Los hechos habrían ocurrido el pasado 27 de marzo, luego de departir con sus dos compañeros en un bar en el sur de Bogotá. Al día siguiente se dio cuenta de que los patrulleros de la Policía Nacional la habrían sometido sexualmente bajo estado de indefensión, pues al parecer estaba en alto grado de alicoramiento.
Indica que tan pronto se percató de lo sucedido se dirigió a la Fiscalía General de la Nación y denunció, al igual que hizo ante sus superiores en la Policía Metropolitana de Bogotá.
La patrullera, que es oriunda de la costa Atlántica, reclama en su publicación que no ha sentido el respaldo de la entidad a la que soñó pertenecer desde que era una niña.
“Desde muy pequeña, mi sueño más grande había sido ser policía. Gracias a mis padres logré cumplir ese gran sueño, pero hoy, exactamente se cumplen ocho días de una total tragedia”, así inicia su relato en la publicación que está acompañada de dos fotografías, una de ella uniformada y la otra vestida de civil, acompañada de dos hombres.
Agrega en su denuncia: “Nadie sabe lo que viví y sinceramente no deseo que alguien más lo viva“. Advierte que decidió hacer pública su situación con la intención de que alguien la ayude.
También afirma que ha sido víctima de amenazas tras realizar la denuncia, por lo que teme por su vida y la de sus familiares. “Desde ese 27 de marzo de 2022 no he podido dormir en lo absoluto, he perdido mi apetito y todo porque dos personas que consideré en su momento amigos me violaron”.
En las primeras versiones recolectadas por los investigadores del caso se habla de que los hechos habrían ocurrido luego de que los patrulleros, en un momento de esparcimiento, salieron a “rumbear”, y luego de beber alcohol y que la mujer quedara en alto estado de alicoramiento, casi sin conciencia, ellos empezaron a ultrajarla con palabras mientras ella trataba de sostenerse para tomar un servicio de transporte público.
SEMANA habló con Albis Santarín, madre de la patrullera de 21 años que hoy denuncia ser víctima de abuso sexual.
La mujer indica que ella estaba en el apartamento en el que vive desde hace aproximadamente siete meses, época en la que fue trasladada a Bogotá, y un compañero de trabajo llegó a invitarla a salir, así que se fueron para la zona del Restrepo junto con otro miembro de la Policía casi de su misma edad.
Estando en el establecimiento comercial pidieron una botella de whisky para los tres, casi finalizándola llegó otro policía con una joven y hasta ese momento tiene recuerdos. “A partir de ahí pierde la conciencia, una botella de whisky para los tres no daba para que ella quedara en ese estado, es necesario investigar si quizás es necesario investigar si le suministraron alguna otra sustancia”, señala la madre de la joven.
Se conocieron algunos videos en los que se ve que los patrulleros, en lugar de ayudar a su compañera que estaba en mal estado, la insultaban verbalmente.
Al día siguiente la patrullera despertó en su apartamento, con evidencias de abuso sexual, según lo manifestó a las autoridades, familiares y personal médico del hospital de la Policía al que fue tan pronto se percató de lo sucedido.
“Acá no caben señalamientos. No podemos permitir que más mujeres sean víctimas de este tipo de violencia y tengan que permanecer calladas por miedo”, enfatizó Saltarín, quien asegura que decidieron hablar para evitar que más mujeres sean víctimas.
La patrullera en sus redes sociales argumenta que nada de lo sucedido tiene punto de justificación: “Me violaron. Y yo no tuve la culpa. No entiendo cómo siendo compañeros de trabajo pudieron ser capaz (sic). ¡Siendo patrulleros también!, cursos”, refiriéndose a que durante su carrera policial siempre han compartido y les tenía confianza.
Finaliza su escrito indicando que se siente sola en este momento que resulta denigrante para cualquier ser humano. “Porque la misma Policía a la que tanto amo no me ayuda a acelerar un proceso para que ellos puedan pagar lo que hicieron, en serio necesito ayudaaaa! no puedo más con esto”, escribe con evidente angustia.
La madre de la joven se trasladó de Barranquilla a Bogotá a brindarle acompañamiento, sobre todo porque ha recibido, según ella, mensajes y llamadas intimidantes de los uniformados denunciados y sus familiares. Estos tienen a la patrullera afectada emocionalmente, pues como manifestó en el mensaje que publicó, su madre ratifica que ha tenidos días depresivos en los que le cuesta contener el llanto. “Solo pido que a las personas que cometieron esto (que) les caiga la justicia terrenal y la ley de Dios”, puntualizó la madre de la joven.
Por su parte, la Policía Metropolitana de Bogotá señaló la mañana de este domingo 3 de abril que están investigando y acompañando a la patrullera con el apoyo de la Secretaría de la Mujer de Bogotá desde el ámbito psicosocial para ella y su familia.
Por otra parte, dejaron claro que los patrulleros denunciados ya fueron apartados del cargo y la investigación penal fue asumida por el CTI de la Fiscalía con el fin de garantizar mayor transparencia.
“La Policía Nacional es contundente con el apoyo a la seguridad de las mujeres a través de los programas y campañas que se realizan a nivel institucional y con la comunidad en general”, dijo la coronel Alba Lancheros, jefe de talento humano de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Este medio conoció que el CTI de la Fiscalía tomó pruebas en el apartamento donde habrían ocurrido los hechos y está analizando videos, testimonios, cámaras de seguridad del sector, entre otros.