Impulsar la transición energética para contribuir en la mitigación del calentamiento global es uno de los compromisos que Colombia adquirió con el planeta. Si bien el país cuenta con un enorme potencial en el desarrollo de energías renovables no convencionales, expertos aseguran que se debe seguir profundizando en la confiabilidad, la diversificación y la incorporación de nuevas tecnologías.
El ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, señala que “la transición energética va muy bien”, que es una de las principales políticas del Gobierno y, “sin duda alguna”, la principal política pública del sector. “El rol del Gobierno era crear un marco de política pública, normativa y tributaria conducente a que la inversión privada pudiera explotar esa riqueza en materia de energía renovable no convencional”, agrega.
Desde el Ministerio señalan que durante estos cerca de cuatro años se ha multiplicado por 25 veces la capacidad de generación proveniente de fuentes renovables no convencionales y, mediante subastas, ya se han adjudicado proyectos que la van a multiplicar por 100 veces.
Colombia hoy cuenta con una capacidad de 1.365 MW provenientes de energía solar y eólica, y se espera que para finales del año próximo cuente con una capacidad instalada por encima de los 4.500 MW dentro de la matriz de generación. Actualmente, se tienen 17 granjas solares, dos parques eólicos y diez proyectos de autogeneración a gran escala; sin embargo, aún falta mucho por desarrollar.
Diversificación y confiabilidad
Luis Miguel Fernández, presidente de Tebsa –la planta térmica con mayor capacidad instalada de generación en Colombia–, señala que dentro de los principales retos del país en esta materia consiste en sintonizar la regulación con las necesidades de confiabilidad para garantizar la viabilidad de las plantas que brindan este servicio: “De esta manera el sector continuará siendo un destino atractivo para la inversión, y se podrá seguir dando la expansión en capacidad instalada que el país necesita para asegurar su desarrollo”.
Por otro lado, el presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), Juan Ricardo Ortega, habla sobre la importancia de la diversificación de la matriz energética. En este sentido, explica la importancia del gas natural en la transición energética. “Si Colombia quiere reducir sus emisiones a la mitad para 2030, el gas –por sus bajas emisiones, con respecto a otras fuentes fósiles como el carbón o el petróleo– es el combustible idóneo para brindar seguridad energética ante la intermitencia de las fuentes solares, eólicas e hidráulicas”, precisó.
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