Jurista, tratadista, diplomático, magistrado, Fernando Hinestrosa fue una eminencia en el mundo jurídico y académico del país, pero, sobre todo, rector de la Universidad Externado por casi 50 años hasta su muerte, en 2012. Su vida está íntimamente ligada a la institución que presidió desde muy joven y se esforzó por llevar a los más altos niveles de excelencia académica. Hoy, gracias a su gestión, el Externado encabeza los listados de las mejores universidades del país. Con su partida, Juan Carlos Henao ocupó la silla del rector. Para hacerlo renunció a ser magistrado de la Corte Constitucional después de que superó a otros candidatos de quilates como Alfonso Gómez Méndez o Jaime Bernal Cuéllar. Como era de esperarse, su llegada generó expectativa entre los externadistas que no conocían un rector diferente al doctor Hinestrosa. Por esto, para ganar legitimidad y mandar un mensaje, Henao nombró en los primeros días a Marta Hinestrosa, hija del exrector, como secretaria general de la universidad. Pero algunos miembros del cuerpo docente recibieron mal la decisión porque la interpretaron como una renuncia a los deberes de su cargo.
“Henao se posesionó, fue a una notaría y le dio poder general a Marta Hinestrosa para manejar la universidad, siendo él el rector. Eso ha generado una situación muy complicada”, explica Ramiro Bejarano, profesor emérito del Externado que inició, de la mano de los profesores Néstor Osuna, Juan Pablo Estrada, Saúl Sotomonte y Hernando Parra, una tribuna escrita que bautizaron El Radical, desde donde critican la administración de Henao. Se quejan, sobre todo, por el supuesto secretismo con el que toman las decisiones en la universidad. En medio de la discusión, solicitaron al Consejo Directivo aceptar una auditoría a los estados financieros, los cuales, según un estudio del Observatorio de la Universidad Colombiana, para 2019 gozaban de un patrimonio superior a tres billones de pesos. La respuesta los remite siempre a una revisión realizada entre abril y junio del año pasado por una firma de consultoría. Esta concluyó, tal y como comunicó la universidad en sus canales institucionales, que “no existe irregularidad alguna en el manejo financiero”. Sin embargo, esta respuesta no satisface a ‘los radicales’. El reporte completo de la revisión está sujeto a reserva, pero ellos exigen socializarlo con la comunidad externadista y no solo con los miembros del Consejo. Además, advierten que este ha ignorado por muchos años los estatutos de la universidad que estipulan su renovación cada cierto tiempo. “¿Con qué autoridad un profesor de derecho constitucional enseña el respeto por la Constitución de un país cuando ese Consejo Directivo tiene un periodo de dos años y lleva 25?”, asegura Juan Pablo Estrada.
También reclaman por la publicidad de las actas del Consejo. Las directivas del Externado decían que estos documentos, usualmente de acceso público, solo podían ser liberados si los miembros del Consejo así lo determinan. Luego de muchos requerimientos para lograr el acceso, modificaron esa política de restricción hace dos semanas. Ahora los miembros del Consejo pueden consultar los documentos de manera individual. También convocaron, después de más de dos décadas, a elecciones para conformar un nuevo Consejo Directivo. Se trata de cambios significativos detrás de los cuales hay un gran pulso de poder. El cambio paulatino ha surgido a partir del reintegro al Consejo Directivo del exministro Andrés González tras regresar al país luego de terminar su etapa como embajador en la OEA. Eso significó el relevo de Fernando Silva, su suplente, quien era cercano al rector. La balanza se inclinó contra Henao y en dos meses se sabrá qué tanta gobernabilidad tendrá hasta el final de su periodo, en mayo próximo. Consultado sobre lo que pasa en la universidad, Henao señaló que durante sus años de mandato no ha habido ninguna irregularidad y prefirió no discutir los señalamientos, ya que este tipo de temas “se resuelven en los espacios y las instancias con los que cuenta de manera amplia y libre el Externado”. Sus opositores, por su parte, no ven otra alternativa a su salida de la rectoría. El nombre de Hernando Parra suena como posible sucesor, pero ‘los radicales’ lo niegan y afirman que no tienen interés en que uno de los suyos ocupe el cargo. Aun así, todo indica que en el trasfondo de la puja está la silla de la rectoría de una de las universidades más poderosas y prestigiosas del país.