Desde que el mortal virus del ébola empezó a expandirse más allá de África y a convertirse en una alarma mundial, el Gobierno y las autoridades sanitarias de Colombia han dado parte de seguridad respecto a que el país está blindado contra el virus. Sin embargo, hay una gran incógnita respecto a los protocolos adelantados en puertos y aeropuertos para evitar el ingreso de personas contagiadas. Pues en una primera evaluación de las medidas adoptadas, la conclusión es que el país no está ajeno a que ingrese el virus. Por eso, el Congreso este martes le hará un debate al Gobierno para exponerle sus preocupaciones ante la posibilidad de que puedan ingresar personas al país con el virus en incubación a través de los puertos que, aparentemente, son los menos blindados y donde mayor riesgo existe. Al parecer, los controles aeroportuarios preocupan por su falta de rigurosidad. Por ejemplo, en los principales aeropuertos que albergan vuelos internacionales, como Bogotá, Medellín, Cartagena, Cali, el único filtro es una encuesta. Según cifras de Migración, entre el primero de enero y el 30 de septiembre del presente año han ingresado al país 3.245 viajeros procedentes de países africanos, pero sólo 313 de ellos provienen de los países afectados por el ébola: 239 ingresos de Nigeria, 55 de Senegal, diez de Guinea Conakri, cuatro de Liberia y cuatro de Sierra Leona. Estas personas, según los protocolos diseñados por el Ministerio de Salud, han sido sometidas a una encuesta cuya única pregunta es “¿Ha estado usted durante los últimos tres meses en Guinea, Liberia, Sierra Leona o Nigeria?” En aplicación a esta pregunta, dice Migración, entre el mes de septiembre y el 26 de octubre del presente año han sido reportados a las autoridades de salud 311 casos; 23 pasajeros manifestaron haber estado en los países afectados en los últimos tres meses. De ellos, 147 eran colombianos, 39 de otros países africanos y 102 de otras nacionalidades (16 de Estados Unidos, 15 de España, 14 de Francia, siete de Brasil y cinco de Italia, entre otros). De las respuestas de Migración al Congreso, la senadora Teresita García Romero, citante del debate, dice que el único instrumento de detección para identificar pacientes con ébola es una encuesta. “¿Qué pasaría si algún viajero ingresa al país y, por cualquier razón, proporciona información falsa?”, se pregunta. Ese fue el caso de la primera persona con la infección en Estados Unidos, Thomas Duncan, un liberiano a quien se le preguntó si había tenido contacto con personas infectadas. El hombre respondió que no, pero más tarde, ya enfermo, confesó que había ayudado a una embarazada infectada en su país a subir a un taxi. El otro control lo adelanta la Cancillería a través de las visas. Para otorgarlas, se elaboró un cuestionario para todo solicitante de visa que aspire llegar a Colombia. Un cuestionario que no se centra en la nacionalidad de la persona sino en la identificación del riesgo para el país, ya sea porque provenga o haya estado en alguna de las zonas declaradas con epidemia, o haya estado en contacto con personas afectadas, o por su exposición a fluidos o animales contaminados. Hasta mediados de octubre, dice la Cancillería, por este cuestionario se rechazaron 44 solicitudes de visa. No obstante, 92 países no necesitan visa para ingresar por períodos cortos al país. Estos representan casi el 90 % de los ingresos y, además, no tienen que someterse a este cuestionario. Por eso, la Cancillería dice que si bien las medidas en materia de visas son importantes, “las medidas de control aeroportuario son las de mayor impacto”. Ese es el panorama en materia aeroportuaria. Pero en los puertos marítimos es donde hay mayor inquietud. Porque, según la Organización Mundial de la Salud, los viajeros de larga distancia (por ejemplo, intercontinentales) infectados en zonas de circulación del virus podrían llegar incubando la enfermedad y desarrollar síntomas compatibles una vez en territorio nacional. Dice el estudio que, aunque la mayoría de los países de las Américas no tienen vuelos directos con los países donde se ha documentado la transmisión del ébola, la introducción del virus en la región se puede dar a través de viajeros internacionales. Por ejemplo, en la semana del 27 de octubre, llegó al puerto de Barranquilla el buque ‘Wappen Von Berlin’, con la bandera de Liberia. La Dirección Nacional Marítima, también en respuesta al Congreso, informó que el sistema de mitigación de riesgos portuarios, que permite conocer los últimos diez puertos visitados por un buque, detectó que el buque de Liberia había estado en los puertos de Cuba, Rusia y Nigeria sin novedad. La Dimar comunicó a la autoridad sanitaria del puerto quienes evaluaron la situación: no encontraron riesgo y se autorizó su ingreso. Las medidas y los protocolos diseñados por el Gobierno se han concentrado en materia aeroportuaria. Aunque hay un dato preocupante: No todos los aeropuertos internacionales del país tienen servicio de salud las 24 horas. Pero en los puertos marítimos la Dirección Nacional Marítima carece de competencias: “La Dimar, al ser entidad que dirige las visitas oficiales de arribo a los buques de tráfico internacional que ingresen a los puertos colombianos, realiza las coordinaciones correspondientes con las autoridades que tienen competencias, el ICA, Migración Colombia y el Ministerio de Salud”. Pero en caso de que un buque sea una amenaza para el Estado colombiano, “la Capitanía de Puerto notificará a la Agencia Marítima para que dicho buque se fondee en zona de cuarentena a la espera de la respectiva visita de las autoridades sanitarias”, dice la Dimar. Tras conocer las respuestas de las autoridades colombianas, la citante del debate, la senadora García, dice que el país no está ajeno al ingreso de personas contagiadas con ébola, más aún cuando el flujo de pasajeros internacionales es de 4.367.315 (según cifras del 2013 del Ministerio de Turismo y Comercio Exterior). Para la funcionaria, la atención se ha fijado en los controles aéreos, “pero no se puede dejar de lado el control en los puertos, pues por esta vía ingresan toneladas de mercancía, comida y demás objetos que pueden representar un riesgo, así que el ICA, la Dian, la Dimar, la Policía Aeroportuaria tienen que trabajar conjuntamente y ser implacables en los protocolos de ingreso al país”. Otro de los temas que preocupan a la citante es que en el país no existe infraestructura hospitalaria adaptada para atender eventualmente un caso, pues se requieren salas de aislamiento con las que ningún hospital de Colombia cuenta. De momento, no hay que encender las alarmas, como señala el parte de tranquilidad del Gobierno. Pero de casos como el de Teresa Romero en España aún no estamos exentos, y el país aún no está preparado para atender una emergencia como esa.