En las últimas dos décadas, el país ha obtenido grandes avances en la salud. La cobertura del aseguramiento llega a 97,7 por ciento del territorio nacional. Mejoras en la atención, innovación y acceso a los tratamientos –entre los cuales se encuentran los oncológicos– sumados a la prevención primaria, secundaria, terciaria y al mantenimiento dan cuenta de este progreso. Estos resultados han dejado políticas y estrategias, como los planes decenales de salud pública y para el control del cáncer, que se encuentran en su etapa final.

Sin embargo, a pesar de la constante actualización del paquete de beneficios en salud, aún hay varios desafíos para lograr un acceso oportuno y tratamientos idóneos y de calidad que permitan superar la enfermedad.

La mesa de expertos ‘Del lado de los pacientes: por una atención equitativa, individualizada y de alta calidad en cáncer’ planteó algunos de los aspectos en los cuales el país debe trabajar para conseguir una atención integral. Esto, con miras a la actualización del Plan Decenal para el Control del Cáncer.

Para Germán Escobar, jefe de gabinete del Ministerio de Salud y Protección Social, desde el Gobierno han trabajado en la estructuración de las Rutas Integrales de Atención en Salud (Rias) para pacientes con cáncer con el objetivo de definir las condiciones necesarias para asegurar la integralidad en la atención por parte de los agentes del sistema de salud: territorio, asegurador y prestador.

“Hemos venido avanzando en la estructuración, en la formulación y la implementación de estas rutas con agentes, y en algunos lugares más que en otros. Necesitamos continuar fortaleciendo su implementación en los territorios y en algunos pacientes que todavía tienen un difícil acceso y oportuno a ciertas tecnologías”, dijo el funcionario.

La llegada de la pandemia aceleró la utilización de un sinnúmero de procesos digitales, como la telemedicina y la telesalud. Estas herramientas, dijo Escobar, serán fundamentales para la atención de pacientes con cáncer: permitirán –además de recolectar una base de datos robusta sobre la enfermedad– un seguimiento especializado de la afección y facilitarán el acceso a exámenes y tratamientos para obtener resultados satisfactorios y combatir la enfermedad.

¿Cómo lograr una atención de calidad?

En esta mesa de expertos, los participantes hicieron énfasis en la necesidad de un sistema sostenible con atención integral fundamentado en la accesibilidad, la continuidad, la oportunidad, la satisfacción y la seguridad.

Para Lina Triana, presidenta de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, el sistema de salud presenta una fragmentación en la atención de los pacientes, lo cual dificulta el manejo idóneo de la enfermedad. “Tenemos que manejar al paciente como un todo. Que no nos quedemos solo en la prescripción y en la formulación; hay que empoderase del paciente para manejarlo de manera integral”, dijo.

A su vez, Yolima Méndez, presidenta de la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma y miembro de la red Alianza Latina, añadió la importancia de que el paciente sea tenido en cuenta desde sus perspectivas y valores, así como desde donde este pueda tener una participación en sus procesos: “Si bien el médico es el experto científico, el paciente tiene toda la capacidad para volverse experto en su patología y su autocuidado. Hay que reconocer esas habilidades”.

Sin embargo, para que estos factores sean implementados de manera satisfactoria, es necesario un excelente sistema, en el cual se tengan buenos prestadores de salud y garantes de calidad. “Aseguradores que sean lo suficientemente sólidos para responder por la gestión del riesgo, que tengan una buena relación con los prestadores, que paguen a tiempo y tengan una red integral completa”, afirmó Gustavo Morales, presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi).

Asimismo, Raúl Murillo, director del Centro Javeriano de Oncología de Bogotá, manifestó: “Se debe brindar una atención que sea respetuosa, y que responda a las preferencias individuales y las necesidades de los pacientes, asegurando que guíen todas las decisiones clínicas”.

Según recalcaron, una de las prioridades es la participación de todos los grupos de interés en la construcción de un modelo de atención o de prestación de servicios para lograr resultados más satisfactorios. Sumado a lo anterior, el sistema debe permitir un acceso a tiempo a los servicios y en el debido momento, al igual que a las nuevas tecnologías, efectivas para el tratamiento y el diagnóstico.

Por un sistema más equitativo

El país cuenta con un régimen contributivo y uno subsidiado. En el primero, se encuentran quienes aportan al Sistema de Seguridad Social. En el segundo, aquellos sin los recursos suficientes para financiar su afiliación en salud.

Según Carlos Castro, director médico de la Liga Colombiana contra el Cáncer, “La atención de estos regímenes es diferente. Más de 50 por ciento de la población está en el subsidiado”.

Castro preguntó sobre si lo que se consume en la Cuenta de Alto Costo (CAC) en oncología corresponde en su mayoría a estratos cuatro, cinco y seis. Lizbeth Acuña, directora de CAC, respondió que no se tienen las cifras respecto a la estratificación, pero en cuanto a los regímenes “no debería existir ninguna diferencia y menos que los estratos altos tengan mayor acceso a estas terapias o tecnologías”.

De igual forma, Andrés Cardona, director científico de la Fundación para la Investigación Clínica y Molecular Aplicada del Cáncer (Ficmac), señaló que se debe tener una visión racional con el ingreso de los medicamentos no solamente para el régimen contributivo: “Este debe estar en pro de la mejor atención de acuerdo con los pacientes según sea perentorio. La correcta adjudicación del medicamento al paciente que realmente lo merece puede modificar el tiempo de vida con la mejor calidad posible”.

Habló sobre la oportunidad de Colombia para participar en estudios clínicos. “Si nosotros tuviéramos la posibilidad de tener una plataforma transversal para inclusión de pacientes en estos estudios, reduciríamos los costos de la atención y podríamos suministrar a los pacientes el mejor de los escenarios en muchos casos”, dijo Cardona.

Los panelistas se refirieron a la importancia de la eficiencia en el uso de los recursos, por ejemplo, con un diagnóstico temprano de la enfermedad. “Esto disminuye los costos del cáncer avanzado por los medicamentos que se requieren en una fase tardía de la enfermedad”, dijo Virginia Abello, presidenta de la junta directiva de la Asociación Colombiana de Hematología y Oncología.

Frente a la falta de tecnologías en los lugares apartados del país, que es donde más se presenta la inequidad, el Instituto Nacional de Cancerología (INC) viene trabajando para brindar un apoyo constante a todos los centros de salud, profesionales y pacientes a través de herramientas digitales.

“Realizamos teleorientación, teleconsulta y telexperticia para dar apoyo de resolución de dudas en los territorios más alejados”, afirmó Lina Trujillo, subdirectora de Atención Médica y Docencia del INC.

Añadió que la idea de estas tecnologías es que no solo sirvan para acercar a la población en tiempos de pandemia, también que se extiendan de manera regular, como en la administración de quimioterapia o esquemas de quimioterapia de baja complejidad: “La idea es generar diferentes estrategias para dar apoyo a muchos de los pacientes, disminuyendo el riesgo de exposición cuando algunos de sus manejos pueden darse en casa”.

El evento concluyó con la necesaria articulación entre el Plan Decenal de Salud Pública y el Plan Decenal de Cáncer para, de esta manera, coordinar a todos los actores del sistema en un solo propósito: una atención efectiva y oportuna en pro de la salud de los colombianos.