La verdad es la primera víctima de la guerra. Por eso, es una de las columnas vertebrales de los procesos de paz. Este martes, como parte de los temas pendientes del aterrizaje del acuerdo, el presidente Juan Manuel Santos posesionó a quienes llevarán el timón de la órgano que esclarecerá por qué pasó lo que pasó en 60 años de conflicto."Hoy estamos dando un nuevo paso hacia la verdad", dijo el mandatario durante la ceremonia de instalación de la Comisión de la Verdad. Durante el encuentro, el presidente Santos destacó que la Comisión no pretende "contar la verdad oficial" del conflicto, sino que busca ayudar a esclarecer lo que en realidad sucedió en el país durante más de medio siglo de confrontación con las Farc.Le recomendamos: Los desafíos que tendrá que encarar la Comisión de la Verdad"Nunca se va a saber la totalidad de la verdad", agregó. Renglón seguido, el mandatario destacó que todos los miembros de este mecanismo "conocen el conflicto a fondo" y "rendirán cuentas cada seis meses durante los tres años" de funcionamiento. La Comisión forma parte del Sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición que incluye la Unidad para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).La Comisión no es un mecanismo para administrar justicia, sino para contribuir a la consecución de la verdad y al reconocimiento de los derechos de las víctimas, de las que Santos dijo "son el centro del acuerdo de paz con las Farc".

SEMANA: ¿Qué ha pasado con la Comisión de la Verdad desde que fueron elegidos?Alejandro Valencia.: Hemos estado trabajando como comisionados, conociéndonos entre nosotros. Estuvimos buscando un lenguaje propio y un pensamiento común para llegar a acuerdos sobre lo que vamos a hacer. A la par de estos encuentros desarrollamos talleres de escucha en 17 regiones del país. Empezamos escuchando a las víctimas sobre lo que ellos entienden de nuestro mandato. SEMANA.: Una vez posesionados, ¿cuál es el siguiente paso?A.V.: Empieza la etapa preparatoria que se consolidará en seis meses. En ese momento la Comisión de la Verdad informará sobre la metodología, las regiones donde trabajará y arranca el despliegue en el territorio.SEMANA.: El país sufre de un excesivo centralismo, ¿tienen claro cómo desmarcarse?A.V.: Nuestro trabajo tiene sentido desde los territorios. Vamos a trabajar particularmente con 18 regiones y 26 puntos. La Comisión de la Verdad sobre todo va a buscar a las víctimas. Por eso, tendremos un despliegue flexible que nos permita movernos por muchos lugares a través de quipos móviles.También puede ver: "No hubo sesgo ideológico para escoger la Comisión de la Verdad"SEMANA: : ¿En qué zonas?, por ejemplo... A.V.: Como la zona de Urabá, el bajo Cauca y Oriente antioqueño. Claro, esto no significa que no vayamos a ir al centro de la región.SEMANA.: Y... ¿los colombianos que están por fuera del país?A.V.: Claro, tendremos cobertura internacional. El exilio obligar a realizar actividades en muchas partes. De hecho, en los próximos días un comisionado participará de tres actividades en Estocolmo, Barcelona y Londres. Hay una demanda muy fuerte de los colombianos en el exterior y hay que involucrarlo en este trabajo.SEMANA.: Su trabajo gira en torno a un concepto de verdad que se ¿construye, descubre o se muestra?A.V.: Como todo, en principio yo diría que hace parte de muchas cosas que todavía no sabe el país. Un tema central es el de que la sociedad colombiana reconozca el conflicto armado. Tenemos un reto: intentar construir memoria lo más inclusiva posible. Una narrativa que muestre los patrones de violación de derechos humanos que se dieron en el marco del conflicto.SEMANA.: ¿Qué tanto afecta la crisis por la que atraviesa el acuerdo la legitimidad de su trabajo?A.V.: No la tenemos fácil, por el contexto político. La Comisión de la Verdad fue creada en un escenario que creíamos que sería distinto. Sin embargo, hay que hacerla y se va a sacar adelante al margen de las dificultades.

