“Soy un expiloto del Ejército de Colombia. La historia de los militares retenidos no es nueva. Yo me retiré en el 2008 con aproximadamente cinco pilotos más y nos retuvieron ilegalmente a todos alrededor de un año, alegando las mismas situaciones que ustedes describieron en la columna (sic). Solo después de que puse una tutela me dejaron ir. Atropellan a la gente que puso en riesgo su vida por Colombia y ni siquiera nos dieron las gracias, al contrario, nos trataron como traidores”. Este es un nuevo testimonio conocido por Semana.com sobre la presunta retención de hombres en las Fuerzas Especiales. (Vea el artículo) Historias como la del militar retirado llamaron la atención de algunos analistas en seguridad y conflicto. Los columnistas León Valencia y Alfredo Rangel, y el consultor John Marulanda le dieron su punto de vista a Semana.com frente a la situación que viven soldados, suboficiales y oficiales que pertenecen a las brigadas de las Fuerzas Especiales del Ejército. El columnista de SEMANA León Valencia se declaró “impresionado” con la denuncia y recordó las particularidades de estos hombres. “Son militares muy escogidos que establecen un compromiso fuerte con la organización. Su trabajo es muy aislado y secreto, y tienen normalmente concentraciones muy largas, incluso, con poca conexión con su familia”. Otros que no se sorprenden con la noticia, sí la lamentan. Es el caso de Alfredo Rangel. “Es lamentable que miembros de las Fuerzas Especiales se estén retirando del servicio en estos momentos, cuando el país necesita tanto de su sacrificio para la recuperación de la seguridad”. La situación tiene dos escenarios, según el analista de seguridad John Marulanda. “Que las Fuerzas no quieran dejar salir a los muchachos o que los muchachos estén siendo captados y se quieran ir a una fuerza extranjera”. “Los soldados, suboficiales y oficiales de los cuadros ingresaron voluntariamente y firmaron un contrato con el Estado para seguir prestando su carrera”, dice el consultor. ¿Cómo calificar la intención de retirarse? Para Rangel, la conducta es “sintomática” si se tiene en cuenta la intención que tienen algunos hombres de las fuerzas élite de prestar sus servicios en otros países, un ambiente que confirma Valencia. “Sí se están reclutando soldados colombianos para Medio Oriente, lo hacen las fuerzas mercenarias internacionales y varias compañías de seguridad. Los colombianos son apetecidos”, asegura. Rangel señala un “desaliento” al interior de las Fuerzas Militares, visto, según él, en los últimos años. “Se les suspende el fuero militar y se les limita como en ninguna otra parte del mundo”, argumenta. “Permanecer en el servicio es escoger entre dos alternativas: la cárcel por falta de fuero militar o terminar muerto en la confrontación con grupos terroristas. Esa disyuntiva para ellos es inaceptable”, agrega el columnista al subrayar que las conversaciones de Cuba pueden influir en esta situación. “Los diálogos pueden influir en el desaliento de los miembros de las tropas, que ante un eventual arreglo con las FARC, hayan decidido no ser el último muerto en esta confrontación” resalta. Ante la posibilidad de que los hombres quieran retirarse por estar cansados o por la sencilla razón de querer hacerlo, Valencia proyecta un gran debate, ya que Colombia “es una sociedad abierta y libre”. “Es necesario dar libertad a la gente, hay una pelea dura, ya que es ilegal y arbitrario no permitir la salida cuando se quiere”, añadió. Por su parte, Marulanda llama la atención sobre la calidad de vida de los soldados. “Mejorar las condiciones de vida de los soldados es algo complicado en el país, porque el soldado está en lo más bajo de la escalas salarial y social. Es un problema a lidiar entre el mando militar y los funcionarios de la economía del país”, dice. Ante ese punto, Rangel opina que las condiciones materiales “siempre se pueden mejorar y nunca han sido un obstáculo para que se continúe prestando el servicio”.“El espíritu de sacrificio de los soldados ha sido enorme en las precarias condiciones materiales”, recuerda. Los posibles argumentos de la institución Muchos hombres se quieren retirar de las Fuerzas Especiales pero, con toda suerte de argumentos, no los dejan. Para Valencia, uno de los motivos que tendría la institución para postergar los trámites de los retiros son los secretos que se llevan consigo los soldados, suboficiales y oficiales, quienes han participado en grandes operaciones como las que terminaron con la muerte de 'Raúl Reyes', el 'Mono Jojoy' o 'Alfonso Cano'. “Hay secretos de operaciones como la de ‘Raúl Reyes’, que están en un conflicto internacional. La institución se puede preguntar cómo controlará que estos hombres mantengan esos compromisos de confidencialidad”, anota. Valencia apunta que “no es fácil conseguir gente para Fuerzas Especiales por las condiciones físicas, emocionales e intelectuales que se requieren. Son habilidades que el común de los soldados no tienen. Exigen condiciones de salud y gente que no mida menos de 1,55 o 1,60 metros, por ejemplo”. Añade que la inversión del Estado en la capacitación no puede ignorarse. “Las Fuerzas Militares invierten mucho en las formaciones física y tecnológica de estos hombres, quienes, me imagino, en las primeras aproximaciones, prometen lealtad y entrega”. “Es muy complicado para el Ejército reemplazar un soldado de la Fuerza Especial por uno sin experiencia ni entrenamiento. Se ha hecho una inversión de equipamiento en ese soldado y es costoso para el Estado sostener el relevo de gente con esas características”, coincide Marulanda. Una solución jurídica Los tres analistas coinciden en que la discusión se debe a vacíos jurídicos. Rangel advierte que se ha generado una “incertidumbre jurídica enorme en el accionar de las FF. MM. en contra de los grupos terroristas” y que esa situación ha llevado a algunos a plantearse el retiro. Por su parte, Marulanda señala que “la posibilidad de retenerlos pese a su voluntad debe pasar por un análisis jurídico y salir de las manifestaciones personales”. “No es válido que los hombres digan que se quieren ir y que tengan el permiso ya, como tampoco es válido que el mando diga que no quiere que se vaya porque me debe y tiene que pagar”, explica el analista al aclarar que la situación debe definirse jurídicamente. “La justicia colombiana tiene que sentar jurisprudencia. Mientras no la haya, vamos a seguir con el tire y afloje y eso va a afectar la conducción, la cual hace referencia a la moral de quienes están conduciendo operaciones en el terreno”, agrega. Finalmente, el columnista Valencia concluye que debe haber un protocolo que disponga con cuánto tiempo de anticipación se debe presentar la intención de renuncia. “Eso sería lo normal. Porque si no existe, tienen la libertad de entrar o salir de una estructura”, concluye.