantes del sector rural se ven gravemente afectados al movilizarse para estudiar o trabajar porque deben pasar por la caseta y meterse la mano al bolsillo, aunque ni siquiera salgan de su municipio.
De acuerdo con los datos que maneja Fenalco, hay países como Chile o México que registran los valores más altos en los peajes de esta zona del mundo, aunque no tienen la exagerada cantidad de puntos de pago que se ven en Colombia.
También existen casos como en Reino Unido, España y otras naciones del viejo continente, en los que se debe cancelar una pequeña cantidad para acceder con el carro a determinados lugares de las ciudades; especialmente a los entornos históricos, aunque con precios diferenciados de acuerdo con las franjas horarias.