Por: Gustavo Petro
Hoy es un nuevo día para Colombia. El optimismo visto en las urnas de votación y los contundentes resultados han marcado el inicio de la revolución del cambio por la vida. Han marcado también una nueva era para que nuestra Nación pueda comenzar a sanar y, entre todos y todas, podamos escribir una nueva página de la historia de Colombia.
Ayer, en las urnas, logramos demostrar que la única arma que necesitamos para hacer realidad el cambio, que necesitamos y proponemos, es un esfero. El 29 de mayo ha sido un día histórico para el país. Millones de colombianos y colombianas, desde el Pacífico hasta el Caribe, desde el Llano a los Andes, eligieron demostrar que en Colombia no tenemos miedo y estamos listos para transformar nuestro país.
Hemos dicho que queremos una sociedad libre y que estamos llenos de energía para hacer realidad esa Colombia con la que soñamos. Me enorgullece representar su sed de justicia, de paz y de cambio. Años de dolor y decepción nos han traído hasta este momento en que la esperanza se abre camino en contra de los que quisieron hacernos creer que el cambio no es posible.
Ellos no saben que, más allá de la política, un nuevo país se está gestando: una Colombia trabajadora, diversa e inclusiva y con ganas de vida. No lo saben porque esta es una realidad que solo se puede percibir recorriendo el país, puerta a puerta, colombiano a colombiano, como lo hemos hecho en el Pacto Histórico.
Esta campaña nos ha llevado a los 32 departamentos del país. Hemos visitado más de 100 municipios, donde llenamos cientos de plazas públicas y nos reunimos con miles de ciudadanos y ciudadanas en varios encuentros “Petro Te Escucha”. Por eso Francia, todo nuestro equipo y yo sabemos que Colombia está lista para un cambio a todo nivel, un cambio que garantice la materialización de los derechos fundamentales para todos los colombianos y las colombianas.
Hablamos de un cambio que implica un proceso de industrialización sostenible que genere estabilidad económica y empleos dignos. Aspiramos a una sociedad de conocimiento que apueste por la educación de nuestra juventud, a una economía que integre y apoye el crecimiento de los emprendedores populares, a una pacificación real en todo el territorio que permita justicia para las víctimas y reconciliación para la sociedad.
Queremos construir un país que protege nuestros recursos naturales para garantizar la diversidad a las próximas generaciones. El cambio es para toda Colombia, incluyendo a nuestros compatriotas en el exterior, esos millones de ciudadanos y ciudadanas que tuvieron que dejar nuestro país. A los cientos de miles de ellos que votaron por nuestra propuesta de cambio, les agradezco profundamente su confianza. He sufrido en carne propia la nostalgia de estar lejos y mi promesa para ellos es impulsar la productividad basada en el conocimiento para generar las oportunidades que les permitan regresar. ¡Es hora de devolverles la posibilidad de una vida digna en la tierra que los vio nacer!
Estos y otros más son los cambios que Colombia necesita. Estos son los cambios por los que han votado millones de colombianos y colombianas. Este es el país que queremos hacer realidad y en el que sabemos que Colombia puede convertirse. Los colombianos y las colombianas nos han confiado esa tarea, por eso es que mi compromiso es con todos los que votaron por el cambio y también con los que no lo hicieron.
Mi objetivo es gobernar y construir un país donde todos podamos vivir mejor: ser un presidente para todos los colombianos y todas las colombianas. El cambio viene en camino y los resultados electorales que estamos viendo en este momento son la evidencia. Les agradezco a todos y todas las que nos han acompañado en estos meses y a los que ayer dijeron, con esperanza y sin miedo, que ya es momento de cambiar. Sin su apoyo, su energía y su ilusión no hubiésemos llegado hasta acá.
Quiero que sepan que recibo con humildad y responsabilidad el respaldo que nos han brindado con sus votos. Pero les recuerdo que nuestro objetivo no acaba hoy, aún tenemos camino por recorrer hasta el 7 de agosto, cuando empecemos a trabajar por el país. Estoy seguro de que este movimiento es imparable. Que desde hoy cada vez más colombianos y colombianas se unirán a todos los que ya dijimos que sí a ser una sociedad sostenible y de paz, que sí al cambio.
El país entero está hastiado de las condiciones de injusticia. Estamos cansados de las dificultades que día a día viven las madres cabezas de familia para llevar de comer a sus hijos, del cansancio de los trabajadores tras dedicar tantas horas de labores y ver tan lejanas sus metas, de la pobreza en la que viven millones de viejas y viejos que no tienen la posibilidad de una pensión.
Ya tuvimos suficiente de la frustración de los jóvenes que no encuentran las oportunidades para trabajar y salir adelante. El deseo de cambio en Colombia es mayor de lo que nos imaginamos. La indignación por la corrupción, las injusticias y los privilegios se puede sentir en todos los rincones y estratos del país. Francia y yo les hemos presentado una propuesta sólida para un cambio tranquilo y ordenado: en el que los más pobres tengan la prioridad, en el que las mujeres lideren la transformación y en el que los personajes oscuros que viven de la corrupción y de los dineros públicos sean un asunto del pasado.
Esta es nuestra propuesta y la ciudadanía la ha abrazado con optimismo, le ha dicho que sí. El país quiere cambio y nosotros, la propuesta del Pacto Histórico, queremos representar este anhelo y hacer realidad este objetivo para todos y todas. Colombia espera por cada uno de nosotros. Sigamos juntos hasta hacer realidad el cambio por la vida.
Queda muy poco para que la Colombia Potencia Mundial de la Vida deje atrás las políticas de la muerte, generadoras de desigualdad, guerra y destrucción, para transitar hacia las políticas del amor y de la vida. Creamos y sigamos apostando por este cambio. Podemos hacerlo. Debemos hacerlo.Gustavo Petro n