SEMANA: ¿Qué significa para la sociedad de un país darse cuenta de la necesidad una Comisión de la Verdad en medio de la crisis que atraviesa el acuerdo?Alfredo Molano.: La Comisión de la Verdad tiene un papel principal: esclarecer una verdad histórica oculta y muchas veces falsificada. Por eso, escucharemos a las víctimas, victimarios y quienes tengan información que brindarnos sobre lo que pasó. Nuestro trabajo aportará a la convivencia y es como un polo a la tierra de la implementación en estos momentos. Se habla del cumplimiento del 18 por ciento de lo que se pactó, por eso creo que nuestro aterrizaje tiene la obligación de rescatar la fe del país en los acuerdos de paz. Ese va a ser nuestro primer objetivo.SEMANA.: Muchas de las zonas claves para esclarecer qué pasó aún están inmersas en dinámicas de conflicto, ¿eso frena su trabajo?A. M.: Ese es uno de los problemas más graves que tenemos. Sin embargo, nosotros vamos a ir por la verdad de las víctimas. Las vamos a buscar y las vamos a oír. Ese es nuestro papel fundamental. Como diría el evangelio: las víctimas también pueden venir a nosotros. Se está trabajando en modalidades para que las víctimas se puedan saltar las barreras del miedo y las amenazas. Así podrán venir a hablar y ser escuchadas.Le puede interesar: Los riesgos de la Comisión de la VerdadSEMANA.: ¿Cómo será el trabajo con las víctimas que están en las grandes ciudades?A. M.: Depende porque los barrios populares tienen una cultura muy territorial como ocurre por ejemplo en Soacha y las víctimas de la Comuna 13. Claro, también estará el espacio para que las víctimas de El Nogal cuenten su versión.SEMANA.: ¿Cómo blindar la Comisión de la Verdad de la moralidad?A. M.: Todo el mundo tiene derecho a dar su versión: victimas, victimarios y testigos. Nosotros trataremos de contrastarlos para depurar y sacar la verdad. Esto equivale a decir que la versión final tiene que dar respuesta a por qué pasó lo que pasó. Hay algo ético en esa explicación. No es científico, político o ideológico. Tendrá que ver con el derecho pero no exclusivamente.SEMANA: ¿Su trabajo gira en torno a un concepto de verdad que se construye, descubre o se muestra?A. M.: Sí, la verdad es esa: la construcción de una verdad que tenga en cuenta muchas versiones, que permita englobarlas pero que no sea expresión de ninguna de esas versiones particulares.

SEMANA: ¿Qué le espera la Comisión de la Verdad en el 2018?Alejandra Miller.: Desde noviembre venimos trabajando y a partir de mañana la Corte Constitucional nos dio seis meses para montar toda la arquitectura. Esperamos terminar de construir la metodología de aquí a noviembre para empezar en forma el trabajo que tomará tres años.  SEMANA.: Su trabajo involucra muchas zonas del país donde el conflicto sigue vivo, ¿cómo están manejando el tema?A. M.: Hemos recorrido 17 territorios como Nariño, Valle, Cauca, en Chocó, Cúcuta y Bolívar. La primera preocupación que sale en los territorios es el tema de la seguridad y el reciclaje de la violencia. Por ahora, lo que estamos haciendo es evaluando estrategias de protección para que la gente acuda sin temor a la Comisión de la Verdad.SEMANA.: ¿Eso qué significa?A. M.: Que si por el contexto del territorio tenemos que sacar a las personas de allí lo haremos o si ellos se sienten mejor viniendo hasta acá, también es otra opción. Muchos estarán acompañados por líderes y las organizaciones sociales. Ellos son los que nos ayudarán a garantizar confianza y tranquilidad para que las personas puedan hablar.Le puede interesar: Los detalles de un apretón de manos que parecía imposibleSEMANA.: Luego de acentuarse el drama por el que pasa Tumaco, queda claro que en muchos territorios no confían en la institucionalidad, ¿qué tienen en mente?A. M.: Es una tarea muy difícil. Por eso, la confianza debe ser a través de los vínculos comunitarios que ya hay en los territorios. No podemos llegar en paracaídas como una institución más. Por eso hay que trabajar mucho con las organizaciones. No es fácil donde los contextos de seguridad están tan difíciles.SEMANA.: ¿Qué otro reto tendrá la Comisión de la Verdad?A. M.: El país está profundamente polarizado. Esperamos que después del proceso electoral las aguas se calmen. El reto que tenemos es que la sociedad en general reconozca el trabajo que tiene por delante la Comisión de la Verdad.